Y había luz. Obras de Balla, Fontana, Eliasson y Leotta en Cuneo

Del 24 de octubre de 2020 al 14 de febrero de 2021, el Complesso Monumentale di San Francesco de Cuneo acogerá la exposición E luce fu, comisariada por Carolyn Christov-Bakargiev y Marcella Beccaria, con el asesoramiento curatorial de Marianna Vecellio para el proyecto de Renato Leotta, y promovida por Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea y Fondazione CRC.

Los protagonistas son Giacomo Balla, Olafur Eliasson, Lucio Fontana y Renato Leotta, con obras todas ellas centradas en la luz, pertenecientes a las Colecciones del Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea.

Las obras de los cuatro artistas expositores se instalan en relación con los espacios de la sede de la exposición, creando un itinerario inmersivo y sensorial. En el centro de la nave se encuentra la obra histórica de Giacomo Balla (Turín, 1871 - Roma, 1958) Feu d’artifice(1917), que el artista creó durante sus años como miembro del Futurismo. Presentada por primera vez el 30 de abril de 1917 en el Teatro Costanzi de Roma, la obra consiste en una verdadera representación teatral en la que Balla, con las notas de Igor’ Stravinsky y la dirección del empresario de ballet ruso Sergei Djagilev, activa un escenario cuyos protagonistas son luminosos volúmenes geométricos. Formas piramidales y paralelepípedos puntiagudos, cuya estructura de madera está recubierta de telas pintadas y de colores, con luces eléctricas en su interior, que funcionan rítmicamente con efectos de movimiento inusuales. Los elementos representan, según explicó Balla, “los estados de ánimo de los fuegos artificiales” que la música de Stravinsky le había sugerido. La representación dura sólo tres minutos, de acuerdo con los principios de un teatro nacido de la intuición y capaz de condensar en pocos instantes múltiples situaciones e ideas, tal y como lo definió Filippo Tommaso Marinetti.

Lucio Fontana (Rosario di Santa Fe, Argentina, 1899 - Comabbio, Varese, 1968) está representado en la exposición por Ambiente Spaziale, 1967 (1981). La luz de las lámparas de Wood revela la doble trayectoria lineal de círculos pintados en colores fosforescentes. El espectador, según las intenciones declaradas del artista, se encuentra en el entorno cara a cara consigo mismo: todos los sentidos contribuyen a hacer de la percepción una experiencia total. La obra medioambiental de Fontana constituye una primera realización de los proyectos expuestos en los manifiestos del movimiento espacialista, que el artista fundó en Milán en 1947.

El ábside de la iglesia está animado por el juego de luces y sombras en The sun has no money (2008) de Olafur Eliasson (Copenhague, 1967). El artista sitúa la subjetividad de cada visitante en el centro de su investigación, y desde el principio de su carrera artística ha investigado la luz como tema crucial en su comprensión de la realidad. Eliasson suele referirse a sus obras como “máquinas”: la verdadera obra de arte es el producto del encuentro entre los objetos dispuestos físicamente en el espacio y la singularidad de los individuos que los perciben. En el caso de la instalación expuesta, Eliasson utiliza dos focos de teatro que dirigen sus haces de luz hacia dos estructuras formadas por anillos concéntricos de material acrílico. Colgados del techo y accionados mecánicamente, los anillos proyectan múltiples sombras en el espacio expositivo, produciendo círculos de luz coloreada que dibujan formas insólitas a lo largo de las paredes del espacio. En El sol no tiene dinero, deja a la vista los elementos mecánicos y eléctricos que componen la instalación, invitando a los visitantes a cuestionar las formas en que son percibidos.

La obra de Renato Leotta (Turín, 1982), Sol (2019-2020) recorre todo el espacio de la iglesia: consiste en faros antiguos de coches en desuso instalados para iluminar detalles significativos de la arquitectura y la decoración interior del edificio. A partir de una investigación iniciada en 2019, Leotta recupera las luces de diversos vehículos, reconfigurándolas como agentes capaces de sustituir a los sistemas de iluminación tradicionales. Leotta cuestiona así los cambios sociales que se han producido en diversos puntos de la región del Piamonte, que de ser un centro vinculado a la industria hasta finales de los años 90, ha virado hacia la producción de “cultura del entretenimiento contemporáneo”, según el propio artista.

“En la cultura occidental”, afirma Carolyn Christov-Bakargiev, directora del Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea, “la luz siempre ha sido símbolo de claridad y conocimiento puro, de esa sutileza suprema del pensamiento a la que todo seguidor de Platón debería aspirar. Pero algo de irracional y gratuito hay en la experiencia del deslumbramiento experimentado en cambio durante el éxtasis, también parte de nuestra cultura y descrito con detalle por Dante en el último canto del Paraíso y más tarde también por algunos santos, como Teresa de Ávila (1515-1582) en sus diarios. Hoy, la luz de las pantallas de nuestros teléfonos móviles y ordenadores nos deslumbra en un sentido alejado tanto de la claridad de pensamiento como del éxtasis. A través de una exposición de obras de arte realizadas con la luz pura como material, reflexionamos sobre el mundo real, envuelto en rayos electromagnéticos”.

Para más información: fondazionecrc.it

Horario de apertura: De martes a sábado de 15.30 a 18.30, domingos de 10.30 a 18.30. Entrada gratuita.

Imagen: Olafur Eliasson, The sun has no money (2008; filtro de vidrieras, espejo, cable de acero, motores eléctricos, focos, trípodes, soportes de pared, dimensiones variables; Rivoli, Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea). Cedida por la Fondazione per l’Arte Moderna e Contemporanea CRT. Cortesía Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea, Rivoli-Turín. Foto Paolo Pellion.

Y había luz. Obras de Balla, Fontana, Eliasson y Leotta en Cuneo

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