La Tavola Doria - de Louis Godart


Reseña del libro La Tavola Doria, de Louis Godart, Mondadori (2012)

Antes de comenzar mi reseña del libro La Tavola Doria de Louis Godart, publicado por Mondadori, me siento obligado a agradecer al autor que me haya citado en un pasaje del libro en el que habla de la Batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci, cuyos acontecimientos constituyen uno de los núcleos principales del libro. Pero vayamos por orden.

¿Qué es, mientras tanto, el panel Doria? Es el cuadro en torno al cual gira todo el libro: un panel que algunos creen autógrafo de Leonardo y otros una copia más o menos tardía, cuyas vicisitudes relata Godart en las primeras páginas del libro. Registrada en el siglo XVII en las colecciones de la familia Doria de Génova, a donde llegó tras intercambios de regalos con los Médicis de Florencia (Giovan Carlo Doria y Cosme II eran buenos amigos), en 1940 la tabla fue vendida por la rama napolitana de la familia Doria, tras una subasta, al marqués Giovanni Niccolò De Ferrari de Génova, y sólo dos años después pasó a manos de un anticuario florentino. Tras diversos acontecimientos que sacaron ilegalmente el panel Doria de Italia, el cuadro llegó a Japón, al Museo de Arte Fuji de Tokio. Sin embargo, el museo se entera de que la obra está notificada (es decir, en términos sencillos, el Estado italiano la reconoce como de alto interés cultural y por este motivo no puede venderse en el extranjero) y, por tanto, no puede exponerla. Por ello, se llegó a un acuerdo entre el museo japonés y el Estado italiano: Japón dona la obra a Italia, que a cambio concede tenerla en préstamo durante periodos limitados de tiempo.



La Tavola Doria está indisolublemente ligada a los acontecimientos de la batalla de An ghiari en el Palazzo Vecchio: el cuadro, que en los inventarios de las colecciones Doria del siglo XVII se atribuía además a la mano de Leonardo da Vinci, es una de las obras a través de las cuales sabemos cómo debía ser el diseño de Leonardo para el muro del Palazzo Vecchio (Godart, en su análisis, nos ofrece también todos los demás dibujos y grabados tomados de la batalla de Anghiari). También sabemos que el propio Leonardo pintó un panel preparatorio que representaba la batalla de Anghiari: lo que intentamos comprender es si el panel Doria es la obra preparatoria ejecutada por Leonardo o si, por el contrario, se trata de una copia.

La Tavola Doria de Louis Godart
El panel Doria de Louis Godart
Los historiadores, nos dice Godart, están divididos: hay quienes lo consideran una copia de un maestro del siglo XVI y hay quienes, como el historiador del arte Friedrich Piel, dejan abierta la posibilidad de que el cuadro sea de mano de Leonardo. El autor del libro también se declara posibilista. En el capítulo titulado ¿Quién pintó la Tavola Doria?, Louis Godart resume las razones por las que cabe suponer que la obra pudo ser, al menos en parte, pintada por Leonardo. Las razones aducidas por Godart se encuentran en los inventarios del siglo XVII que la atribuyen a Leonardo da Vinci (y le asignan un valor económico muy elevado), en los análisis científicos que han revelado una manera de preparar el panel similar a la adoptada para laAdoración de los Magos de Leonardo, en el trazo que en ciertas partes del dibujo preparatorio es el mismo que el atestiguado en varios dibujos de Leonardo, en el hecho de que Leonardo realizara un panel preparatorio para la Batalla de Anghiari, en ciertos rasgos estilísticos del cuadro. En resumen: no podemos afirmar con certeza que el panel Doria sea obra de Leonardo da Vinci, pero tampoco podemos cerrar la puerta a esa posibilidad.

El libro se cierra con dos capítulos dedicados a una larga reflexión sobre las implicaciones mediáticas de ciertas investigaciones que tienen poco mérito científico pero que obtienen protagonismo en los medios de comunicación. Partiendo de un supuesto: Godart afirma que “quienes se dedican a hacer avanzar laboriosamente el conocimiento de la historia y el arte se ven a menudo apartados de los canales de comunicación bajo el absurdo pretexto de que la ciencia no hace ’audiencia’”. Así, poniendo ejemplos tomados de las teorías relativas a la historia del arte antiguo, tema bien conocido por Godart ya que el autor del libro es un experto en las civilizaciones del Egeo, se acaba dedicando inevitablemente un capítulo del libro a las investigaciones de Maurizio Seracini en el Salone dei Cinquecento del Palazzo Vecchio, en busca de la Battaglia di Anghiari. Acontecimientos de los que en Finestre sull’ Arte hemos hablado largo y tendido. Citando estudios y artículos (entre ellos el mío dedicado a la inscripción "Hallazgos de la búsqueda “ publicado en nuestro sitio), Godart llega a la conclusión (”fácil“, según el autor) de que la búsqueda de Seracini se define como una ”caza vana“, una búsqueda con un sabor mucho más mediático que científico y filológico. Con una importante y sabia reflexión: ”quienes quieren defender la seriedad de la investigación científica tienen una tarea: deben promover la difusión del conocimiento convenciendo a la gente de que la aventura del conocimiento científico riguroso es la más bella de las aventuras. No es necesario inventar misterios [...] para entusiasmar al público".

El libro de Louis Godart se erige precisamente en una excelente y clara obra de divulgación, apta para un amplio público que, gracias a La Tavola Doria, puede familiarizarse no sólo con el contenido del cuadro (también se dedica un capítulo a los posibles mensajes políticos de la tabla) y con el arte de Leonardo, sino también con los procesos de investigación histórico-artística, a menudo desconocidos para la mayoría. Y aunque las razones para atribuir la mesa Doria a Leonardo puedan parecer poco sólidas e insuficientes (pero, por otra parte, el propio Godart no se pronuncia), con La Tavola Doria leemos un libro ciertamente inteligente, que se aleja de la historia del arte como forma de sensacionalismo con primicias inverosímiles.

Hay otro mérito que encontrar en este libro de Louis Godart: además de ser, como ya se ha dicho, un buen ejemplo de divulgación, el libro hace ver al público que un cuadro puede ser importante incluso sin ser original. Las copias desempeñan un papel decisivo en la investigación histórico-artística (y gracias a los ejemplos que encontramos en el libro, entenderemos por qué), y este aspecto va en contra del culto al "gran nombre " que interesa a los medios de comunicación cuando se trata de historia del arte. Porque la historia del arte no sólo está formada por esos tres o cuatro grandes artistas cuyas obras se han convertido casi en iconos pop (pensemos en la Gioconda o en el David). La historia del arte no es el culto a la gran obra maestra que anula todo lo demás: es algo mucho más serio, riguroso, profundo y fascinante, y La Tavola Doria de Louis Godart va precisamente en esta dirección.

La Tavola Doria
de Louis Godart
Mondadori, 2012
163 páginas




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