Venturino más allá de Pinocho: la exposición que redescubre el alma del artista en la ciudad de Pescia


Del 10 de abril al 27 de julio de 2025, la Fondazione POMA Liberatutti de Pescia dedica una gran retrospectiva a Venturino Venturi. Setenta y cinco obras, entre témperas, grabados, máscaras, esculturas y vídeos, narrarán el encuentro entre el arte y el mito de Pinocho.

La ciudad de Pescia, vinculada desde siempre al mito de Pinocho, acoge una exposición que amplía sus límites y renueva su significado. Del 10 de abril al 27 de julio de 2025, la Fondazione POMA Liberatutti presenta Oltre Pinocchio - Cantico a Venturino, una exposición concebida y comisariada por Lucia Fiaschi y Filippo Bacci di Capaci, que rinde homenaje a la figura y la obra de Venturino Venturi (Loro Ciuffenna, 1918 - Terranuova Bracciolini, 2002), uno de los artistas más líricos y profundos del siglo XX italiano . Lejos de una simple celebración iconográfica de la marioneta más famosa del mundo, la exposición se propone como una reflexión amplia y compleja, capaz de entrelazar memoria, identidad y materia, con una mirada proyectada tanto hacia la investigación individual como hacia el patrimonio simbólico colectivo.

En Pescia, a dos pasos del famoso parque temático dedicado al personaje de Collodi, toma forma un proyecto que va más allá de la imaginería más habitual vinculada a Pinocho. Venturino Venturi, que desde hace décadas dialoga con la figura de la marioneta, consigue transponer su vitalidad y su tensión emocional a múltiples lenguajes: pintura, escultura, grabado, grabado. Se exponen setenta y cinco obras procedentes del Archivo Venturino Venturi, de los Museos Cívicos Florentinos, de la Fundación Nacional Carlo Collodi, de la colección BCC Banca Valdarno y de importantes colecciones privadas.

Una sección especialmente importante está dedicada a las treinta pinturas al temple realizadas en 1986 para una edición especial de Las aventuras de Pinocho. Nunca expuestas al público salvo durante la presentación del volumen, estas obras siguen siendo únicas por su fuerza expresiva y su densidad cromática. Venturino esboza un Pinocho primitivo, inquieto, vibrante. Una marioneta devuelta a su esencia simbólica, capaz de encarnar fuerzas arcaicas, miedos atávicos, deseos no resueltos.

Venturino Venturi, Pinocho en la paloma (1986; colección privada)
Venturino Venturi, Pinocho en la paloma (1986; colección privada)
Venturino Venturi, Boceto para Pinocho (1953; BCC Banca Valdarno)
Venturino Venturi, Boceto para Pinocho (1953; BCC Banca Valdarno)
Venturino Venturi, Sin título. Archivo Venturino Venturi
Venturino Venturi, Sin título. Archivo Venturino Venturi

La huella como acto de excavación

A partir de catorce impresiones al óleo realizadas entre 1963 y 1968, el signo de Venturini se convierte en materia viva. La técnica, original y visceral, transforma el óleo en capa, en costra, en testimonio, evocando cuerpos y recuerdos a través de una forma que parece retener el tiempo. La huella es un gesto definitivo y poderoso que revela la interioridad y la experiencia. Cada obra es un intento de captar lo invisible, devolviendo imágenes impactantes por su intensidad emocional.

Entre los núcleos más fascinantes de la exposición se encuentran seis matrices de madera realizadas en 1948. Talladas para ser utilizadas en la producción de monotipos, revelan una doble naturaleza: por un lado conservan el origen técnico de su utilización, por otro se transforman en objetos autónomos, verdaderas esculturas abstractas. Figuras a caballo entre la geometría y la narrativa, capaces de atraer la mirada con sus ambigüedades formales. No fue casualidad que estas obras fascinaran a Lucio Fontana, que vio en Venturino a uno de los pocos artistas capaces de combinar profundidad conceptual y sentido plástico.

Los Pinocchios que no encontraron sitio

La relación entre Venturino y Pinocho también está marcada por un acontecimiento emblemático: el concurso de 1953 para el Monumento a Pinocho. Venturino ganó, pero ex-aequo. La estatua prevista para dominar la Piazza dei Mosaici nunca llegó a realizarse. Sin embargo, se conservan dos esculturas preparatorias, que son ahora el centro de la exposición. Una fundida, del BCC Banca Valdarno, cuya versión en hormigón se conserva en los Museos Vaticanos. La otra, en madera, hierro y clavos, conservada por la Fundación Nacional Carlo Collodi, marca la primera concepción del monumento que nunca llegó a construirse. Preciosas pruebas de un sueño artístico que quedó incumplido, pero ni mucho menos fracasado.

Completa este segmento de la exposición una tercera escultura, el Retrato de Giovanni Michelucci, creado por Venturino como homenaje al célebre arquitecto con el que compartió una visión proyectual y poética, nacida precisamente en torno a la empresa Collodi. Michelucci fue, de hecho, miembro del jurado del concurso, y más tarde colaboró en el diseño del Parque de Pinocho.

Máscaras e identidad

Una sorprendente sección de la exposición está dedicada a las dieciocho máscaras de cartón piedra pintadas, fruto de la investigación llevada a cabo por Venturino para indagar en los temas de la identidad y la metamorfosis. Las máscaras, estilizadas pero intensamente evocadoras, alternan expresividad y rigor formal. Evocan retratos, arquetipos, sueños y obsesiones. Se mueven entre la estaticidad y la vibración, entre la forma y la transfiguración, haciendo aflorar la tensión continua que atraviesa toda la obra del artista. Son rostros que parecen retener la voz, bocas que no hablan pero saben contar.

La exposición concluye con el cortometraje de animación Turchino de Alice Rovai, una obra original que reelabora el universo de Venturini en clave contemporánea. Sonido, imagen, materia: la película recupera la vitalidad de las líneas y los materiales favoritos de Venturino, trayendo su poética al lenguaje del presente. El cortometraje va acompañado de un vídeo-documental Dimmi Venturino... (Dime Venturino... ), de Francesco Castellani, que recoge entrevistas, testimonios y materiales de archivo para devolver la voz viva a un artista que siempre supo ponerse en la cuerda floja. El catálogo de la exposición, editado por Marta Convalle, Lucia Fiaschi y Filippo Bacci di Capaci, será publicado por Edizioni Fondazione POMA Liberatutti dentro de la colección PomArte. La exposición puede visitarse de miércoles a domingo, de 10.00 a 12.30 y de 17.30 a 22.00 horas. La entrada es gratuita y no se requiere carné de socio.

Notas sobre el artista

Venturino Venturi, una de las personalidades más singulares y significativas del arte italiano del siglo XX, marcó su época con una investigación en constante evolución. Nacido en Loro Ciuffenna, en la provincia de Arezzo, realizó su formación entre Francia e Italia, atravesando algunos de los pasajes históricos más delicados del siglo pasado con un espíritu siempre orientado a la experimentación. Su lenguaje visual, suspendido entre la abstracción y la figuración, atrajo la atención de críticos y colegas, hasta el punto de que Lucio Fontana lo quiso entre los firmantes del Manifiesto del Espacialismo.

Su vínculo más profundo, sin embargo, fue con la figura simbólica de Pinocho. La marioneta creada por Collodi se convirtió para Venturino en un alter ego expresivo, un compañero ideal con el que abordar grandes temas como la libertad, la transformación y el destino. Una etapa central de esta asociación artística tuvo lugar en los años 50, con la participación de Venturi en el concurso para erigir un monumento a Pinocho en el Parque Collodi. Venturi ganó el primer premio, pero sólo ex-aequo, y el proyecto, que preveía una gran estatua en el centro de la plaza que él había diseñado y decorado con una vasta superficie de mosaico, nunca llegó a realizarse.

Ese fracaso, en lugar de representar un punto y final, se convirtió para el artista en un incentivo para continuar con renovado ímpetu. Pinocho se convirtió así en un símbolo persistente de su poética, protagonista de esculturas, dibujos y obras que jalonan una larga temporada creativa. En los años siguientes, Venturino regresó a su ciudad natal, donde fundó el museo monográfico que aún lleva su nombre y que sirve de eje para el estudio del arte italiano de la segunda mitad del siglo XX.

Venturino más allá de Pinocho: la exposición que redescubre el alma del artista en la ciudad de Pescia
Venturino más allá de Pinocho: la exposición que redescubre el alma del artista en la ciudad de Pescia


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