Siete cielos para Venecia, la nueva exposición individual de Anna Peter Breton (1985) comisariada por Roberta Semeraro, podrá verse del 1 de febrero al 8 de marzo de 2025 en la Galería Magazzino del Palazzo Contarini Polignac, Dorsoduro, Venecia. La exposición propone una inmersión en las teorías ptolemaico-aristotélicas de las siete esferas celestes, donde belleza y espiritualidad se encuentran en los cielos suspendidos de Venecia y los lagos sagrados de Kirguistán.
La obra de Anna Peter-Breton ahonda en temas como la identidad, la memoria y la belleza efímera de la existencia, tratándolos a la vez como reflexiones personales y como comentarios universales sobre la fugacidad de la vida. Inspirada por su herencia nómada y sus experiencias en distintos paisajes, la artista busca trascender las fronteras geográficas y temporales, fusionando una profunda conexión con la Naturaleza con una invitación contemporánea a redescubrir nuestra relación con el mundo natural. El toque elegante y comedido de Anna, influido por una gran profundidad emocional, equilibra la abstracción con una sutil revelación, evocando un fuerte sentido de la maravilla. Formadas por sus experiencias multiculturales y sus extensos viajes, sus obras son a la vez íntimas y expansivas, e invitan al público a reflexionar sobre las sutiles relaciones entre naturaleza, identidad y memoria cultural. De este modo, la artista capta la fragilidad de la naturaleza y la esencia de su entorno. La Galería Magazzino, situada en el antiguo almacén del Palazzo Contarini Polignac, es un espacio expositivo de excelencia para el arte contemporáneo en Venecia. Dirigida por Bikem de Montebello, en colaboración con Roberta Semeraro, la galería destaca por su compromiso con la promoción de artistas consagrados y emergentes de todo el mundo.
“En la antigüedad, los astrónomos que observaban la esfera celeste reconocían el éter como el quinto elemento del que estaba compuesto el mundo. A diferencia de la tierra, el agua, el fuego y el aire, este quinto elemento era inconsistente, inmutable y eterno. Y estos son los tres adjetivos que definen los siete cielos de la pintora Anna Peter Breton”, escribe la crítica de arte veneciana Roberta Semeraro. “Los óleos de colores cálidos que la artista toma prestados del espectro solar, se extienden sobre el lienzo como velos transparentes que cubren el soporte material que tiene la única función de hacerlos visibles. La armoniosa composición de colores dibuja ligeras nubes que revolotean como serafines danzantes, revelando la naturaleza inmutable y eterna de los cielos que, ajenos al tiempo, al espacio y a los hombres, renacen cada día iguales a sí mismos en su poética belleza. Hay 7 cielos, como las esferas y los grados celestes. Un número que indica la totalidad de los órdenes planetarios y angélicos, las moradas celestes y la totalidad de las energías en el orden espiritual al que pertenecen los cuadros de Breton, hábilmente controlados entre movimientos lentos y arrolladores, que describen tan bien la naturaleza imperturbable de las cosas en los cielos. Pero no sólo eso; estos cuadros son también un homenaje a Venecia, donde el cielo deja su reflejo en todas partes; en los calli, en los canales, en los barcos e incluso en las casas. Y a Giovan Battista Tiepolo, el pintor veneciano del siglo XVIII, cuyos cuadros recorrían las cúpulas de las iglesias más bellas de la ciudad y las paredes y tejados de sus palacios para conseguir un toque de cielo. En el sistema ptolemaico-aristotélico, el séptimo cielo correspondía a la bóveda celeste más cercana a Dios, y es precisamente a esta última esfera de dicha suprema a la que se eleva la pintura de Anna Peter Breton, que ha encontrado su cielo en los lagos sagrados de Kirguistán, a 3000 metros sobre el nivel del mar”.
La exposición abre de miércoles a viernes de 11.00 a 17.00 horas, sábados y domingos de 11.00 a 18.00 horas. Entrada gratuita.
Anna Peter-Breton, nacida en 1985, vive en París desde 2009, aunque sus raíces se encuentran en Hungría y Kirguistán. Su obra refleja sus viajes físicos y sus profundas exploraciones interiores. En sus diarios de viaje, la artista utiliza acuarelas para fijar recuerdos de figuras y acontecimientos carismáticos, retratados de forma personal. Sus óleos se han ido transformando gradualmente, alejándose de la figuración y acercándose a formas más abstractas, donde elementos naturales como los pétalos, las nubes y el agua son los protagonistas. Anna prefiere los tonos suaves y monocromáticos, que evocan una belleza meditativa centrada en la iluminación y la esencia de la naturaleza. Su primera exposición individual, Voyages, que rinde homenaje a sus viajes alrededor del mundo, tuvo lugar en París en 2018, y luego se presentó en varios lugares internacionales, incluidas las Naciones Unidas en Viena, Budapest y algunas localidades de Rumanía. Posteriormente, Anna también expuso sus obras en París, Budapest y Nápoles.
Siete cielos para Venecia: exposición de Anna Peter Breton en la Galería Magazzino |
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