Presentada en streaming esta mañana la gran exposición que Milán dedica por primera vez a Giambattista Tiepolo, titulada Tiepolo. Venecia, Milán, Europa, en las Gallerie d’Italia de Piazza Scala. La exposición celebra el 250 aniversario de la muerte del artista y podrá visitarse del 30 de octubre de 2020 al 21 de marzo de 2021.
Comisariada por Fernando Mazzocca y Alessandro Morandotti, la exposición recorre a través de más de sesenta cuadros, cedidos por colecciones nacionales e internacionales, la producción del célebre pintor, desde su formación en Venecia hasta su éxito internacional.
En particular, la exposición pretende documentar detalladamente por primera vez los años milaneses con los frescos desprendidos de la iglesia de Sant’Ambrogio.
Idealmente, la exposición actual está conectada con las muestras que se han dedicado a Canaletto y Canova (esta última visitada por más de 200.000 personas) precisamente en las Gallerie d’Italia.
Se hizo hincapié en cómo el arte y la cultura, pilares de la historia y la identidad de toda comunidad nacional, representan un recurso importante no sólo para la estabilidad social, sino también para aliviar el sufrimiento, las privaciones y los sacrificios causados por la pandemia actual. Y cómo sin los valores de la cultura no es posible la reconstrucción, la vuelta a la normalidad ni el futuro.
Alessandro Morandotti, uno de los dos comisarios, declaró que el objetivo de la exposición "no es tanto ilustrar la actividad de Tiepolo con una colección de obras maestras poco convencionales, sino más bien ensamblar una narración y sacar a la luz nuevos hechos. El objetivo era seguir la historia de Tiepolo desde sus años de formación en Venecia hasta los años de su afirmación internacional con Milán como punto de apoyo.
La exposición fue también una oportunidad para restaurar las únicas obras sagradas pintadas por Tiepolo en Milán, a saber, los frescos de Sant’Ambrogio. Los frescos se desprendieron a finales del siglo XIX para intentar recuperar la piel medieval de la basílica.
A través de esta exposición, también se ha intentado introducir en la historia de la formación de Tiepolo la de un pintor lombardo, Paolo Pagani, que estuvo afincado en Venecia durante veinte años, entre finales de la década de 1660 y 1690, y que aquí se expone con dos obras que recogen los hechos más destacados de la historia de Troya. Tiepolo se compara idealmente con Pagani en cuanto a la elección de los colores y el dinamismo de las composiciones. Otra etapa importante en la formación de Tiepolo es su encuentro con Giovanni Battista Piazzetta en la iglesia de San Stae de Venecia.
A continuación se analizan los primeros trabajos de Tiepolo para mecenas venecianos, en particular para algunas de las nuevas familias venecianas, como los Zenobio y los Sandi.
La exposición continúa con el boceto para el Palacio Clerici, con un marco pintado ilusionista.
Le sigue el periodo alemán, en Würzburg y Dresde, y finalmente los años de Tiepolo en Madrid: trae consigo los materiales de años de trabajo, dibujos ya utilizados en otros contextos y bocetos ya utilizados para otros contextos, como en el caso del boceto con el Triunfo de Venus ahora en el Prado. Un boceto que Tiepolo se llevó consigo para reutilizarlo en una sala del Palacio Real, dedicada a la historia de Eneas y Venus. Nada se pierde, pues, ya que el artista reutiliza, reinventando con su típica imaginación, modelos que ya habían sido utilizados. Junto a este extraordinario boceto se encuentra el retablo con el ángel que consuela a San Francisco mientras recibe los estigmas, una de las últimas producciones de Tiepolo en Madrid, donde Tiepolo cambia de registro, volviéndose casi sentimental, en una especie de introspección psicológica que es también el resultado del diálogo con su hijo Giandomenico, que había seguido a su padre en los años alemanes y madrileños. Aquí Tiepolo padre mira a Tiepolo hijo.
La exposición concluye con una gran obra de Giandomenico terminada a su regreso de Madrid, procedente de la Gallerie dell’Accademia de Venecia: se aprecia aquí la experiencia cromática del padre, pero con una luminosidad aún más pronunciada.
En la foto: Giambattista Tiepolo, San Francisco de Asís recibe los estigmas (1767-1769; óleo sobre lienzo, 278 x 153 cm; Madrid, Prado) Crédito Museo Nacional del Prado
Tiepolo entre Venecia, Milán, Dresde y Madrid en una gran exposición en las Galerías de Italia |
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