Ferrara, apertura del Spazio Antonioni, museo dedicado a Michelangelo Antonioni


En Ferrara, el Spazio Antonioni, el nuevo museo dedicado a Michelangelo Antonioni, abre hoy, 1 de junio de 2024, en el antiguo Pabellón de Arte Contemporáneo del Palazzo Massari. Esto es lo que podrá encontrar allí.

A partir de hoy, 1 de junio de 2024, Espacio Antonioni, un nuevo museo dedicado al universo intelectual y creativo de Michelangelo Antonioni (Ferrara, 1912 - Roma, 2007), una de las figuras más influyentes de la cinematografía moderna, abre sus puertas al público en Ferrara. Ubicado en elantiguo Pabellón de Arte Contemporáneo del Palazzo Massari, el museo promete convertirse en un punto de referencia para cinéfilos y estudiosos.

Descrito por Martin Scorsese como un “poeta de nuestro mundo cambiante” y por Wim Wenders como un “pintor de la pantalla”, Antonioni es célebre por su capacidad para explorar en profundidad los sentimientos humanos, como destacó Akira Kurosawa. Su obra ha influido en generaciones de cineastas y ha mantenido un vivo diálogo con las artes figurativas. El proyecto museístico, comisariado por Dominique Païni, antiguo director de la Cinemateca Francesa, se ha realizado gracias al compromiso del Ayuntamiento de Ferrara y la Fundación Ferrara Arte, con la aportación de Vittorio Sgarbi y en colaboración con Enrica Fico Antonioni. El objetivo es crear un museo vivo, un lugar de educación y descubrimiento, donde explorar los testimonios de la obra de Antonioni y sus conexiones con otros artistas e intelectuales.



El Espacio Antonioni alberga una selección del extraordinario archivo de más de 47.000 piezas, donado por el director y su esposa al Ayuntamiento de Ferrara. El archivo incluye películas, carteles, guiones, fotografías, dibujos, pinturas, libros, discos, premios y un rico epistolario con figuras culturales como Roland Barthes, Umberto Eco, Federico Fellini y Andrej Tarkovskij. Este tesoro se ha enriquecido gracias a un proyecto subvencionado por la Región de Emilia-Romaña.

El recorrido museístico, repartido en las dos plantas del Palazzo Massari, está organizado cronológicamente, siguiendo las etapas de la carrera de Antonioni. Desde sus primeros trabajos en el neorrealismo, pasando por la trilogía de la modernidad con Monica Vitti, hasta obras maestras internacionales como Blow Up y Zabriskie Point. El museo también explora la producción pictórica de Antonioni y sus paisajes oníricos de las “Montañas encantadas”.

Diseñado por el estudio Alvisi Kirimoto, el museo presenta un recorrido expositivo que recuerda los planos secuencia de Anton ioni, con septos monolíticos que marcan los capítulos de la narración. Las salas inmersivas dedicadas a las películas del director culminan en un clímax cromático en escala de grises, que evoca las atmósferas de sus filmes. En la primera planta, una sala versátil permite modular el espacio para diferentes necesidades expositivas. El proyecto cuenta con el apoyo de un comité de honor en el que figuran personalidades como Gian Luca Farinelli, Thierry Frémaux, Wim Wenders, Alfonso Cuarón, Jonas Carpignano, Walter Salles, Irène Jacob, Sophie Marceau y Giorgio Tinazzi, así como Enrica Fico, Dominique Païni y Vittorio Sgarbi.

Michelangelo Antonioni
Michelangelo Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni
Espacio Antonioni

El recorrido

La intención del Espacio Antonioni es crear un museo vivo, un lugar de descubrimiento y profundización donde los preciosos testimonios de la obra del gran cineasta conservados en el Archivo Antonioni puedan dialogar con la obra de artistas, directores e intelectuales que lo inspiraron o admiraron. Con este fin, se ha reservado un espacio polivalente para revisiones, encuentros y exposiciones de dossieres, en un espíritu de diálogo entre las artes, que flanquea el itinerario cronológico, marcado por secciones que recorren las temporadas del cine de Antonioni. Cuatro salas están dedicadas al visionado de secuencias de películas de Antonioni, obras maestras del cine del siglo XX que siguen interrogando la realidad del tercer milenio.

La primera sección evoca los orígenes del director, nacido en Ferrara en 1912. Su violín, su raqueta de tenis, sus libros y revistas hablan de sus aficiones juveniles cultivadas en compañía de sus amigos Giorgio Bassani y Lanfranco Caretti, mientras que su pasión por el séptimo arte se revela en dibujos y postales que representan a divas y actores de Hollywood y en artículos de crítica cinematográfica. Su primera producción documental, iniciada tras su traslado a Roma en 1940, sigue reflejando su fascinación por el paisaje de Ferrara y su niebla (Gente del Po) y pone al desnudo las contradicciones sociales con el telón de fondo de escenarios neorrealistas urbanos o rurales (N.U. - Nettezza urbana, Superstizione).

Los primeros largometrajes de Antonioni, Cronaca di un amore y La signora senza camelie, protagonizados por la joven Lucia Bosè, datan de principios de los años cincuenta. La fotografía, con fuertes contrastes de luces y sombras, contribuye a desnudar la psicología de los personajes y la mundanidad nihilista y ociosa de la burguesía de posguerra, resaltando la elegancia del vestuario y los decorados. Fotos de decorados, escritos, cartas, carteles y obras visuales de Antonioni y de maestros del siglo XX narran la transición del neorrealismo a un cine que reflexiona sobre la capacidad de reflejar la realidad y su desintegración, allanando el camino a la Nueva Ola francesa. Una obra maestra como El grito confía la muda angustia del protagonista al paisaje del delta del Po, en sintonía con el lirismo pictórico de Filippo de Pisis.

La trilogía formada por L’avventura (1960), La notte (1961) y L’eclisse (1962) sanciona la madurez estilística de Antonioni y representa un hito en la historia del cine moderno. La trama narrativa pasa definitivamente a un segundo plano, dejando la palabra a las imágenes, a menudo inspiradas en las artes plásticas, como subraya la presencia del Bodegón de Morandi cedido por el Mart para evocar el trabajo que Antonioni retomó en una escena de La notte. L’avventura es la obra maestra que inaugura este giro hacia una “obra abierta”, como señala Umberta Eco, donde las secuencias se suceden con conexiones aparentemente aleatorias, invitando al público a cuestionar la atmósfera suspendida y casi amenazadora que alude a la condición de aislamiento distintiva de la modernidad tardía. Las fotos del decorado se detienen en los rostros icónicos de la nueva musa, Monica Vitti, y de estrellas internacionales como Marcello Mastroianni, Jean Moreau y Alain Delon, pero también en la arquitectura moderna de la sociedad del boom económico, que se convierten en coprotagonistas del cine de madurez de Antonioni.

El itinerario de la planta baja finaliza con la sección dedicada a una de las películas más radicales y actuales de Antonioni, Il deserto rosso (1964), León de Oro en el Festival de Venecia. El director utiliza por primera vez el color para narrar una civilización desgarrada por los conflictos sociales, asediada por una mecanización deshumanizadora y condenada a una contaminación irreversible. El largometraje fotografía la angustia psicológica de una joven, sobre el fondo brumoso e irrespirable del centro portuario e industrial de Rávena. Eluso experimental del color marca una convergencia con la investigación material de Alberto Burri, evidenciada por dos obras cedidas por la Fondazione Burri y la Fondazione Prada.

En la segunda mitad de la década de 1960, Antonioni abandonó Italia atraído por la arrolladora energía de las culturas pop y juvenil, estableciéndose en la escena internacional con películas que marcaron la pauta. En 1966, el Swinging London es el teatro efervescente de Blow Up: un fotógrafo de moda es el protagonista involuntario de una historia criminal que cuestiona la influencia de los medios de comunicación en la representación de la realidad. A su vez, Zabriskie Point (1970) se desarrolla entre los dos polos de la América consumista agitada por las revueltas estudiantiles y el paisaje prístino del desierto californiano, bajo la bandera de la visión liberadora del erotismo, la contracultura hippy y el rock psicodélico de Pink Floyd y Grateful Dead. Por último, en Professione: reporter, la experiencia alienante del desierto africano es el preludio de una huida imposible del yo y, al mismo tiempo, la metáfora sublime de una realidad que parece cada vez más indescifrable.

La exploración de continentes y culturas alejados del contexto europeo empuja a Antonioni hasta Asia, donde vuelve al cine documental. Rodada en 1972 en la República Popular China, Chung Kuo, China narra la vida y las costumbres de una civilización prácticamente ajena a la mirada occidental. El objetivo de Antonioni enfoca rostros, gestos y ambientes con una actitud antropológica de respetuosa distancia. Kumbha Mela (1989), por su parte, está dedicada al festival religioso más importante de la India, que atrae a millones de peregrinos cada 12 años.

En sus últimos años, Antonioni volvió a trabajar en Italia, reconectando con sus raíces. Desde Identificazione di una donna (1982) a Al di là delle nuvole, rodada junto a Wim Wenders (1995), hasta Sguardo di Michelangelo (2004), el maestro siguió cuestionando el misterioso poder de las imágenes, en el majestuoso marco de los panoramas romanos y venecianos, los vestigios de la Ferrara de la familia Este o las obras maestras del Renacimiento. Aclamado por intelectuales, cineastas y artistas, ganador de Palmas, Leones de Oro y Oscars, el director sigue prestándonos su mirada contemplativa sobre el mundo.

El itinerario concluye con un amplio espacio polivalente dedicado a investigar aspectos especialmente significativos del cine de Antonioni a través de festivales de cine, seminarios, eventos y exposiciones de dossiers de artistas y corrientes.

Junto al espacio polivalente, se presenta la serie Las montañas encantadas, pequeñas pinturas creadas a partir de los años setenta y posteriormente desarrolladas en gran formato mediante la técnica de la ampliación fotográfica para crear espectaculares paisajes oníricos. La investigación figurativa de Antonioni está estrechamente relacionada con la producción cinematográfica y, al igual que ésta, se nutre de la investigación sobre la materia, la forma y el color, potenciando el poder de la imaginación.

Ferrara, apertura del Spazio Antonioni, museo dedicado a Michelangelo Antonioni
Ferrara, apertura del Spazio Antonioni, museo dedicado a Michelangelo Antonioni


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