Roma, el uso de la palabra como medio en la exposición bipersonal sobre Vincenzo Agnetti y Tomaso Binga


Del 12 de marzo al 15 de julio de 2024, la Galleria Ravenna acoge una exposición dedicada a Vincenzo Agnetti y Tomaso Binga: utilizando la máquina de escribir como soporte, los artistas exploran nuevos lenguajes artísticos.

Del 12 de marzo al 15 de julio de 2024, la Galleria Erica Ravenna de Roma acoge una exposición bipersonal dedicada a Vincenzo Agnetti y Tomaso Binga titulada Una macchina è una macchina. Se trata de un diálogo entre dos artistas que, desde los años sesenta, han privilegiado el uso de la palabra como medio expresivo del proceso de transformación a través del cual se transforma el pensamiento. Una treintena de obras pretenden centrarse en los puntos de contacto entre ambos artistas, que compartían lenguajes comunes como el uso de la poesía, las prácticas performativas y la concepción delarte como una operación de síntesis.

En las décadas de 1960 y 1970, la experimentación con materiales extraartísticos y tecnologías avanzadas influyó en la investigación artística: la máquina de escribir, entre otras herramientas, fue utilizada por muchos artistas. El ensayo The Art of Typewriting, editado por Ruth y Marvin Sackner, incluye a Tomaso Binga y sus Typewriters creados con una Olivetti Lettera 32. A partir de un error de tecleo de dos teclas al mismo tiempo, se genera un signo que, a su vez, mediante la elección compositiva del artista, da lugar a un código lingüístico críptico y a imágenes originales. En 1969, Vincenzo Agnetti expone "La macchina drogata “ por primera vez en Milán, en Cenobio-Visualità. Utiliza una calculadora Olivetti Divisumma 14, sustituyendo los números por signos alfabéticos y de puntuación. El público interactúa con el instrumento, creando una acción colaborativa y performativa denominada por Agnetti ”teatro estático". La carta original Del teatro statico, que discute la función metalingüística del lenguaje y su relación con la sociedad de consumo, podrá verse en la exposición. La galería continúa la confrontación entre Agnetti y Binga, que ya había comenzado con la exposición colectiva Fare uno, dalla parola al segno y, posteriormente, con el proyecto miart 23. A través de Dattilocodici de Binga y Macchina drogata de Agnetti, la exposición explora cómo estos artistas se anticiparon a las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y los nuevos medios de comunicación, mostrando la relación entre el hombre y la máquina, que se vuelve autónoma y “viva”.



Vincenzo Agnetti, Más allá del lenguaje - Semiosis
Vincenzo Agnetti, Más allá del lenguaje - Semiosis
Tomaso Binga, Dattilocodice
Tomaso Binga, Dattilocodice

Notas sobre los artistas

Tomaso Binga (Salerno 1931), nombre artístico de Bianca Pucciarelli Menna, artista, poeta y performer, vive y trabaja en Roma. En 1971 Binga inició una experimentación artística y poética centrada en la escritura verbovisual. En la primera fase de su carrera trabajó con la escritura “desantizada”, un signo gráfico aparentemente disfuncional y no comunicativo, presentando su primera exposición en 1974 en la Galería L’Obelisco de Roma. En 1974 comenzó sus acciones performativas: la primera fue Parole da distruggere, parole da conservare. En 1976 completó una serie de obras que seguirían siendo la piedra angular de su investigación artística, como su "Scrittura Vivente": letras del alfabeto formadas con su propio cuerpo femenino y sus famosos papeles pintados. Ese mismo año fue invitada a participar en la exposición organizada por Mirella Bentivoglio Tra linguaggio e immagine, a la que siguió Materializzazione del linguaggio (1978). Continuó su actividad participando en numerosas exposiciones e iniciativas culturales, como la XVI Bienal de São Paulo, Brasil (1981) XI Quadriennale di Roma (1986), Fondazione Prada (2017), Frigoriferi milanesi (2019), Museion, Bolzano (2019), Centre d’Art Contemporain, Ginebra (2020). Por último, la Bienal de Venecia en 2022. Sus obras también están presentes en colecciones de museos italianos y extranjeros.

Vincenzo Agnetti (Milán, 1926 - 1981), licenciado por la Academia de Bellas Artes de Brera, debutó a finales de la década de 1950, combinando la pintura en el ámbito informal con su labor como crítico, ensayista y teórico. En 1957 colaboró en “Azimuth” y en la revista del mismo nombre con Manzoni, Castellani, Bonalumi, Boriani, Anceschi y De Vecchi. A partir de 1960 rechazó la práctica de la pintura para identificar el arte con la ausencia, trabajando en una esfera conceptual extremadamente radical, “fría”, a veces críptica. En 1962 realizó Obsoleto, con la supresión del texto de las últimas páginas, operación que retomó a finales de la década en Libro dimenticato a memoria con el corte total de los bloques de texto de todas las páginas, y con Pagina dimenticata a memoria en la que la escritura destaca en negativo sobre la página negra. Después trabajó y experimentó fuera de la pintura durante sus años de viaje hasta 1967, cuando, de vuelta a Italia, defendió la práctica artística como puro análisis de conceptos. Son fundamentales sus trabajos sobre el análisis del objeto en relación con su imagen física y mental y sus trabajos sobre los lenguajes de la comunicación. En 1975, Agnetti abrió un estudio en Manhattan, empezó a colaborar con Ronald Feldman y forjó amistad con otros artistas, en particular Arakawa. Participó en las Bienales de Venecia de 1974 a 1978, en la Cuadrienal de Roma, en la documenta 5 de 1972 y en la Bienal de S. Paolo de 1973.

Roma, el uso de la palabra como medio en la exposición bipersonal sobre Vincenzo Agnetti y Tomaso Binga
Roma, el uso de la palabra como medio en la exposición bipersonal sobre Vincenzo Agnetti y Tomaso Binga


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