Del 22 de marzo al 25 de mayo de 2025, el MuSa de Salò acogerá KLIMT. Arte Gráfico. Una exposición que reúne más de 70 obras gráficas de Gustav Klimt (Baumgarten, 1862 - Viena, 1918) maestro de la Secesión vienesa, una oportunidad para redescubrir la extraordinaria producción gráfica de un artista que marcó la historia del arte del siglo XX. La exposición es obra de Federica Bolpagni y Elena Ledda, comisarias que, en colaboración con la Fundación Klimt de Viena, proponen un recorrido por los hitos temáticos y estilísticos de Klimt, reuniendo una serie de obras que van desde colotipos, heliografías, litografías, dibujos y algunas ediciones originales de la revista Ver Sacrum, fundada por el propio Klimt.
El encuentro de Klimt con el lago de Garda se remonta a 1903, cuando el pintor austriaco visitó la zona por primera vez. Aunque la estancia sólo duró dos días, el encanto del paisaje fue tal que regresó diez años después para una larga estancia estival. Esta conexión entre el artista y el lago se refleja en parte en su obra, que en años posteriores se inspiró en muchas culturas y estilos, como el clasicismo, el bizantinismo y el orientalismo. La exposición KLIMT. Arte Gráfico se presenta, por tanto, como un regreso simbólico del artista al corazón de su periodo creativo, con una selección que incluye algunas de las obras más representativas creadas a lo largo de su carrera.
La exposición se desarrolla siguiendo un criterio cronológico y temático que permite rastrear la evolución del pensamiento y las elecciones estilísticas de Klimt. Se abre con dos obras de importancia histórica procedentes de la Fundación Klimt de Viena: la litografía Amor (1896-1900) y el heliógrafo Esperanza (1907-1908). El recorrido continúa con otra valiosa pieza, el dibujo original Mujer con violonchelo (1906-1907), una de las figuras femeninas que aparecen en muchas de sus obras más conocidas.
Pero la pieza central de la exposición reside en las más de sesenta reproducciones de dibujos de Klimt procedentes de las tres carpetas históricas: Das Werk von Gustav Klimt (Hugo Heller, 1918), Gustav Klimt. Fünfundzwanzig Handzeichnungen (Gilhofer & Ranschburg, 1919) y Gustav Klimt. Eine Nachlese (Max Eisler, 1931). Las colecciones ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre la producción gráfica de Klimt al tiempo que se revelan como testigos de un periodo histórico que vio la pérdida de muchas de las obras del artista durante la Guerra Mundial. La carpeta Das Werk von Gustav Klimt, por ejemplo, es el testimonio que documenta el trabajo del pintor sobre cuadros hoy perdidos, y representa una de las piezas de coleccionista más valiosas que existen en la actualidad.
Entre las obras más significativas que pueden admirarse se encuentran reproducciones de cuadros de la colección Lederer, así como las Pinturas de la Facultad, destinadas al Gran Salón de Actos de la Universidad de Viena. La decisión de Klimt de utilizar el grafismo como medio de reproducción de sus obras constituye un elemento central de su reflexión sobre el arte, anticipando temas que serían fundamentales en épocas posteriores, como la cuestión de la reproductibilidad técnica en el arte, desarrollada por Walter Benjamin.
Un capítulo fundamental de esta exposición está dedicado a la revista Ver Sacrum, fundada por Gustav Klimt junto con otros importantes exponentes de la Secesión vienesa, como Alfred Roller, Josef Hoffmann, Koloman Moser y Friedrich König. La revista, publicada entre 1898 y 1902, tuvo un impacto decisivo en la gráfica editorial europea con sus innovadoras ilustraciones y su enfoque radical de la composición tipográfica. Durante sus cinco años de vida, Ver Sacrum fue una de las voces más influyentes en la escena artística europea, representando a una nueva generación de artistas e intelectuales que se oponían a los cánones estéticos tradicionales de la época. La exposición presenta algunas de las ediciones originales de la revista, con 471 dibujos, 55 litografías y 216 xilografías de un grupo de artistas que cambiaron radicalmente la percepción del arte y la cultura visual.
Las carpetas publicadas entre 1918 y 1931, como Das Werk von Gustav Klimt y Gustav Klimt. Fünfundzwanzig Handzeichnungen, son hoy piezas de coleccionista de rara belleza y valor. El cuidado y la precisión con que fueron producidas las convierten en obras maestras gráficas de la más alta calidad, cuya rareza con el paso del tiempo ha aumentado aún más su atractivo entre coleccionistas y expertos. Las carpetas son un ejemplo perfecto de cómo Klimt utilizó la reproducción técnica para amplificar la influencia de su obra, permitiendo que un amplio público apreciara y apreciara su arte incluso después de su muerte. Entre los editores de las publicaciones se encontraba Hugo Heller, considerado por Arthur Schnitzler “el primer librero moderno de la nueva Viena en la vieja Austria”, cuya labor como editor contribuyó a hacer accesible la obra de Klimt a un público internacional.
Un aspecto especialmente fascinante de la exposición se refiere a la técnica del colotipo, un sofisticado proceso de reproducción gráfica inventado en 1855 por Alphonse Poitevin y perfeccionado por Joseph Albert. La colotipia permitió realizar impresiones de la más alta calidad, con una reproducción tonal y una suavidad de marca que hacen que las reproducciones se parezcan especialmente a los originales. El propio Klimt contó con la colaboración del fotógrafo Moritz Nähr para obtener las mejores reproducciones de sus obras. El colotipo, de hecho, destaca por su capacidad para reproducir fielmente los colores y la estructura de las pinturas, convirtiéndose en una de las técnicas preferidas para reproducir las obras de Klimt.
Horario: del 22 de marzo al 30 de noviembre de 2025 de martes a domingo de 10.00 a 18.00 h.
Del 1 de diciembre de 2025 al 6 de enero de 2026 De viernes a domingo de 10.00 a 18.00 h.
Aperturas especiales: lunes 21 de abril, lunes 8 de diciembre, martes 6 de enero
Entrada: Completa 9 euros - Reducida 7 euros
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Una exposición sobre Gustav Klimt en Salò explora la producción gráfica del maestro |
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