Con motivo del préstamo del famoso retablo de Vittore Carpaccio que representa a San Jorge matando al dragón, la comunidad benedictina de San Giorgio Maggiore encargó una nueva pintura para sustituirlo temporalmente, a la espera del regreso de la obra maestra del siglo XVI. La obra, del célebre artista romañolo Nicola Samorì, lleva por título "Primer mártir " y forma parte de una innovadora reflexión artística que reinterpreta el patrimonio iconográfico del monasterio.
El cuadro de Carpaccio, además de la escena central del caballero matando al dragón, presenta un episodio significativo en segundo plano: la lapidación de San Esteban, copropietario del monasterio junto con San Jorge. Es precisamente de esta representación conjunta de estos dos santos de donde Samorì extrae la inspiración para su obra, transformando el concepto de “martirio” en una reflexión más profunda y personal.
Es precisamente de la representación conjunta de estos dos santos de donde procede Primo Martire: "En el cuadro que realicé para laAbadía de San Giorgio Maggiore-dice el artista- pretendí poner en primer plano el martirio de San Esteban, invirtiendo las proporciones que se leen en la obra de Carpaccio: es el Primer Mártir quien giganteggiare, mientras que San Jorge se convierte en una especie de blasón, impreso en el manto de Esteban, en una temporalidad inversa, como si el Mártir vistiera el futuro."
Inspirándose iconográficamente en la Lapidación de San Esteban pintada por Pier Francesco Cittadini en 1637 para la Basílica de Santo Stefano de Bolonia, Samorì golpeó materialmente la efigie del Santo -víctima, como es bien sabido, de la lapidación, y por ello tradicionalmente representado en presencia de piedras-, mediante la presión de las piedras sobre el lienzo. “La lapidación se produjo físicamente sobre el cuerpo del cuadro, abriendo tajos en el modelado al óleo, todavía blando”, explica Samorì: “mi transcripción del modelo antiguo es bastante fiel, pero la textura del cuadro se ve perturbada por incursiones que precipitan el código barroco hacia la gestualidad de lo informal”.La creación de Samorì no se limita, pues, a una aportación visual, sino que se convierte también en un acto físico de transformación del lienzo. De hecho, el artista ha optado por golpear materialmente la efigie de San Esteban, mártir apedreado, utilizando piedras para “grabar” la superficie pictórica. La obra es así un encuentro entre la tradición iconográfica y una nueva visión expresiva que, a través de la fuerza gestual de la pintura, transmite la intensidad del martirio y el tormento de un Santo que nunca ha dejado de ser símbolo de resistencia y fe.
Para completar el proyecto expositivo, junto al cuadro de Nicola Samorì se expondrá una auténtica pintura en piedra: una fina losa de brecha procedente de Vendôme, Francia. La losa, que se presenta como una apertura en forma de libro, parece una fosilización de la explosión de piedras que alcanzó el cuerpo de Esteban, simbolizando la violencia y el carácter sagrado del acontecimiento. Paralelamente, Samorì está creando un manuscrito iluminado contemporáneo, realizado en el tradicional Taller de Restauración de Libros de la Abadía de Praglia. El manuscrito será enriquecido por el artista y se unirá a la colección de manuscritos iluminados contemporáneos donados a la Comunidad Benedictina de San Giorgio Maggiore. Una continuidad entre el pasado y el presente que se hace visible a través del arte, manteniendo viva la tradición y abriendo al mismo tiempo nuevos caminos a la creación artística.
La exposición podrá verse del 22 de diciembre de 2024 al 3 de marzo de 2025 en el Coro Nocturno de la Abadía de San Giorgio Maggiore, un espacio privado hoy más conocido como Capilla del Cónclave. Esta zona tiene una historia singular, ya que fue el lugar que acogió en 1800 la asamblea de cardenales que eligió al Papa Pío VII (nacido Gregorio Barnaba Chiaramonti, monje benedictino de Cassino y luego obispo de Imola) para ocupar el trono papal.
El marco de la Capilla del Cónclave, con su sacralidad y su vínculo con la historia, se convierte en el escenario perfecto para acoger esta obra contemporánea que dialoga con la historia del monasterio, creando un profundo vínculo entre la espiritualidad, el arte y el pasado milenario del lugar.
El proyecto expositivo no sólo celebra la figura de San Esteban y el vínculo con San Jorge, sino que también se convierte en un acto de reflexión sobre la temporalidad del arte y su capacidad para trascender las fronteras del tiempo, manteniendo un diálogo entre el pasado y el presente. La obra de Samorì, con un fuerte componente físico y conceptual, invita al espectador a enfrentarse al profundo significado del martirio, la fe y la lucha por la afirmación de la propia existencia. Una oportunidad única para sumergirse en un mundo no sólo visual, sino también emocional y espiritual.
Para más información, envíe un correo electrónico a abbazia@abbaziasangiorgio.it.
Venecia, Nicola Samorì sustituye a Vittore Carpaccio y crea una obra para San Giorgio Maggiore |
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