Asaltado por una muchedumbre incontrolable: el Louvre cerró así sus puertas ayer lunes 27 de mayo debido a una huelga de empleados que no soportaban la situación creada. En efecto, según los trabajadores del museo parisino, el número de visitantes era tal que ya no se podían garantizar las normas básicas de seguridad: los sindicatos denunciaban que el número de trabajadores del museo ya no era suficiente para hacer frente a una afluencia tan importante de visitantes. Por ello, el museo se vio obligado ayer a publicar un aviso informando al público del cierre.
Para el sindicato CGT, el principal problema es la escasez de personal, identificado como enemigo tanto del personal del museo como de los visitantes: en los últimos diez años, según el sindicato, el Louvre ha perdido más de 150 empleados de recepción y seguridad. Y ello a pesar de que el número de visitantes del Louvre ha aumentado un 20% en los últimos diez años: frente a este aumento, el personal no se ha repuesto adecuadamente (al contrario, ha disminuido significativamente). El fenómeno de la masificación“, se lee en un comunicado, ”continúa sin que el ministerio dé una respuesta a los problemas y en un momento en que la temporada que acaba de comenzar batirá nuevos récords de asistencia“. Esta situación, según el sindicato, es generalizada: ”varios centros gestionados por el ministerio sufren una falta crónica de personal. Incluso el castillo de Carcasona permaneció cerrado el lunes 27 debido a una agitación del personal, preocupado por la calidad de la visita, la recepción y la seguridad, pero también enfadado por el deterioro de las condiciones de trabajo“. Según los sindicatos, hay que tomarse en serio las necesidades de los trabajadores, pues de lo contrario se corre el riesgo de una ”catástrofe cultural y social".
Duras palabras también para el Ministro de Cultura Franck Riester: “no contento con llevar a cabo su reestructuración a golpe de hacha del ministerio, y a pesar de las misiones fundamentales de acceso a la cultura, protección del patrimonio y apoyo a la creatividad en todo el territorio, Franck Riester intenta ser el soldadito bueno en materia de supresión de mano de obra, con el riesgo de someter a los servicios y edificios a las mayores dificultades, hasta el punto de paralizarlos”. Las preocupaciones de la CGT se proyectan también hacia el futuro: París, en 2024, acogerá los Juegos Olímpicos y estará sometida a un flujo turístico aún mayor, y para esa fecha habrá que resolver la escasez de personal. Exigimos“, concluye el sindicato, ”recursos humanos y financieros reforzados para el servicio público de la cultura, de lo contrario Franck Riester será responsable de un desastre de proporciones olímpicas".
Hoy, el museo ha celebrado su tradicional jornada de cierre semanal, y mañana los empleados del museo se reunirán para estudiar si continúan o no la huelga: dependerá, dicen a la prensa francesa, de las respuestas que reciban del ministerio. Mientras tanto, el Louvre anuncia que la apertura del miércoles se retrasará debido a la asamblea de trabajadores. Los que ya habían reservado una entrada podrán solicitar el reembolso.
El Louvre cierra por una huelga de empleados, con demasiada gente y la seguridad en peligro |
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