¿Cuánto tiempo se tarda en comprar una entrada para el Panteón en línea en AD Arte? Hemos probado


Probamos el nuevo portal AD Arte para comprar una entrada al único monumento incluido hasta ahora en la plataforma: el Panteón. Y luego comparamos AD Arte con el procedimiento de compra del Louvre. He aquí el resultado.

“En el Panteón por la tarde se ven actrices/Hablas con los amigos al final de la primavera/En el Panteón por la noche se rompen las copas/Hay extranjeros, oh sí, vale, de acuerdo”. Así cantaba el ecléctico Roberto Benigni en 1980 una cancioncilla sobre lo que el Panteón y la plaza que lo rodea representaban icónicamente en la vida de Roma. Y es precisamente el templo de las divinidades paganas que luego se convirtió en el santuario del Reino de Italia el que siempre encabeza las listas de los monumentos más visitados de Italia, por su encanto, sus peculiaridades, los símbolos que encierra como las numerosas tumbas de personajes ilustres... Pero quizá también porque la entrada era gratuita hasta hace un mes. Era. A partir del 3 de julio de 2023, de hecho, la entrada es de pago y ha sido elegido para ser el primer, y hasta ahora único, museo/monumento en AD Arte, el portal único Museitaliani que permite comprar entradas online creado por el Ministerio de Cultura.

“...Pero la mayoría nunca lo ha visto por dentro/Quién sabe lo que hay ahí, abismos o asesinos/O quizá otro bar con muchas mesas...”, continúa Benigni, y de hecho aún hoy existe el riesgo de que la mayoría nunca vea el edificio romano del 27 a. C.C. porque conseguir una entrada es peor que la lucha grecorromana por la resistencia: hasta 28 clics en botones o campos para llegar a la codiciada entrada en el mejor de los casos, 40 en el peor. Sí: cuarenta desde el momento en que aterrizas en el portal de entradas y eliges proceder al pago mediante Spid (¡!) o 28 si eliges la alternativa de “utilizar el correo electrónico”. Paradójicamente, con el pin universal que se suponía iba a facilitar las cosas, tardamos más que los que no lo tienen. Pero sobre todo: ¿qué sentido tiene pedir el Spid, que es una herramienta de identificación personal a la altura del DNI, que desde luego no está vinculada a una cuenta corriente u otro sistema de pago?

Pero empecemos por el principio. Abrimos Internet y, sin recordar la dirección exacta del portal ministerial, buscamos en Google “Panteón Roma”. De los cerca de 28.000 resultados que encuentra el buscador, los dos primeros que aparecen son dos patrocinados: el primero es una boutique de perfumes, o más bien una tienda online que vende fragancias también con envío por mensajero. El segundo se refiere en realidad al edificio romano y se nos ofrece información y posibilidades de reserva. “¡Reserve ahora!”, se lee perentoriamente. Pero cuidado: la página ofrece visitas guiadas, pero especifica después que el coste de la entrada no está incluido en la reserva.

Volvemos atrás y lo intentamos de nuevo.

Desplazándonos hacia abajo entre los numerosos sitios turísticos o de guías, encontramos la Dirección de los Museos Estatales de Roma. Entramos en ella y en la página dedicada a la breve y aséptica descripción encontramos la noticia de que la entrada se puede comprar en un sitio indicado. Se trata del portal AD. Hacemos clic en él y aterrizamos en el sitio del ministerio donde lo primero que hay que hacer es registrarse: nombre, apellido, correo electrónico, elegir una contraseña, repetirla, tachar la casilla donde confirmamos que hemos leído (¡por supuesto!) y aceptado la política de privacidad, tachar la casilla donde confirmamos que tenemos al menos 13 años, confirmar que no somos robots (pero ¿por qué un robot estaría interesado en las tumbas de Rafael y la Guardia de Honor?). Una vez hecho esto tenemos que esperar a que nos envíen un correo electrónico confirmando que la dirección de correo electrónico introducida es correcta y pinchamos en el enlace y por fin estamos registrados. Entramos. Elegimos el museo: sólo está el Panteón, nos parece bien. Se abre la página, tenemos que elegir la fecha, la franja horaria, la entrada Completa 5 euros o Reducida (3 euros), gratuita o “AIRE Libre”.

Hacemos nuestra elección, añadimos el número de entradas haciendo clic en “+” o “-”, la cantidad se añade a la “cesta de la compra”, hacemos clic en ella, se abre una página de resumen, hacemos clic en “Terminar y pagar”.En ese momento aparece un cuadro de diálogo con un recordatorio de que estamos comprando la entrada (sí, lo sabemos), escrito en grande, y que “Al hacer clic en Confirmar se procederá a la compra de las entradas de la cesta”. Vale, eso es lo que quiero. Hacemos clic en confirmar. Y llega la página que no te esperas: para pagar me pide mi Spid o, ’Entrar con email’. Estamos orgullosos de los avances en la simplificación de la administración pública y elegimos sin miedo el Spid. ¡Tardará un segundo! Pero no: después de haber hecho ya 22 clics entre todos los pasos anteriores eligiendo Spid, tardaremos otros 18 entre confirmaciones vía app, sms y aceptación y consentimientos varios, y al final ni siquiera podremos comprar el billete. Lo intentamos tres veces con Spid y en la fase final del pago nos dice que “Algo ha ido mal” o “Pago rechazado por su banco”, dos veces, a pesar de que nuestro Spid está hecho con Poste Italiane y nuestra cuenta y tarjeta pertenecen a Poste Italiane....

Tras el primer intento fallido con Spid, volvemos a intentarlo con la opción “Entrar con correo electrónico”. Hacemos clic y descubrimos que el procedimiento de compra es el mismo pero sin tantas comprobaciones de identidad, y que los datos de la tarjeta se habían guardado del intento anterior con Spid, al final compramos nuestro billete que nos llega por correo electrónico con un código QR y con nuestro nombre y apellidos.

Pasar de entrar gratis a conseguir las entradas online a través de Spid en 40 pasos a rellenar o clicar es un chascarrillo. Si la eficacia es el objetivo, no parece que se consiga del todo. Y luego, concretamente, ¿cuánto tiempo llevaría migrar todos los sistemas de pago de los museos públicos a ese portal?

Pero... ¿cuánto se tarda en el extranjero en comprar una entrada por Internet? Tomemos como referencia el museo más visitado del mundo: el Louvre. Con sus 7,8 millones de visitantes el año pasado (el 70% de ellos extranjeros) y más de 9,8 millones en 2019, en el último año antes de covid, (en 2018 superó ampliamente los 10 millones, batiendo su récord) veamos cómo se organizaron para la función principal que necesita un visitante de un museo sin pasar por taquilla.

Tecleamos ’louvre tickets’ en Google y en quinto lugar encontramos la web oficial, así de sencillo: www.louvre.fr, tras dos webs patrocinadas y tres más no oficiales. Entramos, nos recibe una foto panorámica del museo con ’Escápate con el Louvre’ escrito en letras grandes, e inmediatamente debajo el botón ’ticket’. Ciertamente, el comienzo es más fácil que en el caso del Panteón, pero aun así se tardan entre cinco y seis minutos en llegar al fondo y unos veinte clics. Imaginemos que, como entendemos que no accedemos desde territorio francés, el texto del sitio del Louvre está en inglés. Los botones en los que hay que hacer clic para avanzar o tomar decisiones son, sin embargo, un poco demasiado pequeños y están desfigurados; quizás el impacto inicial de la página de inicio debería haberse utilizado también en las páginas siguientes.

Tras el primer clic, aparece una sencilla cuadrícula con el calendario para elegir el día deseado, tras la cual se abre una segunda con las franjas horarias disponibles que se pueden reservar (como saben, a partir de enero podrán entrar un máximo de 30.000 personas al día “para facilitar una visita más cómoda y garantizar unas condiciones de trabajo óptimas para el personal del museo”, argumentaba la motivación oficial de la dirección del museo el 5 de enero). El recorrido es lineal, pero incluso aquí en un momento dado te piden tus (benditos) datos: tienes que registrarte. Ah, sí, porque aquí no tienen Spid (y ni siquiera Pec: sólo en Italia, al parecer, usamos Pec para comprar una entrada) y entonces nos registramos con nombres y datos que hasta podríamos inventar, tras lo cual automáticamente vuelve a la elección que hicimos del día y la hora, y nos pregunta cuántas entradas queremos comprar en los varios (pocos) casos con descuento. La entrada completa cuesta 17 euros y esta cifra será la que realmente pagaremos ya que no hay comisión alguna: por la compra de la entrada al Panteón de sólo 5 euros hubo una comisión de 1,5 euros, que en este punto entendemos que no se lleva nuestro circuito bancario. Suponemos que va a quien gestiona el sistema de venta de entradas.

¿Cuánto tiempo se tarda en comprar una entrada para el Panteón en línea en AD Arte? Hemos probado
¿Cuánto tiempo se tarda en comprar una entrada para el Panteón en línea en AD Arte? Hemos probado


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