Del 6 de julio al 13 de octubre de 2024, el Castillo del Buonconsiglio de Trento acogerá la exposición Durero y el Renacimiento en los Alpes, comisariada por Bernard Aikema, Laura Dal Prà, Giovanni Maria Sara y Claudio Salsi, y promovida por el Castillo del Buonconsiglio, en colaboración con la Universidad de Trento y la Superintendencia de Bienes Culturales.
En sus primeros 100 años, el Museo del Castillo del Buonconsiglio, fundado en 1924, elige a Alberto Durero: el gran artista nórdico descubrió Trento y el Trentino entre 1494 y 1495 y quedó fascinado por los paisajes y las atmósferas de estos lugares, cuya esencia plasmó en una famosa serie de acuarelas. Su presencia en Trentino se celebra en la exposición con dibujos, acuarelas, grabados y pinturas. El arte del maestro alemán estimuló a los artistas aquí activos a replantearse su arte. Partiendo del caso de Durero, la exposición pretende investigar los orígenes del Renacimiento original y sui generis que se desarrolló en Trentino entre 1470 y 1530-1540. De hecho, tomó forma un nuevo estilo, es decir, un conjunto de muchos lenguajes nuevos, influidos por artistas, obras, modas y maneras de Italia a Alemania, Flandes y viceversa.
El Trentino y el Tirol del Sur contaban con varias sedes episcopales (Brixen, Trento) y comerciales (Bozen) que constituían polos de atracción de primer orden. Pequeño enclave autónomo en medio de los poderes de la época, aquí se activó un laboratorio de soluciones artísticas innovadoras, en un periodo -las décadas en torno a 1500- de intensa transformación artística y cultural en toda Europa.
La exposición investigará también la presencia de artistas alemanes en Trento, documentada de forma ejemplar por la Crucifixión de Sisto Frey en la catedral de la ciudad.
A continuación se prestará especial atención a la figura del príncipe-obispo Bernardo Cles (1485-1539), promotor de la construcción y decoración del Magno Palazzo del castillo de Buonconsiglio, consejero de Maximiliano I y más tarde miembro de la dieta imperial de Carlos V, así como su gran canciller. No sólo empleó a artistas italianos, sino que se hizo retratar por pintores como Bartholomäus Bruyn, o medallistas como Hans Schwarz, e involucró a maestros como Bartlmä Dill Riemenschneider, junto a Romanino, Dosso y Fogolino.
También se explorará el papel delemperador Maximiliano I, el gobernante al que servía Durero. Maximiliano se hizo proclamar Rey de los Romanos el 4 de febrero de 1508 en Trento en una suntuosa ceremonia, y el obispo Neydeck quiso que la ocasión se conmemorase en las puertas del órgano de Santa Maria Maggiore pintadas por Falconetto.
Durero y el Renacimiento en los Alpes reunirá casi un centenar de obras sobre papel, pinturas, esculturas y artes aplicadas en diversas técnicas. Además de Alberto Durero, entre los artistas figuran Michael Pacher, Marx Reichlich, el Maestro de Uttenheim, Hans Klocker, Jörg Arzt y los Olivieri. A través de sus obras se podrá captar la nueva sensibilidad religiosa, el interés por el individuo, la reflexión sobre el paisaje, la permeabilidad artística de un territorio “bisagra” entre el mundo alemán y el italiano. L
a exposición concluirá con una sección dedicada a obras repartidas por todo el territorio trentino, prueba evidente de la variedad de estilos que surgieron en aquel fértil periodo con felices resultados.
Para más información: https://www.buonconsiglio.it/
Imagen: Alberto Durero, Adoración de los Magos, detalle (Florencia, Uffizi)
Una exposición en el Castillo del Buonconsiglio investiga a Durero y los orígenes del Renacimiento alpino |
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