Del 9 de octubre al 6 de noviembre de 2022, por octavo año consecutivo, vuelve RI-SCATTI, el proyecto concebido y organizado por el PAC Padiglione d’Arte Contemporanea de Milán y Ri-scatti Onlus, la asociación de voluntariado que desde 2014 crea eventos e iniciativas para la redención social a través de la fotografía. y promovido por el Ayuntamiento de Milán con el apoyo de Tod’s. La nueva edición, comisariada por Diego Sileo, patrocinada por el Ministerio de Justicia y realizada en colaboración con el Politécnico de Milán y la Superintendencia Regional de Lombardía del Departamento de Administración Penitenciaria, pretende contar las complejidades, las dificultades, pero también las oportunidades de la vida en las instituciones penitenciarias, más allá de simplificaciones y estigmatizaciones, proporcionando a los participantes una herramienta educativa y generando también una comparación constructiva y una sinergia concreta entre la administración municipal, la administración penitenciaria y las instituciones culturales de Milán.
Este año, los protagonistas absolutos fueron los reclusos y funcionarios de prisiones de las cuatro instituciones penitenciarias milanesas: el Hogar de Detención Opera, el Hogar de Detención Bollate, la Prisión F. Di Cataldo, IPM C. Beccaria, IPM C. Di Cataldo e IPM C. Beccaria. Beccaria. Once meses de curso, cien participantes (sesenta reclusos y cuarenta policías), más de 50.000 fotografías tomadas, 800 de las cuales fueron seleccionadas para ser expuestas, y material de vídeo inédito y exclusivo para contar la realidad de las prisiones desde el punto de vista directo de quienes viven y trabajan en ellas.
La exposición en el PAC con la que concluye el proyecto de formación es, como siempre, de entrada libre. Dado el carácter excepcional del evento, la exposición se prolongará durante todo un mes y se abrirá a la ciudad el sábado 8 de octubre, de 19.30 a 23.30 horas, con motivo de la 18ª Jornada de Arte Contemporáneo, promovida por AMACI Associazione dei Musei d’Arte Contemporanea Italiani para narrar la vitalidad del arte contemporáneo en nuestro país. Todas las fotografías (impresas por FDF Fotolaboratorio Digital Service en Canon Photo Paper Pro Luster 260 gr.) y el catálogo están a la venta y la recaudación íntegra se destinará a apoyar y financiar intervenciones arquitectónicas destinadas a mejorar la calidad de vida en las prisiones.
Estas actividades serán gestionadas y coordinadas por el Departamento de Arquitectura y Estudios Urbanos del Politécnico de Milán, que, junto con el Departamento de Diseño, lleva muchos años realizando investigaciones participativas en espacios penitenciarios. Un camino nunca antes abordado por nadie, que tenía como novedad absoluta para los reclusos la posibilidad de tener cámaras a su disposición en los pabellones y celdas, y para los policías la posibilidad de disponer de ellas durante sus horas de trabajo.
El resultado es un intenso relato sobre la cárcel, un mundo difícil de entender, desconocido para quienes no viven en él. Para quienes no cruzan ese umbral que marca la línea divisoria entre vivir y sobrevivir, entre el tiempo que pasa y la inmutabilidad de los días. Lo que es importante en nuestra vida cotidiana a menudo carece de sentido en las secciones de la cárcel, y lo que es vital entre rejas casi carece de sentido para nosotros. Las cárceles no sólo están abarrotadas de presos, están abarrotadas de seres humanos a los que no se puede dejar solos, a los que hay que ayudar a salvarse de su propia “vida perdida”, de su convicción de que ya no tienen ninguna posibilidad de redención, de su visión de la “desaparición del futuro” ligada a unas relaciones radicalmente aplastadas sobre la acción pasada. Entrar en prisión representa el comienzo de un descenso, tortuoso e inevitablemente duro. Es el inicio de un camino, lleno de dolor, dificultades, miedos y contradicciones, donde se sufre una profunda soledad a pesar de estar con otras personas, donde hay profesionales que pueden ayudar, pero es realmente muy fácil sentirse abandonado. Un camino que, también en interés de la comunidad, debería terminar con una salida “para volver a ver las estrellas” (ya sea física o simbólica para los que en realidad nunca saldrán de la cárcel), para que el deseo de justicia no se convierta en venganza.
Y luego, en este relato fotográfico, están también los policías de la prisión. Desde el principio, me pareció interesante implicar en el proyecto a los que trabajan dentro de la cárcel, a los que llevan uniforme y creen firmemente en lo que hacen, por vocación, por elección de vida o porque simplemente se han encontrado haciéndolo. A menudo maltratados, mal juzgados, considerados una lista de números anónimos, engullidos por la vorágine de latiguillos, prejuicios y lugares comunes sobre las fuerzas del orden, que luego, por desgracia, a veces (como nos recuerda la crónica) resultan ser espantosamente ciertos, desprestigiando toda la categoría. Dentro de los pasillos y las secciones, con las jornadas jalonadas de guardias, los golpes ordinarios de rejas, el giro de llaves, las órdenes que hay que ejecutar, la apertura y el cierre de persianas, la ronda de recuento, la entrega, los turnos de noche, las vigilancias, las escoltas judiciales. Todo en nombre del rigor, de la vigilancia y del control, para observar, escrutar, adivinar las razones de cada actitud, de cada frase a medio decir, y prever todos los riesgos posibles y eventuales detrás de un movimiento.
La RI-SCATTI de este año se ha desarrollado, por tanto, a través de una doble vía, compartida por ambas partes mucho más de lo que podría pensarse, en la que en el centro de todo estaba el hombre con sus matices, sus errores, sus debilidades, sus flaquezas, su valor, sus responsabilidades.
La exposición se completa con la Sala de Proyectos Laboratorio Carcere, dedicada al recorrido de investigación que el Politécnico de Milán lleva a cabo sobre el terreno desde 2014 en los institutos penitenciarios de Milán. Documenta la investigación y el diseño de la forma del espacio y las maneras de habitarlo, con el objetivo del cambio y bajo la bandera de la cooperación entre el mundo de la investigación y el mundo del castigo.
“La PAC sigue investigando con valentía las realidades más difíciles y complejas de nuestro presente con una mirada fotográfica sin precedentes”, ha declarado el Consejero de Cultura Tommaso Sacchi. “Detrás de esta mirada, que en la exposición se convierte también en la nuestra, podemos descubrir mundos que nos son desconocidos, aunque nos resulten lejanos, y comprender una experiencia diferente a la nuestra. En cualquier exposición, entramos a formar parte del universo de pensamiento y sugerencia de un artista, pero en este proyecto, que ya va por su octava edición, hay algo más: existe la voluntad de ahondar en experiencias particulares, enseñando a las personas a representarse a sí mismas, a dar a su cotidianidad el sentido de una vida vivida en plenitud, aunque de forma diferente a la que fluye con otros ritmos y otros códigos fuera de los muros de la cárcel. Y existe también la voluntad de no detenerse nunca en la superficie de las cosas y en los marcos que las definen: un objetivo fundamental para quienes se dedican a representar la contemporaneidad”.
"Esta edición de RI-SCATTI", subraya Stefano Corso, presidente de RI-SCATTI, “ha perseguido un proyecto social incómodo, difícil, pero en el que el término ’redención’ está profundamente ligado a la mirada de quienes narran. Redención” para quienes han cometido errores, “redención” para quienes trabajan sin el reconocimiento de la sociedad. Han sido once intensos meses de trabajo en los que nuestros profesores han tratado con personas de diferentes edades y géneros, haciéndoles protagonistas de la historia de su existencia en las cárceles de Milán. Los ambientes y las relaciones en las que viven son su narración y muy a menudo se hace difícil distinguir entre los que viven en la cárcel y los que trabajan en ella. Una serie de fotografías crudas y conmovedoras que abren un resquicio entre esos muros desde el que se filtra una realidad sin los filtros a menudo estereotipados por el sentimiento común, que pretende imaginar vidas sin querer reconocerlas e ignora los límites de la dignidad y la humanidad a pesar de conocerlas".
Vuelve al PAC de Milán RI-SCATTI, la exposición que narra el duro mundo de las prisiones |
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