Del 28 de enero al 14 de mayo de 2023 la Sala de Proyectos del MAMbo - Museo d’Arte Moderna di Bologna presenta, en el marco de Art City Bologna, la exposición ¡Viola! Pablo Echaurren y los indios metropolitanos, comisariada por Sara De Chiara, con el apoyo del Trust for Contemporary Art y en colaboración con la Fondazione Echaurren Salaris, Bibliotheca Hertziana - Max Planck Institute for Art History y Ab Rogers Design.
La exposición pretende explorar por primera vez la relación de Pablo Echaurren (Roma, 1951) con el contexto boloñés, a través de una selección de obras realizadas entre 1977 y 1978, páginas de Lotta Continua, collages, fanzines e ilustraciones inspiradas en los acontecimientos y la poética de Settantasette. La exposición incluye un grupo de “quadratini”, realizados en la primera mitad de los años setenta, cuya producción se abandonó tras los acontecimientos de ese año crucial para la ciudad.
Además de éstas, una serie de ensamblajes recogidos en cajas, pertenecientes a una producción reciente (2020-22), centrada en los descubrimientos científicos relacionados conel hombre de Neandertal, pero que también reflexionan sobre la experiencia de los años 70 (una especie de paso del testigo entre indios metropolitanos y neandertales metropolitanos), quedan fuera del bienio ’77-78.
Todas las obras expuestas proceden del archivo del artista en Roma y algunas se muestran por primera vez.
La exposición también incluye una entrevista en vídeo creada por la Bibliotheca Hertziana - Instituto Max Planck de Historia del Arte como parte del proyecto Roma Contemporánea, dirigido por Tristan Weddigen. En 2021, creó una colección digital de contracultura, haciendo accesibles en línea publicaciones raras sobre arte y política en Italia en las décadas de 1960 y 1970 a partir del archivo de la Fundación Echaurren Salaris, que se utilizó para imprimir los materiales de la exposición.
La instalación ha sido diseñada por el estudio londinense Ab Rogers Design y permite al público recorrer la obra de Echaurren y al mismo tiempo sumergirse en la atmósfera de creatividad generalizada de aquellos años, ocupando el espacio expositivo con el lenguaje de la calle.
En concreto, la muestra reflexiona sobre la transición en la práctica de Echaurren de la pintura a la gráfica, de la galería a la calle, de la obra original a la reproductibilidad, de la contemplación a la fruición colectiva, jugando con el tema de la retícula.
Viola!, la palabra que da título a la exposición, es unaexhortación a violentar, a romper las barreras entre disciplinas, códigos, esquemas, en un intento de realizar esa utópica fusión de arte y vida que profesaban las vanguardias, y que durante una breve pero prolífica temporada entre el 77 y el 78 pareció hacerse realidad.
En marzo de 1977, Pablo Echaurren expuso en la Galería San Luca de Bolonia sus"quadratini", pequeñas cuadrículas pintadas con esmalte o acuarela que contenían dentro de sus cajas diversas facetas del mundo fenoménico o viñetas de la invención. Este tipo de obra comenzó hacia 1970, cuando el artista, que aún no había cumplido los veinte años, dibujó y pintó en el surco trazado por Gianfranco Baruchello, que ya había sido su tutor durante algunos años y elegido como su deidad tutelar. La obra de Echaurren en estos años se inspira en las composiciones del artista de Livorno, en las que figurillas, lexemas y signos gráficos se posan sobre el papel o el lienzo en una polvareda de materia onírica. La cuadrícula en la que fluyen las pequeñas imágenes de Echaurren se caracteriza por una línea de puntos, que en el léxico del cómic indica la expresión de un pensamiento o de un sueño, y recuerda a las hojas de los sellos, o a los bordes por los que recortar. Junto con los collages y la serie de las “descomposiciones”, los “cuadrados” constituyen la principal producción del artista en la primera mitad de los años 70. Fueron apreciados por la crítica y, a través de Baruchello, expuestos en la galería de Arturo Schwarz, con quien Echaurren trabajaba de forma estable desde 1969.
1973 marcó el inicio de la colaboración del artista con la redacción del diario Lotta Continua, para el que realizó varias ilustraciones que inicialmente mantenían la estructura secuencial de “cuadrados”.
La doble vía en la que se movía Echaurren en estos años, entre el arte expuesto en galerías y la ilustración reproducida en las páginas de los periódicos, divergió bruscamente en 1977 y la exposición de Bolonia marcó esta desviación. Esta fue la última ocasión en que se expusieron los “cuadritos”, pero también el momento en que el artista interrumpió su producción, el momento en que decidió poner fin a su colaboración con las galerías para comprometerse, para poner su creatividad al servicio de la contracultura, de la militancia, “armada” con rotuladores, en los grupos antagonistas vinculados al movimiento del 77, y para compartir las nuevas formas creativas de los indios metropolitanos.
El hecho de que esta decisión se tomara en Bolonia en marzo de 1977 no es casual. Ese mismo mes, los enfrentamientos callejeros entre estudiantes y policía alcanzan su punto álgido de violencia, tras la muerte del militante de Lotta Continua Francesco Lorusso, asesinado por un carabinero conscripto durante una manifestación estudiantil el 11 de marzo. La noticia del asesinato es difundida inmediatamente por Radio Alice, fundada en 1976 por el colectivo boloñés A/traverso, que tuvo un peso decisivo en el desarrollo del pensamiento del 77 a través de las páginas de la revista del mismo nombre. La sede de Radio Alice es desalojada por la policía el 12 de marzo. Los sucesos de Bolonia y la violenta represión policial extendieron las protestas a Milán, Florencia, Roma, Nápoles, Palermo y Catania. Lotta Continua acogió en sus páginas el debate sobre el tema de la acción represiva del Estado, publicó el llamamiento de intelectuales franceses, entre ellos Jean-Paul Sartre y Michel Foucault (5 de julio de 1977), promovió la organización de la conferencia nacional de Bolonia en septiembre de 1977 y Echaurren acompañó el debate en el periódico con ilustraciones de sabor surrealista y columnas irreverentes bajo el lema del despiste, como Dietro lo specchio (Detrás del espejo), realizada en colaboración con Maurizio Gabbianelli.
La producción del artista en el ámbito editorial no se limita a su colaboración con el periódico, y en 1977 salen a la luz varios fanzines, entre ellos Oask?! e Il complotto di Zurigo en los que las palabras y las imágenes, las citas cultas y las incursiones pop, los signos gráficos asémicos, los anacronismos deliberados y los détournements apuntan a una representación desencantada e irónica de la realidad. Los fanzines operan una ruptura radical de los mecanismos habituales de comunicación y dan fe de ese proceso de renovación de lenguajes que marcó la temporada creativa de los indios metropolitanos.
Umberto Eco en las páginas de L’Espresso y Maurizio Calvesi en Avanguardia di massa (1978) fueron los primeros intelectuales en Italia en captar la convergencia a nivel lingüístico de la contracultura de los setenta, en la experiencia que vivían las generaciones más jóvenes, con la de las vanguardias históricas: Al transponer a las protestas pacíficas un lenguaje provocador que se remontaba a la ruptura lingüística realizada por el futurismo y el dadaísmo más de medio siglo antes, los indios metropolitanos lo convirtieron de nuevo en un lenguaje vivo, hablado no por las élites sino por las masas, en las calles.
La exposición pretende reconstruir y hacer tangible el extraordinario fermento de una temporada compleja.
Paralelamente, a partir del 5 de febrero, el MoRE. Museo de proyectos artísticos rechazados y no realizados, con el que el MAMbo ya colaboró en 2021 para la exposición Exposiciones ocultas 1975-2020. Proyectos no realizados en Bolonia, ofrecerá en su web El cuaderno del arte no realizado. Pablo Echaurren piensa en Marcel Duchamp, comisariada por Cristina Casero y Valentina Rossi, una exposición virtual que nace gracias a la donación de algunos de los proyectos no realizados de Pablo Echaurren al Museo MoRE. Si la exposición del MAMbo indaga en la relación entre Echaurren y Bolonia centrándose en 1977, año nodal en la práctica del artista así como en la vida política de la ciudad, la muestra virtual se aleja de la producción más comprometida de Echaurren para indagar en aspectos menos conocidos de su obra, que giran en torno a la figura de Marcel Duchamp.
Imagen: ¡Viola! Pablo Echaurren y los indios metropolitanos, vista de la exposición en el MAMbo. Foto de Ornella De Carlo
Una exposición explora por primera vez en el MAMbo la relación de Pablo Echaurren con Bolonia |
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