El sueño de Diego Rivera está tomando forma en la Ciudad de México, la Ciudad de las Artes, que el gran artista mexicano teorizó en uno de sus escritos de 1945-1950, Exposición para un proyecto para la Ciudad de las Artes, en el que defendía que el museo que él concebía, el Museo de Anahuacalli, debía incluir diversas estructuras dedicadas a las artes, y en particular un Museo de Arte Mexicano en Acción, una gran exposición permanente, una inmensa plaza de un kilómetro de lado con un escenario en el centro, donde se presentarían espectáculos de danza, teatro y celebraciones diversas, y luego también arcadas de estilo prehispánico donde se instalarían talleres de artesanía, museos de arquitectura, música y danza, foros, un teatro, un cine y talleres para artistas. El pasado fin de semana, de hecho, se abrieron al público trece nuevos espacios arquitectónicos en el Museo de Anahuacalli, que suman un total de seis mil metros cuadrados de exposición, talleres, plazas y oficinas.
El proyecto constituye una ampliación del Museo de Anahuacalli, la gran estructura que Rivera mandó construir para albergar su gran colección de arte mesoamericano, de casi 60.000 piezas. El proyecto de construir una Ciudad de las Artes quedó inconcluso cuando el artista murió en 1957: su sueño era “conectar a los artistas de las escuelas y academias con los alfareros, tejedores, canteros, con todo lo que es pura y alta expresión del pueblo mexicano”. En definitiva, hacer convivir el arte académico con el popular y construir una comunidad enteramente dedicada al arte. El Museo de Anahuacalli fue construido en 1963 por los arquitectos Juan O’Gorman y Heriberto Pagelson junto con la hija de Rivera, Ruth Rivera Marín, pero el resto de su visionaria idea nunca vio la luz.
La Ciudad de las Artes ha encontrado ahora su primera realización gracias al arquitecto Mauricio Rocha, que ha seguido las ideas de Rivera para el diseño de este importante espacio público, pero lo ha interpretado de forma contemporánea. “La idea es que, como en las ciudades precolombinas”, explicó Rocha al diario El País, “los edificios se conecten y permitan la relación entre las partes. Lo que intentamos es recodificar la idea de Rivera y O’Gorman en un lenguaje contemporáneo”. Los edificios están construidos sobre muros de piedra volcánica que emergen, pero retranqueados, para que haya menos impacto con la piedra y el paisaje; también hemos creado retículas, atmósferas luminosas que ya existían en el edificio principal de Diego. Además, con las nuevas tecnologías que utilizamos, parece como si los edificios flotaran en una especie de mar de lava".
El proyecto de la Ciudad de las Artes, adjudicado por concurso a la oficina de Mauricio Rocha, tardó seis años en completarse: cuatro para la proyección y dos para la ejecución. El conjunto arquitectónico se inspiró en las ciudades prehispánicas, Pompeya y los edificios de la Bauhaus, y supuso una inversión de unos 20 millones de pesos (casi un millón de euros). La Ciudad de las Artes ofrecerá al público una galería, una nueva plaza, espacios para talleres, salas de usos múltiples, una biblioteca, oficinas y un depósito para la colección de arte prehispánico, que se abrirá al público de forma “controlada”, señalan desde el Museo Anahuacalli.
Imagen: Museo Anahuacalli
Después de 70 años, el sueño de Diego Rivera se hace realidad: nace la Ciudad de las Artes en México |
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