En Bolonia, después de veinte años, la historia de Genus Bononiae, el centro museístico que puede considerarse un poco como el hijo de Fabio Roversi Monaco, histórico rector del Alma Mater y antiguo presidente de la Fondazione Cassa di Risparmio di Bologna, está llegando a su fin. Genus Bononiae, creado con el objetivo de poner en red cinco edificios históricos restaurados y reabiertos al público para contar la historia de Bolonia y sus artistas, se desintegra de hecho. El circuito museístico abarcaba las cinco sedes representadas por el Palacio Pepoli con el Museo de Historia de Bolonia, el Palacio de la Fava utilizado como palacio de exposiciones (así como el palacio donde se puede admirar el debut artístico de los Carracci: uno de los ciclos de frescos más importantes de Annibale, Agostino y Ludovico Carracci), San Columba con la exposición de la Colección Tagliavini (una importante colección de instrumentos musicales antiguos y también acoge una temporada de conciertos), la iglesia de Santa Maria della Vita (aquí se puede admirar la famosa Lamentación sobre Cristo muerto de Niccolò dell’Arca) y San Giorgio in Poggiale con la Biblioteca de Arte e Historia. El Genus Bononiae ha representado un proyecto cultural innovador al agregar y reunir en un mismo lienzo diferentes estructuras y vocaciones: cada sede con un programa cultural y eventos bajo una única dirección que este año podría ver su separación con una gestión autónoma confiada a diferentes sujetos.
De hecho, el Ayuntamiento está supuestamente en conversaciones con la fundación bancaria para hacerse cargo de la gestión del Palacio Pepoli, mientras que para las otras cuatro sedes se publicó el pasado lunes una convocatoria de manifestaciones de interés para la gestión de cada una de ellas (hay tiempo hasta el 13 de marzo para presentarse).
La iniciativa de la desvinculación en este ámbito partió de la actual cúpula directiva de Carisbo, que definió la operación como “irrevocable” en boca de su presidenta, Patrizia Pasini: “Es urgente la valorización del centro museístico Genus Bononiae”, explicó la presidenta en una nota de prensa difundida por la fundación, “de indiscutible relevancia, identidad y valor sociocultural, que en su programación cultural y actividad de conservación del patrimonio de la memoria de Bolonia refuerza el sentido de comunidad y pertenencia a nuestro territorio. Por este motivo, el procedimiento de recogida de manifestaciones de interés para la gestión de cuatro espacios museísticos (Palacio de la Fava, San Columba, Santa Maria della Vita y San Giorgio in Poggiale), compartido por los órganos de gobierno y afinado con el asesoramiento de Sinloc SpA, para la valorización de un proyecto impulsado hace veinte años y que en un contexto que ha cambiado progresivamente y que hoy experimenta una rápida evolución positiva, requiere una optimización de todos los recursos necesarios, incluidos los especializados, para una gestión integrada, profesional y sinérgica capaz de garantizar mejores condiciones de uso público, aprovechamiento y rentabilidad social de la inversión”..
El anuncio publicado en la página web de la Fundación, https://fondazionecarisbo.it/avviso-genus-bononiae/, pretende comprobar “el interés de operadores especializados en la gestión y valorización de los cuatro recintos museísticos de Palacio de la Fava, San Columba, Santa Maria della Vita y San Giorgio in Poggiale, y de los servicios complementarios, mediante la presentación de proyectos integrados y sinérgicos de valorización y gestión”, explica la nota. Importante para los empleados es la cláusula que estipula que el personal actual será reabsorbido por la entidad sucesora.
Genus Bononiae encapsuló los 2.500 años de arte, historia, literatura y cultura de la capital emiliana gracias a la financiación de la Fundación, que ahora busca particulares que se hagan cargo de cada una de las 4 sedes con un proyecto que potencie lo que ya hay. La oferta de gestión es para cuatro años, para los que la Fundación prevé un presupuesto de unos 5 millones, 1,5 en el primero, para bajar a 1 en el cuarto. La recaudación de las entradas será para el adjudicatario, salvo el pago del 5% de la recaudación a la Fondazione Carisbo “como compensación por el derecho a la prestación de los propios servicios”, y las directrices de la programación cultural tendrán que ser compartidas con la alta dirección de la Fondazione.
El sujeto al que se asignará la gestión tendrá un perfil bastante estructurado, ya que entre los requisitos figuran un volumen de negocios no inferior a 15 millones de euros en los últimos cinco años y experiencia demostrada en la gestión de instalaciones feriales.
Así pues, la Fundación busca socios que ya operen en el sector para abandonar definitivamente la gestión por razones de coste (3,5 millones el año pasado, el doble hace tres años e incluso 10 millones hace algún tiempo) y de misión: seguirá siendo propietaria de los edificios pero quiere entregar en buenas manos el patrimonio cultural y artístico nacido con el proyecto.
Bolonia, el circuito museístico Genus Bononiae llega a su fin |
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