Descubrir Parma

Quiero hablarles de una ciudad mundialmente conocida por sus productos gastronómicos, pero al mismo tiempo una ciudad de arte italiano con una rica historia y tesoros únicos, enclavada en la plácida llanura emiliana, a orillas del río del mismo nombre: Parma.

Fue un importantísimo centro fortificado medieval, corazón del Ducado de Parma. Pasó de los Visconti, a los Este, a los Sforza. Durante dos siglos (de 1545 a 1731), sin embargo, fue el señorío Farnesio el que gobernó la ciudad (haciéndola brillar y enriqueciéndola con suntuosos palacios), al que sucedieron los Borbones hasta la llegada de los Austrias.

Hoy en día no podemos comprender del todo la grandeza del proyecto de Ottavio Farnesio para “su” Palacio della Pilotta, inacabado en su grandeza original y gravemente mutilado durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. El palacio, nacido como lugar de ocio, recibió de hecho su nombre del juego de pelota que solía practicarse en uno de sus patios. Un largo brazo del edificio, “el corredor”, unía la “rocchetta” que daba al río con el antiguo Palacio Ducal (ya desaparecido). Patios, habitaciones, establos y alas adicionales completaban el complejo palaciego.

Obviamente, esta residencia no era suficiente para la familia Farnesio, por lo que eligieron como residencia adicional el “Palazzo Giardino”, hoy más conocido como “Palazzo Ducale”, rodeado por el frondoso Parque Ducal en la orilla opuesta del río Parma. Se consideraba la residencia de campo, construida según un diseño de Vignola, cronológicamente antes que el Palazzo della Pilotta. Actualmente luce su típico color “amarillo Parma”, ya que fue rediseñado en el siglo XVIII por el arquitecto francés Petitot.

El Palacio de los Jardines

Mientras que este último es hoy la sede del Cuerpo de Carabinieri (y quizás alguien lo recuerde como protagonista de la serie de televisión RIS), la Pilotta en cambio está gestionada actualmente por la Soprintendenza, que se ocupa de la Galería Nacional en su interior, ocupando una gran ala de la Corte del Guazzatoio. En su interior se encuentran también el Museo Bodoniano, dedicado a la imprenta, el Museo Arqueológico y la Biblioteca Palatina.

Fabrizio en la Galería Nacional de Parma, ante el triunfo del panel de Damià Campeny, del que hablamos en este artículo

Pero, sin duda, el corazón del complejo es el Teatro Farnese, del siglo XVII, una de las piedras angulares en la historia de la evolución del teatro en Italia (al que pronto dedicaré un especial de Pronti Partenza...Via). Este teatro de madera, a diferencia de sus predecesores, tiene una cavea alargada longitudinalmente, lo que le confería una gran espacialidad y la posibilidad de utilizar el patio de butacas, como ocurría en los anfiteatros romanos, para escenificar combates navales. Hay que tener en cuenta que este teatro se encuentra en la primera planta del edificio, bajo la cual hay grandes bóvedas porticadas con pequeños orificios por los que se evacuaba el agua que inundaba el patio de butacas.

El escenario del Teatro Farnese

Fabrizio en el Teatro Farnesio

Toda la estructura de la cavea escalonada, inspirada en el Teatro Olímpico de Vicenza y en el de Sabbioneta, es de madera y ya no se puede utilizar por motivos de seguridad. Incluso la “máquina escénica” es, por supuesto, toda de madera, claramente visible al no estar cubierta por telones y barandillas; el escenario en sí es transitable y forma parte del recorrido turístico de la Galería Nacional. Desgraciadamente, el visitante de hoy nunca podrá apreciar lo que fue originalmente esta maravilla arquitectónico-teatral, ya que fue destruida por una bomba que la destrozó por completo. Se reconstruyó, siguiendo meticulosamente los dibujos originales de Aleotti, pero las pinturas, los estucos y toda la decoración que cubría la estructura de madera se perdieron para siempre.

Siguiendo con el tema del teatro en la actualidad, Parma también es conocida por su teatro de ópera a la italiana, el Teatro Regio del siglo XIX, construido a instancias de María Luisa de Austria por el arquitecto Bettòli. La ópera comenzó a difundirse en Parma en 1628 (precisamente para inaugurar el Teatro Farnese) y pronto logró conquistar al gran público también gracias a compositores populares como Giuseppe Verdi, nacido en Busseto, a pocos kilómetros de Parma. Desde 2007, la ciudad acoge el festival anual Verdi y está constantemente dedicada a la música con una serie de eventos, manifestaciones y estructuras construidas específicamente para la enseñanza musical, junto a salas y auditorios entre los que destaca el dedicado al parmesano Arturo Toscanini; por todo ello, Parma puede considerarse a todos los efectos una de las capitales de la música en Italia.

Junto a la música, el arte también desempeña un papel destacado en la ciudad, empezando por el escultor Benedetto Antélami (y no Antelàmi, como se pronuncia incorrectamente en nuestro vídeo): algunas de sus obras se encuentran en el interior del Duomo y en el hermoso Baptisterio románico-gótico. La pintura está dignamente representada por Correggio (autor de los frescos de la cúpula de la catedral y de San Giovanni Evangelista) y Parmigianino (algunos de sus lienzos se exponen en la Galería Nacional).

Fachada de la catedral de Parma

La cúpula de la catedral de Parma con la Asunción de la Virgen pintada al fresco por Correggio

Las pinturas que decoran la cúpula del Baptisterio de Parma

Otras dos joyas imperdibles de la ciudad son la antigua Spezieria Benedettina, antaño parte del complejo del monasterio de San Giovanni, hoy un precioso ejemplo de farmacia del siglo XVI con mobiliario original de madera, jarrones y alambiques. La otra joya es la Camera del Correggio, una sala que formaba parte del monasterio benedictino de las Hermanas de San Pablo, cuya bóveda de sombrilla está rica y hábilmente pintada al fresco por el entonces joven y prometedor Antonio Allegri da Correggio.

No hace falta decir más sobre los numerosos productos gastronómicos que hacen de Parma y su territorio un lugar verdaderamente rico y envidiable. Así que ya no hay excusas para quedarse en casa, prepárese para salir a descubrir Parma, encontrará historia, música, arte y muchas buenas razones para abrir el apetito.

Frescos en la Cámara del Correggio

Fabrizio en la Spezieria Benedettina

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