Nápoles, Caravaggio y los protagonistas del arte napolitano del siglo XVII en el Museo de Capodimonte

La exposición Más allá de Caravaggio. Una nueva historia de la pintura en Nápoles (del 31 de marzo de 2022 al 7 de enero de 2023), comisariada por Stefano Causa, profesor de Historia del Arte Moderno y Contemporáneo de laUniversidad de Nápoles “Suor Orsola Benincasa” y Patrizia Piscitello, responsable de la Oficina de Exposiciones y Préstamos del Museo Capodimonte y Real Bosco, se celebra en las 24 salas de la segunda planta del Museo Capodimonte y Real Bosco, bajo la dirección de Sylvain Bellenger.

Se exponen 200 obras, todas procedentes de las colecciones permanentes del museo, sin préstamos externos.

Una exposición, organizada en colaboración con las asociaciones Amici di Capodimonte Ets y American Friends of Capodimonte, que pretende reavivar el debate presentando otra interpretación del 1600 napolitano, que para aficionados e historiadores se ha convertido en el siglo de Caravaggio.

El siglo XVII napolitano es una “invención” reciente. Fue redescubierto y definido hace menos de un siglo por el historiador del arte Roberto Longhi (1890-1970). Según el estudioso, el naturalismo de Caravaggio fue la columna vertebral del arte napolitano. Los estudios del siglo XVII sobre el Sur derivan, casi sin excepción, de sus propuestas formuladas en una serie de ensayos que se publicaron principalmente en la segunda década del siglo pasado.

Desde la apertura de la Pinacoteca di Capodimonte en 1957 hasta ahora, la exposición de pintura napolitana del siglo XVII ha sido en gran medida el resultado de este análisis. La realidad es más compleja y los comisarios de la exposición, Stefano Causa y Patrizia Piscitello, basándose en los estudios de las últimas décadas, proponen reconsiderar el esquema de Longhi, hoy ampliamente historizado, y repensar toda la articulación de un siglo que no fue sólo el de Caravaggio, sino sobre todo el de Jusepe de Ribera, un español que llegó a Nápoles en 1616, seis años después de la muerte de Caravaggio.

La exposición Más allá de Caravaggio sitúa a Ribera, representado en las colecciones de Capodimonte por obras sacras, mitológicas y naturalezas muertas, en el centro de la escena artística napolitana.

Presentar la civilización artística napolitana significa destacar adecuadamente las aportaciones externas y los intercambios con otros centros, el envío de obras y proyectos desde el exterior, la residencia en la ciudad de artistas “extranjeros”. Nápoles, de hecho, era y es una gran ciudad portuaria, encrucijada de la vida y la cultura italianas. En el siglo XVII se había convertido en una de las megalópolis más pobladas del mundo, ejerciendo una profunda influencia en la cultura europea; su historia es una rica estratigrafía, hecha de diferentes civilizaciones, pueblos y expresiones artísticas que han dejado huellas en su patrimonio artístico y monumental. Durante siglos, ha sufrido ataques, invasiones y destrucciones, enfrentándose a numerosas catástrofes naturales: erupciones volcánicas, terremotos, maremotos y plagas.

Desde esta perspectiva, se explica el papel central que desempeñaron lombardos como Caravaggio (1571-1610), emilianos como Giovanni Lanfranco (1582-1647), Domenichino (1581-1641) y Guido Reni (1575-1642), el español (pero napolitano de adopción) Jusepe de Ribera (1575-1642), y el español (pero napolitano de adopción) Jusepe de Ribera (1580-1642) en esta exposición dedicada a los siglos XVII y XVIII.adopción) Jusepe de Ribera (1591-1652), los franceses Simon Vouet (1590-1649) y Pierre-Jacques Volaire (1729-1799), el bergamasco Cosimo Fanzago (1591-1678), los romanos Artemisia Gentileschi (1593-1653) y Gregorio Guglielmi (1714-1773), el belga François Duquesnoy (1597-1643), que había colaborado en el altar del cardenal Ascanio Filomarino (1583-1666) en la iglesia de los Santos Apóstoles, imponente máquina construida entre 1638 y 1647 por el arquitecto Francesco Borromini (1599-1667), uno de los máximos exponentes del barroco romano.

Los artistas napolitanos se inspiraron en estas aportaciones, reelaborando iconografías, cortes compositivos y el uso de la luz de forma muy personal, exportando su lenguaje por toda Italia y Europa. Un ejemplo entre muchos es Luca Giordano (1634-1705), que, como paladín de la pintura barroca napolitana, fue llamado a Venecia (1665, 1668), Florencia (1682-83, 1685) y España (1692-1702), dejando su impronta en los pintores locales.

Para toda la información, visite la web oficial de Capodimonte.

Nápoles, Caravaggio y los protagonistas del arte napolitano del siglo XVII en el Museo de Capodimonte

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