Se publica una nueva monografía de Giuseppe Adani sobre Correggio, con algunas propuestas inéditas


Silvana Editoriale ha publicado el libro "Correggio. Il genio, le opere" de Giuseppe Adani, un libro que recorre la trayectoria del artista a la luz de los últimos descubrimientos científicos y con algunas propuestas inéditas.

Correggio es uno de los más grandes pintores de la historia: éste es el punto de partida, aparentemente banal, de la más reciente monografía sobre Antonio Allegri, Correggio. Il genio, le opere, de Giuseppe Adani, publicada por Silvana Editoriale. Historiador del arte profundamente enamorado de su ciudad y del pintor, al que ha dedicado casi toda su carrera, Giuseppe Adani resume en este volumen los últimos resultados de su prolífica investigación sobre el artista, ofreciendo al lector una monografía actualizada que tiene en cuenta los trabajos realizados por los estudiosos sobre Correggio en los últimos doce años: la gran exposición en la Galleria Nazionale di Parma (2008-2009), las muestras en la Galleria Borghese (2008) y la Venaria Reale (2010), la que le vio protagonizar junto a Parmigianino en las Scuderie del Quirinale (2016), el congreso de 2008 y el redescubrimiento de la Sant’Agata di Senigallia, expuesta entre 2018 y 2019 en la ciudad de las Marcas y en Correggio. Un gran volumen de estudios que encuentra una adecuada ordenación en este libro, con su rico y completo aparato iconográfico.

Hojeando el grueso volumen, dedicado a Eugenio Riccomini, uno se dará cuenta de que carece del riguroso enfoque sistémico propio de los tratados científicos: Será difícil, por ejemplo, encontrar discusiones en profundidad sobre los debates en torno a la datación de las obras, o registros completos sobre los traspasos de propiedad (aunque también hay momentos de mayor verticalidad: por ejemplo, al hablar de la citada Santa Águeda, o del Retrato de caballero del Hermitage de San Petersburgo, objeto de recientes estudios en profundidad). Adani explica convincentemente estas ausencias: en primer lugar, se habría tratado de reproponer datos ya adquiridos. En segundo lugar, la intención precisa del autor es producir un ensayo más abierto y casi coloquial, sin renunciar al rigor científico que corresponde a un trabajo de este tipo. Correggio. Il genio, le opere debe leerse, por tanto, sobre todo como una monografía de valor didáctico y pedagógico, organizada con gran claridad según una ordenación cronológica de las etapas de la carrera de Antonio Allegri.

Lo que propone Adani es, pues, una especie de viaje guiado a través de la producción de Correggio: un viaje que combina momentos en los que el tratamiento se hace más apremiante (pero en los que no escatima referencias a la conspicua bibliografía sobre el artista), y pausas prolongadas. El lector es consciente de ello desde los dos primeros capítulos: el inicio del itinerario coincide con la formación de Correggio: éste es ya uno de los territorios más frecuentados de la carrera del artista, y en consecuencia Adani se detiene en las primeras fases de la producción de Correggio el tiempo justo para ofrecer al lector una imagen de conjunto, obviamente precisa (con fichas dedicadas a las obras sueltas, como ocurre a lo largo de todo el libro), y algunas páginas de resumen. En cambio, el enfoque es diferente en el capítulo siguiente, dedicado a un único episodio del arte de Correggio, a saber, su presencia en el monasterio de Polirone, en San Benedetto Po, el capítulo más largo del libro después del dedicado a las obras de Parma de 1519-1521 y el del periodo 1522-1533.

La portada del libro Correggio. El genio, las obras de Giuseppe Adani
Portada del libro Correggio. El genio, las obras de Giuseppe Adani

La necesidad de profundizar en el periodo polirroniano viene motivada por el hecho de que en los últimos años la estancia de Correggio a orillas del Po ha sido objeto de mucha atención crítica (se ha vuelto a vuelto a hablar de él, por ejemplo, en la importante exposición sobre el siglo XVI en Polirone que se celebró precisamente entre el refectorio y la basílica de Polirone, de septiembre de 2019 a enero de 2020), y surgió por tanto la necesidad de dar cuenta de las últimas adquisiciones sobre la empresa de Polirone. Un asunto que, por otra parte, se aproxima al viaje de Correggio a Roma, que Adani, basándose en los estudios más recientes, imagina que el pintor emprendió tanto para afinar una más tenaz “conquista de los modos y composiciones de la pintura” como para prepararse mentalmente para el muro del refectorio del Polirone: “una tarea”, escribe el autor, “que llevó a la acumulación de una especie de antología especial en el cuaderno de viaje del todavía joven artista, que (no lo olvidemos) iba acompañado del erudito Gregorio Cortese, su mentor y consejero”. Cortese, además, tenía previsto llamar a Rafael para que pintara al fresco toda la pared: habiendo fracasado en su intento de llamar al de Urbino, resolvió compensarlo con un “Parrhasius futurus” identificado precisamente en el joven Correggio (que entonces tenía unos 25 años: tenía seis años menos que Rafael), que pintó al fresco la pared en la que más tarde se instaló laÚltima Cena de Girolamo Bonsignori (una elección insólita, la de colocar un óleo en el interior de la pared, pero no única). A continuación, el capítulo dedicado al fresco del Polirone analiza los temas teológicos e iconográficos del muro, centrándose incluso en los detalles individuales, que sirven para subrayar determinados aspectos del programa decorativo. Detalles de los que, por otra parte, emerge un pintor ya muy actual, capaz de renovar su formación de Mantegna fijándose en la pintura véneta de Bellini, Montagna y Cima da Conegliano, así como en la pintura umbra de Perugino.

Sobre el contenido del programa iconográfico, Adani propone también algunas hipótesis nuevas: además de reafirmar la atribución a Correggio de todo el fresco (ha habido dudas en el pasado, que el autor justifica sobre todo por el estado de conservación particularmente deficiente del muro), el historiador del arte se centra en ciertas figuras (como las de los profetas Isaías, Abraham y Melquisedec), que a su juicio apoyan la idea del tema de la espera según la línea judía y según la línea de los gentiles, tanto en lo que se refiere a la profecía como a la presciencia en la espera de la encarnación del Verbo. No es ésta, sin embargo, la única propuesta que el lector encontrará en el tratamiento, que tras la parte dedicada a los frescos de Polironi continúa con la primera madurez (1513-1518) y los primeros años en Parma. En este último capítulo, que aborda temas como la Camera di San Paolo y los frescos de San Giovanni Evangelista, volvemos al Retrato de una dama en el Ermitage, para el que Adani reitera su idea, recientemente sugerida, de que se trata del retrato de Veronica Gàmbara, condesa de Correggio, esposa del conde Giberto X. Adani confirma en el libro una fecha de finales de 1520, de acuerdo con David Ekserdjian: Correggio, en efecto, está documentado en su ciudad natal desde octubre de ese año (momento de su regreso de Parma, donde trabajó en los frescos de la cúpula de San Giovanni) hasta el 17 de marzo del año siguiente (además, en la misma época, se casó con Jeronima en Correggio). Esta larga estancia, según Adani, “le permitió la cuidadosa preparación y las repetidas poses necesarias para la ejecución del retrato, requeridas por las circunstancias familiares y políticas de la condesa, que, tras la muerte de su amado esposo Giberto X [acaecida en 1518, ed.], había solicitado, en efecto, al joven emperador Carlos V la confirmación del reconocimiento imperial de su estado, a fin de obtener la investidura principal para sus hijos menores”. El anuncio de la llegada del documento puso en marcha los fervientes preparativos de la corte de Correggio para las celebraciones pertinentes, y el 16 de diciembre de 1520 llegó el diploma imperial en el que se especificaba el papel de Verónica como regente hasta la mayoría de edad del hijo mayor, Ippolito". Estas circunstancias, según Adani, justificarían la ejecución del retrato y motivarían también su carácter majestuoso y su excepcional tamaño.

Entre los momentos más interesantes del libro figura, por ejemplo, la reconstrucción del Tríptico de la Misericordia (ejecutado para la iglesia de Santa Maria della Misericordia de Correggio), que debió de contener singularmente una Virgen con el Niño de terracota y en cuya parte superior figuraba un Cristo Redentor en la Gloria, hoy en la Pinacoteca Vaticana y reconocido como autógrafo de Correggio en 2008 por Giuseppe Adani y Rodolfo Papa: aquí, Adani reafirma su atribución a Correggio. Además, una novedad absoluta del libro es la propuesta de identificar la Maddalena leggente procedente de una colección privada como el último cuadro de Antonio Allegri pintado en 1533 por encargo de Isabella d’Este: El libro da cuenta por primera vez del descubrimiento, y Adani anticipa la próxima publicación de un estudio íntegramente dedicado al cuadro, que será fruto de una década de estudio y al que contribuirán Marzio Dall’Acqua, Ines Agostinelli, Adrián Egea y Antonio Guerra. En Correggio. Il genio, le opere sólo se ofrecen unas breves anticipaciones, posponiendo todo a una publicación posterior, ya que los temas a tratar son muy extensos. También hay ocasión de reafirmar la autoría autógrafa de Correggio de la Piedad del Museo Civico di Correggio, obra atribuida inicialmente al artista por David Alan Brown, luego por Eugenio Riccomini, y expuesta (también allí como autógrafa) en la gran exposición de las Scuderie del Quirinale de 2016, comisariada por David Ekserdjian, y el Joven escapando de la captura de Cristo, cuadro propuesto por primera vez como obra de Correggio en 2013 por Elisabetta Fadda y Nicholas Turner y que también figura en el catálogo de la exposición de 2016. Por último, la datación de 1530 como inicio de los frescos de la catedral de Parma se afirma de manera convincente sobre la base de los estudios de Cristina Cecchinelli: una datación que, según Adani, ahora debería incluirse definitivamente en una monografía dedicada específicamente a esta obra cumbre del artista.

Correggio, Ambientación arquitectónica de la Última Cena de Girolamo Bonsignori (1513; fresco y obra seca, 1170 x 1135 cm; San Benedetto Po, Refettorio Grande)
Correggio, Ambientación arquitectónica de la Última Cena de Girolamo Bonsignori (1513; fresco y obra seca, 1170 x 1135 cm; San Benedetto Po, Refettorio Grande)


Correggio, Retrato de caballero o Retrato de Verónica Gambara (1520; óleo sobre lienzo, 103 x 87,5 cm; San Petersburgo, Ermitage)
Correggio, Retrato de caballero o Retrato de Veronica Gambara (1520; óleo sobre lienzo, 103 x 87,5 cm; San Petersburgo, Ermitage)


Correggio, Redentor en gloria con ángeles (1522-1524; óleo sobre lienzo, 105 x 98 cm; Ciudad del Vaticano, Museos Vaticanos, Pinacoteca Vaticana)
Correggio, Redentor en gloria con ángeles (1522-1524; óleo sobre lienzo, 105 x 98 cm; Ciudad del Vaticano, Museos Vaticanos, Pinacoteca Vaticana)


Los frescos de la cúpula de San Juan de Parma
Los frescos de la cúpula de San Juan de Parma


Correggio, Santa Águeda (1525-1528; óleo sobre tabla, 29 x 34 cm; colección particular)
Correggio, Santa Águeda (1525-1528; óleo sobre tabla, 29 x 34 cm; colección privada)


Correggio, Magdalena leggente (óleo sobre lienzo, 38,6 x 59,2 cm; Madrid, Colección particular)
Correggio, Maddalena leggente (1533; óleo sobre lienzo, 38,6 x 59,2 cm; Madrid, colección particular)

Capítulos sobre pintura religiosa, sobre el periodo mantuano al servicio de Isabel de Este, sobre el periodo 1522-1523, sobre el ciclo de los Amores de Júpiter y sobre los demás frescos de Parma, incluida la Camera di San Paolo, completan el volumen, que termina con unas breves notas cronológicas y una bibliografía de referencia, que incluye los volúmenes que han hecho la historia de la literatura erudita sobre Correggio y las últimas adquisiciones: Las secciones más “apetecibles”, por así decirlo, para los críticos, están flanqueadas a lo largo del libro por ocasiones más divulgativas para el lector que desee acercarse al arte de Correggio para comprender esa grandeza reafirmada por Adani en la apertura.

Correggio. Il genio, le opere sale a la luz en la importante ocasión de Parma Capitale Italiana della Cultura, título que la ciudad emiliana ostentará en 2020 y de nuevo en 2021: un acontecimiento que, sin embargo, hasta ahora no ha propuesto ninguna incursión en Correggio, a pesar de que Parma fue para Correggio, dadas las debidas proporciones, lo que Roma fue para Rafael (así lo afirma también Giuseppe Adani en el libro), tanto más cuanto que Parma era entonces una ciudad de apenas dieciséis mil habitantes, pero que, sin embargo, fue capaz de dar continuidad a empresas artísticas de excepcional importancia. Además, sería un aniversario “redondo”, por así decirlo, ya que en 2020 se cumplirán exactamente quinientos años de la ejecución de los frescos de San Giovanni Evangelista (una de las obras maestras fundamentales de Correggio, reproducida en todos los manuales escolares de historia del arte). El excelente libro consigue así colmar un poco la laguna de Correggio que incluso la RAI Cultura aborda ahora activamente. Sobre todo, anticipa la evolución futura de los estudios sobre el artista. Por ejemplo, Giuseppe Adani anticipa el descubrimiento de que Bernardo Cles, que encargó la Loggia de Romanino en el castillo del Buonconsiglio, había intentado que Correggio realizara algunas obras en el castillo. Y de nuevo, se observará que el libro omite la producción gráfica de Correggio: para el autor, un “pesar” debido a las exigencias editoriales, pero también un estímulo para una futura publicación dedicada. Correggio, al fin y al cabo, es un artista sobre el que la atención de la crítica está muy viva y que aún podrá reservar muchas sorpresas en el futuro.

Se publica una nueva monografía de Giuseppe Adani sobre Correggio, con algunas propuestas inéditas
Se publica una nueva monografía de Giuseppe Adani sobre Correggio, con algunas propuestas inéditas


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