El llamamiento de directores, críticos y artistas a Franceschini: "reabran los museos".

Ochenta y dos personalidades del mundo del arte, entre directores de museos, críticos, historiadores del arte, conservadores, artistas, coleccionistas, galeristas y operadores del sector hacen un llamamiento al Ministro de Bienes Culturales , Dario Franceschini, para solicitar la reapertura de los museos públicos. El llamamiento, promovido por el director del Museo Novecento de Florencia, Sergio Risaliti, ha sido firmado por varios nombres conocidos, entre ellos Cristina Acidini, Alfonso Artiaco, Paolo Canevari, Simone Frittelli, Stefano Karadjvo, Antonio Natali, Cristiana Perrella, Marinella Senatore, Laura Trisorio y varios más. A continuación reproducimos el texto.

Le dirigimos este llamamiento, señor Ministro, para que considere en el plan general para la seguridad y la salud de los ciudadanos la posibilidad concreta de abrir museos públicos, en los casos en que las regiones, provincias y ciudades estén definidas como “zonas amarillas” según los criterios establecidos por el Gobierno.

Los museos, como sin duda usted cree, tienen una función social y prestan servicios esenciales para el crecimiento cultural y el bienestar de las personas; contribuyen a la salud psicológica y espiritual, al desarrollo de las cualidades cognitivas y de la sensibilidad. Son lugares equipados y dotados de personal, que pueden garantizar la accesibilidad cumpliendo plenamente la normativa de seguridad sanitaria.

Razones inherentes a la movilidad en el centro de la ciudad no pueden impedir su reapertura, una vez que se garanticen otros servicios y bienes esenciales a los ciudadanos de la zona amarilla, como en los centros comerciales bares y restaurantes, peluquerías y, acertadamente, librerías, todos ellos accesibles en términos de seguridad sanitaria.

De hecho, existen claras contradicciones en los criterios adoptados en la decisión tomada, destacando las consideraciones puramente económicas. La contracción de visitantes, en particular de turistas internacionales, parece haber penalizado a los museos públicos. Sin embargo, si el cierre persiste, puede parecer que las máximas autoridades, empezando por usted, señor Ministro, valoran como injustificables los gastos realizados para la plena funcionalidad de los museos ante los bajos ingresos obtenidos durante este periodo. Pero no podemos ni queremos atribuir una visión tan estrecha y miope a quienes nos gobiernan. El sistema público de museos italianos merece estrategias muy diferentes para hacer frente a la crisis y a los cambios que ésta impone.

El derecho democrático al disfrute del patrimonio artístico y de la producción artística contemporánea trasciende los parámetros, aunque apropiados, de mercancía y cantidad. Y si por el momento faltan las masas de turistas puestas en circulación por el “deseo de belleza”, el servicio museístico tiene que seguir en pie en beneficio de los ciudadanos.

No debemos permitir que la continuación de éste, verdadera interrupción del servicio al público, empobrezca el sentido auténtico de la valorización cultural y bloquee la función regeneradora de la conservación, en relación con las prácticas de mediación cultural, actualización artística, investigación y formación.

Con los museos cerrados, no sólo sufren los presupuestos, sino también los ciudadanos y, en particular, los niños, los estudiantes, las familias y todos los amantes del arte, que desean comprometerse con la memoria del pasado y con las experimentaciones del presente en el arte.

En la foto: el Museo del Novecento de Florencia

El llamamiento de directores, críticos y artistas a Franceschini: "reabran los museos".

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