Una exposición sobre las artes en Friuli en el siglo XVIII en Udine y Gorizia


Las artes en Friul en el siglo XVIII, entre Gorizia y Udine, son las protagonistas de una exposición en el Castillo de Udine y el Palacio Attems Petzenstein de Gorizia: tierra de importantes artistas que miraban tanto a Venecia como al Imperio de los Habsburgo.

La exposición Pittori del Settecento tra Venezia e Impero (Pintores del siglo XVIII entre Venecia y el Imperio), comisariada por Liliana Cargnelutti, Vania Gransinigh y Alessandro Quinzi, está abierta al público en Udine y Gorizia hasta el 7 de abril de 2024. Una exposición sobre las artes en Friul durante el siglo XVIII: Friul-Venecia Julia fue efectivamente un territorio de frontera, pero también un territorio de paso, de contaminaciones y encuentros. El objetivo de la exposición que se celebra en las dos sedes del Castillo de Udine y el Palacio Attems Petzenstein de Gorizia es, por tanto, poner de relieve a aquellas personalidades que encontraron en Friul-Venecia Julia una región estimulante para expresar plenamente su arte. La investigación en el campo del arte a lo largo de una treintena de años ha sacado a la luz nuevas páginas del "siglo veneciano " de este territorio, testimonio de la vivacidad en el ámbito artístico y de la frecuencia con que los artistas recorrían la línea Viena-Venecia que unía las capitales de las dos potencias europeas que dominaban la región y las ciudades de Udine y Gorizia, dejando su huella artística.

El condado de Gorizia se convirtió pronto en un importante nudo de comunicaciones para aquellos artistas venecianos que pretendían establecerse en tierras imperiales. Ejemplares son los casos de Giulio Quaglio o el de la familia Pacassi, que primero se trasladaron de Venecia a Gorizia y en la segunda década del siglo XVIII, con Giovanni Pacassi y el escultor Pietro Baratta extendieron con éxito su actividad a Viena. El crecimiento de la ciudad y su hinterland, en relación con la renovación arquitectónica de las iglesias en un sentido postridentino y barroco, vio hacia mediados de siglo la afirmación de los talleres de Pietro Bainville, de Palma, Antonio Paroli, de recta formación veneciana, y Johann Michael Lichtenreit, de Baviera pero adoptado por Gorizia. En este panorama destacan episodios individuales de encargos cualificados. En este denso entramado de relaciones destacan encargos importantes: el conde Sigismondo Attems Petzenstein encargó al veronés Giambettino Cignaroli el altar familiar, mientras que el conde Livio Lantieri creó una colección de pasteles de Francesco Pavona. Una moda, la del pastel, que se puso de moda tras la visita del emperador Carlos VI a la ciudad en 1728, cuando Rosalba Carriera acudió a la capital del Isonzo, motivada también por la esperanza, que resultó fundada, de entablar relaciones con la nobleza vienesa. En esa misma ocasión, retrató también a algunos miembros de la familia Lantieri. En el mismo periodo, la historia del Friuli veneciano estuvo marcada por el ascenso social de familias recientemente aristocráticas, como los Manin, mientras que las personalidades de Giovanni, Dionisio y Daniele Dolfin como patriarcas de Aquileia garantizaron la consolidación de una cultura figurativa predominantemente veneciana en esta parte del territorio continental veneciano.



"En el siglo XVIII, en Udine, en torno a la brillante figura de Giambattista Tiepolo, que trabajó varias veces para una clientela friulana, surgieron otros artistas nativos de Friul que triunfaron en Venecia“, explica Vania Gransinigh. ”Entre ellos estaban Sebastiano Bombelli, Nicola Grassi y Luca Carlevarijs que, a pesar de haber optado por trasladarse a la Laguna, siguieron manteniendo relaciones laborales con su tierra natal. Otros, venecianos, llegaron a Friuli para ayudar a Tiepolo a satisfacer las demandas de los mecenas friulanos. Entre ellos se encontraban Gian Antonio Guardi, Giambattista Piazzetta, Gaspare Diziani y Francesco Fontebasso. Sus obras friulanas sirvieron de inspiración a los artistas locales. Como es el caso de Francesco Pavona o Francesco Chiarottini, ambos activos a ambos lados de la frontera entre las tierras imperiales y venecianas".

Los estudios e investigaciones realizados en los últimos treinta años“, subraya Alessandro Quinzi, ”han demostrado que la red de relaciones culturales recíprocas entre las distintas zonas de la región está mucho más estratificada y diferenciada de lo que pensamos. Un siglo entero separa la figura del pintor de origen lombardo Giulio Quaglio, que tras trabajar unos diez años en Udine decorando los palacios de la recién nombrada nobleza de la ciudad se trasladó a principios del siglo XVIII a Liubliana vía Gorizia, de la de Franz Caucig/Kavčič, que nació en la capital del Isonzo y vivió en Viena, prestando también su obra a nobles mecenas tanto de Gorizia como de Viena. Entre estos dos extremos se extiende un contexto abigarrado y compuesto, salpicado de personalidades artísticas de la más diversa formación y procedencia que contribuyeron decisivamente a la definición de un conglomerado figurativo deudor tanto del arte véneto como del transalpino en los ámbitos territoriales en los que suele dividirse la región Friuli Venezia Giulia.

Para toda la información, visite la página web del Castillo de Udine.

Imagen: Giambattista Tiepolo, El ángel de la guarda, detalle (Udine, Civici Musei)

Una exposición sobre las artes en Friuli en el siglo XVIII en Udine y Gorizia
Una exposición sobre las artes en Friuli en el siglo XVIII en Udine y Gorizia


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