Del 10 de abril al 24 de noviembre de 2024, el Museo Fort uny de Venecia acoge la exposición Selva de Eva J ospin (París, 1975), comisariada por Chiara Squarcina y Pier Paolo Pancotto, en colaboración con la Galleria Continua. Las obras de Eva Jospin, imaginadas para la ocasión, dialogan no sólo con el contexto histórico y ambiental que las acoge, el Palazzo Pesaro degli Orfei, sino sobre todo con la producción artística de Mariano Fortuny. Una continua comparación y referencias cruzadas entre Jospin y Fortuny sobre la naturaleza y los procesos creativos y experimentales. El artista siempre se inspira en la naturaleza. A través del uso de materiales como el cartón, elementos y fibras vegetales, piezas metálicas, tejidos, es capaz de dar vida a composiciones plásticas, incluso de gran volumen y con un fuerte impacto escenográfico. Son obras con un tono de cuento, a veces misterioso, que evocan o recrean un mundo que está en el centro de sus intereses: paisajes, árboles, plantas, ramas, hojas, formaciones geológicas, trozos de vegetación, estructuras arquitectónicas que nos invitan a reflexionar sobre diversos temas, como la creatividad, los procesos operativos e intelectuales.
La gran instalación en el portego del Museo Fortuny es un “bosque” artificial que, una vez recorrido, pretende dar la sensación de perder todo sentido del tiempo y del espacio, de encontrarse en un lugar indefinido y desorientador.
La pieza central de la instalación es Galleria (2021-2024): un pasillo arqueado con techo artesonado de cartón, madera y materiales diversos en el que se repiten diversas fuentes de inspiración de la obra del artista. Algunas de ellas proceden de sus viajes por Italia, como la arquitectura renacentista y barroca, la arquitectura clásica, caprichos, ruinas y fuentes, villas patricias y residencias históricas, edificios religiosos, hasta obras en museos. En el interior, como en un studiolo renacentista, hay una secuencia de paneles de madera, cartón y collage que se alternan con dibujos que representan vistas que, al tiempo que se refieren a elementos de lo cotidiano, evocan un mundo lejano, de cuento de hadas.
En los extremos del pasillo hay dos composiciones plásticas que forman su doble entrada. La primera, también llamada Galería (2021-2024), reproduce casi a tamaño real una sección de bosque que resulta aún más creíble por los colores marrones de la madera y la fibra de celulosa que le dan textura. La segunda, Nymphées (2022-2024), aparece como un homenaje del artista a la tradición arquitectónica veneciana a partir del siglo XVI: una serliana articulada en un vano central arqueado y dos vanos laterales trabados de los que cuelgan dos bordados enmarcados, superpuestos, a su vez, a otros bordados, siguiendo un modo expositivo que también se repite en la disposición del taller de Mariano Fortuny en la planta superior del museo. Encerrados lateralmente por dos paneles, los trampantojos de temas rurales recuerdan los realizados por Fortuny en el “jardín de invierno” de la primera planta de la casa.
Al fondo del portego se accede a una sala donde, flanqueada por unas pruebas gráficas en tinta que remiten a los dos bordados mayores, se encuentra Carmontelle (2023), un panorama “animado” inspirado en los paisajes transparentes concebidos por Louis Carrogis de Carmontelle (París 1717-1806): vistas grabadas sobre lienzo y giradas sobre un rollo de papel tensado entre dos estructuras cilíndricas utilizadas como telón de fondo para acciones escénicas y teatrales. Del mismo modo, Jospin elabora una vista calada movida por un dispositivo mecánico que recuerda idealmente a las concebidas por el pintor y arquitecto francés del siglo XVIII tanto en su estructura como en su función escénica y, al mismo tiempo, rememora los trabajos de Fortuny en el ámbito de la escenografía.
Para más información: https://fortuny.visitmuve.it/
Fotos de Benoît Fougeirol.
Venecia, el Museo Fortuny acoge las composiciones de cuento de Eva Jospin |
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