Si un Director General de Museos del Ministerio escribe un manual de buena gestión pública


Editrice Bibliografica acaba de publicar el “Manuale del buon dirigente e del buon funzionario” (Manual del buen dirigente y del buen funcionario) de Antonio Lampis, gerente de la Provincia de Bolzano y ex director general de Museos del Ministerio de Cultura. Un recorrido semiserio por la administración pública, con consejos para los jóvenes.

Es difícil hacer comparaciones. Una publicación como el Manuale del buon dirigente e del buon funzionario de Antonio Lampis (Editrice Bibliografica, 2024) se espera al final de la carrera. Una especie de “traspaso” en clave semiseria, destinado a los nuevos contratados en la función pública, pero también en las grandes empresas, para ofrecer sugerencias prácticas sobre cómo hacer malabarismos con los miles de grilletes burocráticos.

O quizá no, es precisamente la clave icástica y a veces irreverente con que se expresan los “consejos de cortesía” a que se refiere el subtítulo, con incisivas bromas eficazmente acompañadas por las ilustraciones de Luca Dal Pozzolo, arquitecto y cofundador de la Fundación Fitzcarraldo, lo que nos ayuda a captar el sentido de la operación: un librito in medias res, que en cierto momento de su carrera Lampis, director del Departamento de Cultura Italiana y Desarrollo Económico de la Provincia Autónoma de Bolzano, anteriormente Director General de Museos del MiC, en el sector cultural desde 1997, sintió la “necesidad” de despedir. Como si, en medio de la tramitación de un expediente, el alto burócrata se hubiera dicho a sí mismo: “aquí hace falta experiencia, las leyes y los reglamentos no bastan”. Y hubiera anotado los valiosos “consejos” ad hoc para la nueva hornada de administradores. Como una pincelada de color dada a la grisura del lenguaje burocrático. Al fin y al cabo, Lampis escribe claramente: “los actos administrativos que emanan de un cargo público no deben pensarse sólo con el mecanismo jurídico, de lo contrario no serían funcionarios ni gestores, sino abogados. Es muy importante tener un sentido de las consecuencias sociales, políticas y mediáticas de las medidas”.

Portada del libro
Portada del libro
Antonio Lampis
Antonio Lampis

Lo más cautivador de este manual es el registro que varía y mantiene unidos orden y... capricho: la organización de los consejos en epígrafes alfabéticos, típica de las obras de referencia tradicionales, y el tono semiserio de cuando, por ejemplo, el autor considera útil recordar que “los camareros y los que están a tu lado en la barra tienen orejas”. ¡La insidia acecha donde se bajan las defensas de alerta!



Sólo se puede empezar por la “A” de “contratación”, pero inmediatamente seguida de la menos previsible, casi un manifiesto de intenciones, “autenticidad”: “revender el trabajo de los demás poniéndole una guinda sólo porque eres el jefe te hará a la larga perder autenticidad”. Como si dijéramos que las manías megalómanas harán que el jefe pierda credibilidad a largo plazo. Un buen jefe no es el que está arriba, sino el que interviene después e imagina antes", advierte Lampis. Al fin y al cabo, como cita Ugo Morelli en el libro, ’el sello distintivo de un buen líder es trabajar por su propia reemplazabilidad’.

Un librito, además, firmemente anclado en un credo democrático que se filtra en varias ocasiones, como cuando bajo el epígrafe ’autoritarismo’ se recuerda que el líder debe ’ser garante del pluralismo de ideas’ o cuando se recuerdan valores éticos de rango constitucional. En la ’C’ de ’corrupción’, una lacra ’en claro resurgir’, también hay espacio para la amarga constatación de que es, más allá de todos los informes de Transparencia Internacional, una auténtica ’forma de vida’.

Pero, ¿cómo se hace ’carrera’? para Lampis ’a menudo es la recompensa a la autonomía y al coraje’, aunque la llamada a la autonomía suene más a la proyección de una realidad que uno desearía que a un escenario real. O si se quiere, hace falta valor para seguir siendo autónomo.

El desempolvamiento de la categoría del bestiario para la descripción de los tipos recurrentes de políticos y gestores es sabroso: van del “político oficial” al “político de incógnito”, del “ejecutivo que dice sí” al “gestor”.

Imagen: Pixabay/TungArt7
Imagen: Pixabay/TungArt7

No podía faltar la entrada “Inteligencia artificial”, donde se lee una de las reflexiones más inteligentes (valga el juego de palabras), frente a un mar de preocupaciones oscurantistas: “La mayoría de la gente preocupada olvida”, escribe Lampis, “que la inteligencia artificial también forma parte de la naturaleza, porque, como un gigantesco y complejísimo hormiguero, es sin embargo fruto del laborioso trabajo de un animal, el ser humano”. Ya en los años ochenta, una bella escena de la película Blade Runner nos recordaba estos límites poco firmes: en la era distópica imaginada por la película, los animales eran muy escasos o estaban prohibidos. El protagonista ve un hermoso búho en los pasillos de la casa del dueño de la gran empresa que produce replicantes, lo señala y pregunta a su acompañante: “¿Es artificial?”. Ella responde: ’Por supuesto’".

En definitiva, una auténtica y viva dedicación a su trabajo brilla en estas páginas, que ofrecen originales ángulos interpretativos. El Manual de Lampis es quizá también una “autobiografía” involuntaria de cuarenta años de experiencia administrativa marcada por episodios de encuentros con lugares, obras y personas. En algunos casos incluso los menciona, como en el caso de Antonella Pasqua Recchia, Secretaria General del MiC (“de quien aprendí mucho”). Por lo demás, advierte que “cualquier referencia a hechos y personas que existieron realmente es pura coincidencia”.

Un libro que no puede sino convertirse en un vademécum imprescindible para jóvenes gestores y funcionarios (y no sólo), pero también para quienes, llevando ya mucho tiempo en la Administración, pueden “descubrir” una llave diferente con la que enfrentarse a montones de documentos. Con textos accesibles y amenos incluso para la otra mitad del cielo, los llamados usuarios, gracias a un estilo claro y eficaz que permite seguir el entrelazamiento de las distintas situaciones abordadas.


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