... y escribir un libro sobre ello. Pues bien, hay una persona que ha sabido encontrar un hilo lógico que une a estos personajes, y además hacer de todo ello una obra literaria: el autor de tan apasionante obra responde al nombre de Simone Caffaz, un periodista de Carrara nacido en 1974, con el agravante (porque para escribir un libro así, sí que es un agravante) de ser el presidente de laAcademia de Bellas Artes de Carrara. Un pasado como concejal municipal en la oposición (o centro-derecha: en Carrara, “oposición” y “centro-derecha” son sinónimos), un presente como director de una televisión local (TTNews 24, heredera de la histórica Tele Toscana Nord), y muchos le recuerdan también por haberse presentado a la alcaldía de Carrara en las elecciones de 2007 (perdió frente al actual primer ciudadano Zubbani), a la cabeza de una coalición apoyada por Forza Italia, Alleanza Nazionale, UDC, Lega Nord y tres listas cívicas.
Pero dejemos a un lado las cuestiones políticas y centrémonos en el último esfuerzo literario de la temeraria pluma de Simone Caffaz, así como en mi primer empeño caffaziano (y todavía me pregunto si no habría sido mejor idea emplear mi tiempo libre en alguna otra actividad más atractiva como, por ejemplo, ver carreras de hámsters en YouTube): El título, original y sobre todo nunca abusado, es Luna Caput Mundi, donde Luna hace referencia a la antigua ciudad romana de Luni (’Luna’ fue precisamente el nombre con el que se fundó). El libro salió en diciembre y está publicado por la Società Editrice Apuana. Pero, ¿de qué trata? Muy sencillo: de toda una serie de personajes que han tenido algo que ver, a lo largo de un periodo de tiempo que va desde la antigüedad hasta Giorgio Panariello, con el territorio de Luna, entendido por Caffaz (al menos si se leen los personajes que aparecen en el libro) como la franja de tierra que va, más o menos, desde Santo Stefano Magra hasta Forte dei Marmi.
Aquí, pues, el libro "pretende sacar a la luz el contenedor de recuerdos de la tierra correspondiente a la antigua colonia de Luna (más tarde Luni) y la relevancia de los acontecimientos que de ella se desprenden para nuestra civilización“, salvo para luego constatar, por desgracia, que ”Luna nunca ha sido capital de nada" (pero cómo, ¿no era incluso Caput Mundi?) pero “si no hubiera estado allí, el mundo no sería hoy el mismo” (¡ah, ya está!). Y así “reviviremos cincuenta historias, importantes o sólo aparentemente secundarias, unidas por el hecho de que han tenido un profundo impacto en los acontecimientos italianos y de otros países” (yo tendría algunas dudas sobre el “profundo impacto” de Chicco Evani en los acontecimientos italianos y de otros países, con todo el respeto posible, pero que así sea).
Pero cuidado, ahora viene lo mejor: ¡el libro es también un viaje iniciático! Sí, porque “se desvelan los entresijos de la vida y la obra de los más grandes artistas y hombres de letras”... pero ¿cuáles son esos secretos que Caffaz, descendiendo para nosotros desde las alturas del Parnaso, ha decidido sacar de las brumas que los envolvían? “El momento en que Dante Alighieri, en el exilio, decidió escribir la Divina Comedia” (¡una historia de fondo que nadie había conocido hasta ahora!), "el lugar donde Miguel Ángel Buonarroti se aprovisionó de mármol“ (quién sabe de qué oscuras canteras se extrajeron los mármoles de los que Miguel Ángel obtuvo sus obras maestras) y, cosa increíble pero cierta, la forma en que ”Antonio Canova consiguió ser un extraordinario maestro a distancia, en el sentido de que nunca conoció a muchos de sus alumnos". Se trata de una auténtica historia de fondo: Canova inventó ele-learning ¡y nadie nos lo había contado hasta ahora!
En resumen, “mientras que Luni ha tenido un profundo impacto en la historia de nuestro país y de la civilización occidental” (y la civilización occidental aún se pregunta cómo le habría ido sin Corrado Orrico), “por otro lado, la historia no ha rendido hasta ahora a Luni el homenaje que se merece”, pero que no cunda el pánico: ¡Simone Caffaz se encargó de ello!
Había una pregunta que me rondaba la cabeza desde que leí el índice del libro: ¿cuál podría ser el vínculo entre Berlusconi y las antiguas tierras de Luni? Así que decidí leer distraídamente casi todo el libro, recordándome de vez en cuando detalles interesantes, como frases que parecen copiadas textualmente de Wikipedia (por ejemplo, sobre David Herbert Lawrence:"profeta y místico del sexo casi medio siglo por delante de los flower children") para llegar a descubrir que hay dos conexiones entre Arcore y Luni, a saber, el interés de Berlusconi, en tiempos no bajo sospecha, por la citada Tele Toscana Nord, y, sobre todo, lo que podríamos llamar una calamidad, a saber, la militancia, en las filas de los partidos de Berlusconi, de residentes en Lunigiana como Sandro Bondi y Denis Verdini, ambos naturales de Fivizzano (pero los fivizzanesi se afanan en señalar que piden disculpas y que no es culpa suya).
Sin embargo, el cuentacuentos del pueblo de Fivizzano, no contento con haber donado a la posteridad una obra con tan asombrosas revelaciones (frases que parecen copiadas de Wikipedia aparte, ça va sans dire), ha tenido a bien presentarla a lo grande en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Carrara, todo ello con la guarnición del más descarado, bochornoso, pérfido y tamarra de los trucos americanos: la declaración pública a la propia belleza. ¿Cómo no mencionar la pieza de alto periodismo de Alessandra Vivoli que, al día siguiente, en las páginas del diario Tirreno habló del evento, hasta el punto de que el libro se convirtió en guarnición de la declaración de amor y no al revés? A este respecto, sin embargo, es justo romper una lanza en favor de Alessandra Vivoli: dado el contenido del libro, quizá sea poco generoso criticarla por haber hablado casi exclusivamente de la declaración. ¡Alessandra Vivoli, a quien también quiero agradecer públicamente que nos haya regalado, en su artículo, una memorable entrevista con su prometida (“hicieron falta seis meses de rosas rojas para hacerme capitular”: ¡heroico e indomable Caffaz!), pero sobre todo la opinión de sus respectivos padres sobre la pareja! Los lectores del Tirreno de Carrara seguramente habrán pasado noches en vela, atenazados por la duda de que la unión pudiera ser mal vista por sus familias.
Pero el Tirreno no es sólo una revista rosa, también es crítica literaria, y la no tan agradecida tarea de escribir un artículo sobre Luna Caput Mundi recayó en David Chiappuella, mi compañero en esa misión. Sin embargo, Chiappuella, en su artículo aparecido también en el Tirreno en Nochebuena (evidentemente, los lectores del Tirreno se han portado muy mal durante el año), en lugar de preguntarse, como hacía y sigue haciendo, qué uso práctico es mejor dar al volumen (la indecisión es si utilizarlo como regalo para un amigo del que nos hemos sentido agraviados y con el que debemos reconciliarnos, o recomendarlo como objeto contundente para todas las mujeres que tienen maridos que llegan borrachos a casa por la noche), o al menos si la Società Editrice Apuana no habría hecho mejor en utilizar su preciosa pulpa para promocionar a algún joven autor local que tuviera historias interesantes que contar, pudo comentar el libro señalando la flagrante e injustificada ausencia de varios personajes, desde Montesquieu hasta Maurizia Cacciatori. Concluía su artículo con una pregunta: “¿para cuándo un segundo volumen que aborde también estos aspectos?”... gracias, querido David, ¡pero yo diría que ya hemos dado!
Luna Caput Mundi
de Simone Caffaz
Editorial Apuan, 2013
12 €
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