Del 27 de julio al 8 de octubre de 2023, el Palazzetto Baviera de Senigallia acogerá la primera exposición individual del fotógrafo Guido Calamosca (Senigallia, 1981). Titulada Un fotógrafo perezoso y comisariada por Giorgia Olivieri, la exposición está organizada por el Ayuntamiento de Senigallia en el marco de Senigallia Ciudad de la Fotografía, una iniciativa promovida por la Región de Las Marcas con el objetivo de dar a conocer el talento local.
Dividida en cinco secciones, la exposición ofrece una panorámica de la visión artística de Calamosca. Con una mirada antropológica, Guido Calamosca capta en su obra la esencia de los lugares y las personas, sacando a la superficie aquellos detalles que de otro modo permanecerían sumergidos víctimas de miradas apresuradas. Sus fotografías, aunque tomadas digitalmente, son el resultado de un trabajo reflexivo y sinceramente curioso.
La exposición se abre con la sección Pompa y boato: este trabajo comenzó en 2011 con la boda real del príncipe Guillermo, continuó con la de su hermano Harry y concluyó con la coronación del rey Carlos III. Pese a lo que pudiera pensarse, el tema de la investigación no es tanto la familia real como el encantamiento del pueblo británico con la monarquía. Una reflexión sobre un vínculo casi indisoluble, mágico y a la vez misterioso. La segunda sección se titula Proxémica y está dedicada al tema de los turistas. ¿Cómo se mueve un turista en vacaciones? Esta es la pregunta que se hace Calamosca con su cámara. Con paso lento y distraído, el turista experimenta el espacio que visita a la medida de un disparo. El suyo es un círculo trazado con brújula, cuya punta es el smartphone y el radio (de acción) el brazo. Un reportaje ameno y entretenido, desprovisto de esnobismo, que relata un fenómeno reciente y generalizado. Del que nadie es inmune.
En la tercera sección, [fiè-ra], Calamosca indaga en las ferias, un universo paralelo al que hay que mirar con ojos curiosos. El resultado de lo que puede llamarse una “caza” son imágenes reunidas en dípticos que encuentran sentido a través de yuxtaposiciones inesperadas y nunca banales. Una fauna pintoresca puebla un sotobosque en el que todos se mueven entre los puestos con rapacidad. Como en las antiguas ferias, incluido el fotógrafo.
Luego hay una sección dedicada a los Retratos: un repaso de instantáneas de directores, actores, artistas, captadas al vuelo entre la gente, nunca cara a cara. Ruedas de prensa, encuentros con artistas, clases magistrales: estos son los lugares en los que se sumergen estos rostros. Quizás sea precisamente el contexto no obvio lo que hace que la expresión de estas celebridades sea más viva y humana que nunca. Por último, la conclusión pertenece a Diapo: un pase de diapositivas a la antigua usanza muestra las imágenes “descartadas” de proyectos individuales junto a series no incluidas en la exposición. Una forma de aliviar el remordimiento de haber guardado fotografías en el cajón.
“El propio Guido Calamosca se describe como un ’fotógrafo perezoso’”, escribe la comisaria Giorgia Olivieri. Para él, la pereza, más que un vicio capital, es una condición cercana alotium latino, un espacio en el que nace la creatividad. La suya es, de hecho, una forma de trabajar analógica, lenta. Silencioso es él en su vida cotidiana, silenciosa es la cámara de la que nunca se apagan los clics. Su carácter y su formación teatral le hacen ser comedido, nunca ávido de imágenes. De hecho, es cualquier cosa menos voraz, nunca está ansioso por perderse el momento adecuado. Su selectividad roza el esnobismo. Pero cuando tienes el privilegio de estar a su lado mientras filma, te das cuenta de que al final siempre tiene razón. Cuando nos movemos en pareja, el horizonte suele ser el mismo, pero Guido siempre se las arregla para advertir un punto de vista oculto, un detalle que no hace ruido pero que grita cuando la foto sale a la luz. Ay de ti, sin embargo, si le llamas talentoso. Muestra el carácter proverbial de la región de Las Marcas que si le haces un cumplido casi se ofende, tolera a regañadientes los elogios manifiestos. Así que aquí le incomodamos con el adjetivo “vago” para que esté contento. Como verán en estas fotografías, lo que para muchos es un defecto, en su caso se convierte en un broche de oro".
La exposición está realizada por el Ayuntamiento de Senigallia en el marco del proyecto Senigallia Città della Fotografia con el apoyo de la Región de las Marcas, cuenta con el patrocinio de AIRF - Associazione italiana Reporters Photographers Association y el apoyo de Elenfant Film.
Imagen: Guido Calamosca, Pompa y boato, Londres 2011
Un fotógrafo perezoso. Primera exposición individual de Guido Calamosca en Senigallia |
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