Una exposición en Florencia celebra el centenario del nacimiento del arquitecto Leonardo Ricci

Con motivo del centenario del nacimiento de Leonardo Ricci (Roma, 1918 - Venecia, 1994), personalidad destacada de la escena arquitectónica italiana posterior a la Segunda Guerra Mundial, elantiguo Refectorio de Santa Maria Novella de Florencia acoge la exposición LEONARDO RICCI 100. Escritura, pintura y arquitectura: 100 apuntes al margen de los anónimos del siglo XX. Junto con materiales de archivo del CSAC de Parma, se exponen por primera vez obras conservadas en la casa-estudio del arquitecto en Monterinaldi. Bocetos expresionistas, pinturas de fuerte impacto matérico y figurativo, fragmentos de composiciones en mosaico, fotografías de época y maquetas de proyectos se yuxtaponen a dibujos arquitectónicos, en un collage que arroja luz sobre aspectos de la obra de Ricci aún no investigados, a través de diferentes niveles de expresión estética. Documentos de vídeo/audio y extractos de revistas contribuyen a la comprensibilidad de un mensaje polifacético pero profundamente orgánico, magistralmente traducido por Ricci también a través de la forma escrita. El resultado es un cuadro asombroso de la riqueza de la investigación teórica, la producción artística y la actividad proyectual de Leonardo Ricci como escritor, pintor y arquitecto.

La exposición, comisariada por Maria Clara Ghia, Ugo Dattilo y Clementina Ricci, pretende presentar la figura de Leonardo Ricci de forma libre y asistemática, con un claro sesgo interdisciplinar. Los visitantes se guiarán por extractos de Anonimo del XX Secolo, un libro existencialista escrito por Ricci en Estados Unidos en 1957, “no un libro erudito para especialistas sino abierto a todos”, como lo definió su autor. “Mi deseo era tratar algunos temas estrechamente relacionados con mi ámbito de actividad, que es principalmente el urbanismo y la arquitectura, pero de forma no específica”, escribió Ricci.

Dividida en dieciséis “movimientos”, como los dieciséis capítulos del libro, la exposición LEONARDO RICCI 100 propone un itinerario que mezcla las tramas de las disciplinas practicadas por Leonardo Ricci, para mostrar sus vínculos e interferencias subyacentes. Las secciones imitan así la apertura de su pensamiento y mezclan obras de distintas épocas y procedencias, recogiendo, más que catalogando, su producción, en la que se pierden las fronteras entre disciplinas. Las secciones se convierten así en posibles claves para entender al hombre que en Florencia había tomado la lección de Michelucci y la había mezclado con la delAbstraccionismo clásico. El hombre que, en París, había frecuentado a Albert Camus, Jean Paul Sartre y Le Corbusier y que luego había ido hasta Norteamérica, donde conoció las prácticas delAction Painting.

Para cada capítulo se seleccionan una serie de obras de diferentes disciplinas, flanqueadas por algunos pasajes especialmente significativos del texto. La atribución de los proyectos a los distintos capítulos es funcional a una lectura compleja e inclusiva, que no sigue el principio de la lista sino el del discurso abierto. Así pues, el itinerario de la visita no pretende ser lineal y yuxtapone realizaciones profundamente diferentes en cuanto a la forma expresiva, la edad, el uso previsto y la escala de intervención, pero próximas en cuanto al significado. El mismo método utiliza Ricci en su escritura: los temas se yuxtaponen o contrastan sin seguir un orden sistemático, sino con un proceso que el autor define como “lógico”: no una búsqueda de justificaciones a priori, sino el simple e incesante deseo de encontrar relaciones entre las cosas que existen y establecer otras nuevas.

Se asemeja a un ágil compendio del siglo XX, la vida de Leonardo Ricci, un hombre que supo atravesar épocas, filosofías y naciones, y que extrajo de ellas lo fundamental para construir su personal visión del mundo y ejercer como arquitecto. Así, en LEONARDO RICCI 100 nos movemos entre el optimismo utópico de los años cuarenta en la Florencia de la posguerra, donde Ricci participó en los concursos para la reconstrucción de los puentes florentinos, trabajó con Savioli y Michelucci y descubrió unamor por la didáctica, acercándose a las corrientes existencialistas que influirían en su obra literaria, al primitivismo y al figurativismo tomados de artistas como Schiele y Picasso, pero también de contemporáneos como Corrado Cagli y Afro. Se dedica un amplio espacio a su trabajo manifiesto en Monterinaldi (la casa-estudio Ricci de 1949, terminada en 1961), obra en la que se pueden rastrear los principales motivos de su investigación arquitectónica. Precisamente en esta zona, con Fiamma Vigo, Ricci creó en 1955 La cava, un acontecimiento en forma de exposición que se hizo famoso por su decisión de implicar a toda la colina de Monterinaldi, en una acción de colaboración en la que participaron libremente arquitectos, pintores y escultores, en una integración total de las artes.

“Hacer una arquitectura es hacer que la gente viva de una manera y no de otra”, escribe Ricci en Anónimo del siglo XX, repitiendo una frase con la que solía arengar a sus alumnos: y esta es la pregunta a la que responde a través de las aldeas para las comunidades valdenses de Agape (1946-47) en Prali ( Piamonte ) y Monte degli Ulivi (1963-67) en Riesi ( Sicilia), proyectos en los que Ricci expresa plenamente su poética comunitaria y su proceso creativo, o con La Nave que realizó en Sorgane (Florencia), un edificio-ciudad de 200 metros de largo, en el que revela las intenciones del diseñador de superar aquellos aspectos críticos que encontraba en la Unité d’habitation de Le Corbusier.

La exposición también presenta las matrices orgánico-expresionistas que caracterizan la arquitectura de Villa Mann Borgese en Forte dei Marmi (1957-59), o el proyecto para Villa Pleydell-Bouverie, para Villa Balmain en laisla deElba (1958) y en muchos otros proyectos no realizados, así como en el pabellón italiano para la EXPO 67 de Montreal, Canadá, donde su colaboración con Emilio Vedova y Carlo Scarpa reafirmó su sensibilidad abierta de nuevo a la exploración de ámbitos de expresión artística contiguos a la arquitectura. Y de nuevo: el proyecto de la Ciudad Modelo para Florida, los concursos en Francia, su actividad de profesor incansable: las 100 notas sobre arquitectura, pintura y arquitectura de hoy nos ofrecen un retrato multiforme de un artista.

La búsqueda de Leonardo Ricci era abierta, centrada en el bienestar y el bonheur de las personas: en Anónimo del siglo XX, escribió “Espero que cada uno encuentre algo de lo que busca, que en este mundo aparentemente incomunicable se produzca un intercambio”. Este planteamiento se traduce en un itinerario de visita no lineal, especialmente diseñado por Eutropia Architettura, que yuxtapone realizaciones profundamente diferentes con un proceso que Ricci define como “lógico”: no una búsqueda de justificaciones a priori, sino el simple e incesante deseo de encontrar relaciones entre las cosas que existen y establecer otras nuevas.

La exposición está organizada en colaboración con el Ayuntamiento de Florencia, DIDA-Departamento de Arquitectura de la Universidad de Florencia, CSAC-Centro de Estudios y Archivos de la Comunicación de la Universidad de Parma, Fondazione Giovanni Michelucci, Fondazione Architetti Firenze.

En la imagen: Leonardo Ricci, Casa Balmain (1957-1959 Marciana - Isla de Elba). Fotografía de Ricardo Scofidio

Fuente: comunicado de prensa

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