Una exposición para rememorar el nacimiento de los Juegos Olímpicos modernos: con motivo de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, el Louvre ofrece a su público la posibilidad de descubrir cómo nacieron los Juegos Olímpicos modernos y las fuentes iconográficas que los inspiraron. El acto coincide con el 130º aniversario del comité fundador de los Juegos Olímpicos, en 1894 (la primera edición se celebró dos años después, en 1896, en Atenas) y el centenario de los Juegos Olímpicos de París 1924. París ya había acogido la edición de 1900 en el marco de la Exposición Universal.
La exposición pretende ante todo levantar el velo sobre el nacimiento de los Juegos Olímpicos modernos y poner de relieve el papel desempeñado por Francia, y París en particular, mucho más allá de la figura de Pierre de Coubertin, cuyas iniciativas condujeron sin embargo a la creación del primer comité olímpico. Se evocan así figuras poco conocidas de historiadores y políticos como Dimitrios Vikélas, Michel Bréal o Spyridon Lambros. Tratando de comprender el deporte griego a partir del estudio de textos antiguos y testimonios arqueológicos, estos historiadores y eruditos reinventaron las antiguas competiciones griegas.
Una de las figuras más destacadas fue el historiador, lingüista y profesor Michel Bréal (1832-1915), que quiso revivir de forma original la carrera de maratón basándose en fuentes históricas antiguas. Fue él quien creó la copa, más tarde conocida como Copa Bréal, ofrecida en 1896 al primer ganador de la carrera, el griego Spyridon Louis; se ha convertido en el trofeo olímpico más famoso, con fuertes connotaciones históricas y simbólicas. Realizada en París por un orfebre anónimo siguiendo instrucciones de Bréal, nunca ha sido expuesta en la ciudad donde se fabricó. "Esta elegante obra de arte parisina (παρισιακόν κομψοτέχνημα), como Spyridon Lambros la presentó al público griego a través de la prensa, constituye uno de los puntos culminantes de la exposición. La copa fue adquirida por la Fundación Stavros Niarchos (SNF) en 2012 y está expuesta en el Centro Cultural de la Fundación Stavros Niarchos (SNFCC) de Atenas.
También se profundiza en la figura de Émile Gilliéron, suizo residente en Grecia desde 1876 cuyo centenario de muerte se celebrará en 2024. Desconocido para el gran público, fue sin embargo colaborador de muchos arqueólogos, tanto griegos como extranjeros, que trabajaron en Grecia en su época. Sobre todo, fue el artista oficial de los Juegos Olímpicos de 1896 y de los Mesolímpicos de 1906. La exposición pretende, pues, ayudar al público a comprender el impacto de los recientes descubrimientos arqueológicos sobre los modos de comunicación en la época del nacimiento de estos juegos.
Basándose en el estudio del fondo de archivos recientemente legado por la familia Gilliéron a la Escuela Francesa de Atenas, la exposición presenta por primera vez las antigüedades que inspiraron a Émile Gilliéron y las compara con las obras realizadas en el contexto de los Juegos Olímpicos modernos: sellos de correos, carteles, postales, trofeos, conmemorativos.
Las relaciones sociales y profesionales de Émile Gilliéron le convirtieron en la figura clave de la creación de una nueva iconografía en torno a los Juegos Olímpicos. La experiencia de campo que adquirió durante sus colaboraciones en grandes excavaciones arqueológicas (Acrópolis de Atenas, Maratón, Beocia, Eubea, etc.) le proporcionó así ideas y modelos de referencia que se convirtieron en los cimientos de la nueva iconografía olímpica. Basándose en su cultura arqueológica, utilizó todas las técnicas de reproducción (dibujo, fundición, galvanoplastia, litografía, imprenta, fotografía, etc.) para inventar trofeos e imágenes utilizadas para la comunicación estatal, en particular los sellos de correos. El acontecimiento fue testigo de la primera emisión de sellos dedicada a los juegos de atletismo en el mundo y del nacimiento de la filatelia olímpica. También se recurrió a fuentes antiguas para reconstruir los gestos deportivos de los antiguos griegos y adaptarlos a los nuevos juegos. Pero las Olimpiadas modernas, así desarrolladas, son un fenómeno del siglo XX, a fin de cuentas muy alejado de lo que fueron las antiguas competiciones.
Una exposición en el Louvre recorre el nacimiento de los Juegos Olímpicos modernos |
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