La cerámica, material que se moldea y transforma bajo las manos del artista, es un elemento anclado en el pasado, entre la artesanía y el arte, entre su utilidad cotidiana y la expresión estética. Y es en este espacio donde se inscribe la trayectoria artística de Enrico Baj (Milán, 1924 - Vergiate, 2003), pintor y escultor del siglo XX que supo desmarcarse de los cánones de la cerámica tradicional para convertirla en terreno de experimentación libre y provocadora. De hecho, el arte de Baj se distingue por el amplio uso de sus innovadoras técnicas, que van desde el ensamblaje a la reelaboración de imágenes y materiales de todo tipo; el resultado son obras nuevas y diferentes que recuerdan la creatividad progresista de la segunda mitad del siglo XX. En este sentido, en el volumen Enrico Baj. Catalogo ragionato delle opere ceramiche (272 páginas, 40 euros, ISBN 9791254631850), publicado por Marsilio Arte, el estudioso Luca Bochicchio, autor del volumen, nos ofrece una visión detallada de un aspecto menos conocido pero al mismo tiempo apasionante de la producción artística de Baj: la cerámica, en realidad.
A través de la documentación y de un meticuloso análisis crítico, Bochicchio, director científico del MuDA de Albissola Marina y conservador del Museo de Cerámica de Savona, nos guía hacia el descubrimiento de una trayectoria que representa la naturaleza lúdica, visionaria y experimental del artista. Las cerámicas de Baj, llenas de simbolismo, son por tanto una síntesis de memoria e innovación. No se trata, por tanto, de una herramienta científica como suele ser un catálogo razonado, útil sobre todo para estudiosos y coleccionistas, sino también de un libro destinado a quienes, de forma más general, desean conocer un aspecto quizá menos conocido de la producción de Baj. Una publicación bilingüe, además: los textos están en italiano y en inglés.
Sin embargo, la cerámica no es un elemento lineal en la trayectoria del artista milanés: surge como una presencia intermitente, abordada con pasión y dedicación en momentos concretos de su vida artística. Entre sus creaciones, Bochicchio recuerda tres esculturas de dos caras que conserva en la entrada de su casa. En este caso, las figuras con ojos, bocas y narices esculpidas también en la parte posterior de la cabeza, representan una versatilidad basada en la complejidad del ser humano. El propio Baj, en una entrevista de los años 80, afirmaba que la tarea del artista es dejar una huella, por tenue que parezca. Aquí: esas figuras, esos Giani de dos caras responden plenamente a la misión y la declaración de Baj. Enlazan idealmente con las huellas dejadas por antepasados más lejanos.
Al repasar los años de cerámica del maestro, además, Bochicchio se detiene en el cromatismo de las mayólicas realizadas en Faenza por Baj, e inspiradas en su época kitsch. A pesar de su belleza, lo atractivo de las obras se encuentra en la multitud de rostros que las sostienen. Son figuras cargadas de fragilidad humana. Baj se enfrenta así a temas como la sociedad contemporánea, el mito, la identidad, y utiliza la cerámica como herramienta de crítica y reflexión. Y ciertamente su capacidad para combinar lo grotesco con lo sublime hace de su corpus cerámico una de las manifestaciones más originales del arte del siglo XX. El artista tuvo así la habilidad de adaptar su poética a los materiales y técnicas cerámicas, y sus diversos experimentos así lo demuestran: su acercamiento a la terracota en Albisola en los años 50 (fue aquí, en Liguria, donde Baj realizó sus primeros experimentos: se trataba principalmente de paneles en relieve, platos y figuras en redondo), las mayólicas realizadas en Faenza e Imola en los años 80 y 90, después de casi treinta años sin tocar el material arcilloso (el artista, cuando se le preguntó, dijo que ante todo era pintor y que por eso había suspendido sus investigaciones en cerámica), y las producciones finales en Castellamonte. “El acercamiento a la cerámica”, habría dicho Baj en los años ochenta, “siempre ha sido totalmente espontáneo para mí, es decir, se ajusta a mi sensibilidad y a mi forma de hacer arte. Me gusta mucho el material. Hago y he hecho siempre pintura matérica, prefiriendo la técnica del collage, es decir, la inserción de objetos y materiales con peso e identidad propios”.
Así pues, el libro aborda simultáneamente dos aspectos: hay, obviamente, una catalogación técnica de las obras, pero también la ubicación de éstas en un contexto histórico y cultural más amplio. Se destaca así el diálogo de Baj con los grandes movimientos artísticos de su época, como el surrealismo, el grupo CoBrA, pero también la patafísica de Alfred Jarry.
En la segunda mitad del siglo XX, el escultor milanés realizó numerosas cerámicas inspiradas en la obra Ubu roi, en referencia al imaginario patafísico de Alfred Jarry, escritor francés nacido en Laval en 1873 y conocido por haber desarrollado la ciencia de las soluciones imaginarias, conocida precisamente como patafísica. Entre las obras del artista se encuentra una obra tan importante como Las historias de Ubu, creada entre 1983 y 1985, que no sólo representa el genio creativo y experimental de Baj, sino que sobre todo se convierte en una herramienta para abordar las dificultades de la vida contemporánea. La ironía y el absurdo que caracterizan a Ubu se transforman en un remedio a la rigidez de la realidad y presentan soluciones imaginarias a los momentos más oscuros de la vida de todos.
Sin embargo, al relatar el arte de Baj, Bochicchio no deja de rendir homenaje a la destreza y experiencia de ceramistas de Faenza como Davide Servadei, cuyas habilidades (técnicas y físicas) fueron fundamentales para hacer realidad las visiones de Baj. ¿Cuál es el tema central del catálogo? Sin duda, la relación de Baj con los talleres artesanos italianos, considerados los verdaderos centros de excelencia donde el artista encontraba la base para sus experimentos. Al no ser un ceramista tradicional ni un técnico especializado, Baj siempre colaboró con maestros ceramistas como Servadei, que en su caso le guiaron y ayudaron a hacer realidad sus visiones.
Vinculados a la pericia en el montaje y desmontaje de obras, Bochicchio recuerda dos momentos particulares relacionados con el montaje de diversas instalaciones. El de 2001, con motivo de la retrospectiva Baj en el Palazzo delle Esposizioni de Roma, caracterizado por la inestabilidad del montaje de La Bella y la Bestia, con riesgo de derrumbe de la obra, y el de 2003, durante la instalación de Los funerales del anarquista Pinelli en la Sala Napoleonica de Brera, en el que los artistas montadores se subieron a un andamio muy alto e inestable. En ambos casos, la delicadeza y la importancia de las cerámicas requirieron un trabajo meticuloso.
El libro, que vio la luz a finales de 2024 con motivo de un doble aniversario (el centenario del nacimiento de Baj y el 70 aniversario de su primera cerámica, realizada en Albisola en 1954), también explora un tema nada desdeñable: la comparación entre Baj y conocidos maestros de la cerámica, entre ellos Lucio Fontana. Aunque ambos eligieron la materia como medio de expresión, Fontana, conocido por sus recortes sobre lienzo, utilizó la cerámica para dar cuerpo a la visión de su Concepto Espacial. En obras como Concetto spaziale, de 1954, utilizó la cerámica del mismo modo que el lienzo e imprimió en el material gestos violentos y cargados de energía para crear una tensión entre el control y el caos. Baj, por su parte, interpretó la cerámica de maneras completamente distintas, mediante efectos que expresan su naturaleza lúdica y su deseo de anular las reglas tradicionales de la cerámica. Baj cuenta historias, evoca mitos y se burla constantemente de la dramática condición humana.
¿Qué son las cerámicas de Baj? ¿Cómo explicar su significado? Las obras de Baj son fragmentos de una poética que combina juego y profundidad, ligereza y compromiso, mito y vida cotidiana, tradición y experimentación. Y el Catálogo razonado de obras de cerámica analiza la dimensión ecléctica y visionaria de un artista que luchó contra los límites entre arte y artesanía. El catálogo se dirige, pues, a estudiosos, aficionados y curiosos, y presenta un itinerario por la cerámica como metáfora de la vida y el pensamiento de Enrico Baj, maestro irrefutable del siglo XX.
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El arte cerámico de Enrico Baj en un volumen que revela su lado irónico y experimental |
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