Hasta el 24 de octubre de 2021, el Museo di Roma, en el Palazzo Braschi, acoge la primera gran exposición individual dedicada al padre de los fotoperiodistas italianos, Adolfo Porry-Pastorel. Un pionero de una profesión gracias a la cual desde hace más de un siglo la opinión pública ve lo que sucede, hechos y personalidades, participando en la vida social del país. Adolfo Porry-Pastorel - La otra mirada. Nacimiento del fotoperiodismo en Italia, éste es el título de la exposición comisariada por Enrico Menduni, que pretende dar a conocer a un fotógrafo y periodista que inició una nueva forma de contar el tiempo y de mirar las noticias.
Se exponen más de ochenta instantáneas procedentes del Archivo Histórico Luce (que conserva 1.700 negativos de Pastorel y más de 180.000 imágenes de su agencia fotográfica VEDO) y de otros importantes fondos, como el Archivo Histórico Fotográfico del Museo de Roma, y los archivos Farabola, Vania Colasanti y de la Fundación Turati. El recorrido expositivo, que sigue una línea cronológica, se enriquece con preciosas películas de archivo, impresiones originales, documentos inéditos y objetos personales, ilustrando así la vida de Porry-Pastorel, sus instantáneas, sus relaciones y sus diversas pasiones. Fotógrafo, periodista, reportero, entre los años 1910 y 1940, consiguió estar en todas partes y, con las imágenes que enviaba a periódicos y revistas, creó un relato sin precedentes de la historia de Italia.
Nacido en 1888, fotógrafo profesional a los veinte años, primero en el Messaggero y luego en el Giornale d’Italia y La Voce, experimentador de técnicas de impresión y transmisión de imágenes y de un sinfín de estratagemas para conseguir primicias, entre las dos guerras Pastorel consiguió pasar por "el fotógrafo de Mussolini" y al mismo tiempo por un molesto escrutador del régimen. Consiguió acceder a las estancias más íntimas del gobierno y del poder, y fue vigilado de cerca por los censores fascistas. Cronicó como pocos las costumbres, la ligereza del ocio, los nuevos hábitos de los italianos. Sentó las bases del fotoperiodismo, narrando los entretelones de la política y la vida cotidiana.
En 1908 fundó su agencia, V.E.D.O. - Visioni Editoriali Diffuse Ovunque. Un acrónimo para comunicar su rápida ubicuidad. Inventor del proto-marketing, la tarjeta de visita de Pastorel era un espejo de bolso femenino, con el teléfono de la agencia en el reverso para llamar inmediatamente en caso de novedades. La variante masculina, un reloj de bolsillo, se regalaba a los policías de tráfico.
Las fotos de la exposición cuentan la doble alma de la mirada de Pastorel: por un lado, el atento cronista del traje popular; por otro, la crónica del poder político, que, entre los años veinte y cuarenta en Italia, tuvo como protagonista a Benito Mussolini. Con el Duce, Porry-Pastorel mantuvo una relación dialéctica de intercambio y profunda desconfianza. Suya es la famosa foto de Mussolini detenido en 1915 y llevado durante una manifestación intervencionista: una foto que Mussolini nunca le perdonaría. El fotógrafo realizó también otras instantáneas que se convirtieron en emblemáticas del retrato de Mussolini: entre ellas, la del Duce descamisado en la trilla, durante la Campaña del Trigo, o con su hijo Romano a hombros.
Pastorel es también el autor de un reportaje de época sobre el descubrimiento del cadáver de Matteotti, imágenes de extraordinaria precisión comunicativa, como un maestro del reportaje. Fundamentales son las tomas de la Marcha sobre Roma y el advenimiento del fascismo, gracias a las cuales hoy es posible observar la formación de los patrones de comunicación y los rituales de la dictadura. También estuvo presente en la histórica visita de Hitler a Italia en 1938. Pastorel muestra las contradicciones del régimen: desmonta los triunfalismos, al tiempo que celebra los “entre bastidores”, inmortalizando las risas de los jerarcas, la baja estatura del Rey, el conformismo de los mítines callejeros. Sus fotos no son sentenciosas, pero nadie en aquellos años hace tanto uso de la ironía, de encuadres insólitos, de composiciones irritantes.
Igualmente vívidas son sus fotos dedicadas a las costumbres, a la gente corriente. Una Italia en movimiento, tomada por sorpresa: en baños junto al mar, en cafés, en inauguraciones de gala, en ceremonias públicas, mítines, bodas, funerales; la botadura de un dirigible, en el circo, en el plató de una película, en paseos, en las bodas de recién casados autárquicos que van a la iglesia en bicicleta.
Con la caída de Mussolini, y sobre todo con la pérdida de su querido hijo Alberto, también fotógrafo, enviado a la trágica campaña rusa, Adolfo Pastorel sufrió un revés. La época había cambiado: colgó su cámara, quedando al frente de la agencia Vedo y de sus colaboradores.
La última parte del espectáculo relata la nueva vida de Pastorel, en el retiro de Castel San Pietro Romano, pueblo del que se convertirá en alcalde y promotor cinematográfico. De hecho, fue aquí donde Pastorel aconsejó a Vittorio De Sica, protagonista de la película protagonizada por Gina Lollobrigida, que rodara Pan, amor y fantasía. La exposición concluye con un testamento: la foto es de Pierluigi Praturlon, gran fotógrafo de plató, retratando a Pastorel, con Tazio Secchiaroli, otro gran fotógrafo y alumno de Pastorel, detrás de él, cámara en mano. Se trata de un traspaso que tuvo lugar en el Congreso de Fotorreporteros de 1958, categoría de la que Pastorel era entonces presidente. Cincuenta años antes había fundado su agencia, y una nueva generación de reporteros, paparazzi y más tarde grandes fotógrafos sociales, que dieron imagen a la segunda mitad del siglo, rindieron homenaje a su progenitor.
La exposición va acompañada de un catálogo que, a través de ensayos y testimonios, constituye el primer estudio orgánico sobre el fotógrafo y la temporada que vio nacer el fotoperiodismo en Italia.
Para más información: museodiroma.it
Horario de apertura: De martes a domingo de 10.00 a 19.00 h. Lunes cerrado.
Imagen: Adolfo Porry-Pastorel, Posando con un avión. 21 de abril de 1920 (Archivio Luce, Fondo Pastorel)
Roma acoge la primera gran exposición individual sobre Adolfo Porry-Pastorel, padre del fotoperiodismo en Italia |
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