Del 5 de mayo al 2 de julio de 2022, la Biblioteca Braidense de Milán presenta la exposición L’idea della biblioteca. La colección de libros antiguos de Umberto Eco en la Biblioteca Nacional Braidense, que mostrará por primera vez al público una selección de los volúmenes antiguos de Umberto Eco, adquiridos por el Ministerio de Cultura a la familia Eco en 2018. Al mismo tiempo, se inaugurará en la Biblioteca el “Studiolo”, un espacio a disposición de los estudiosos, donde se conservarán los 1300 títulos raros, entre ellos 36 incunables, libros impresos antes de 1500, de la “Bibliotheca semiologica, curiosa, lunatica, magica et pneumatica”, como la llamó Eco. El “Studiolo” conserva en la medida de lo posible la ubicación de los libros que Umberto Eco había encargado en su casa con vistas al Castello Sforzesco de Milán. La exposición pretende celebrar la importantísima adquisición de los volúmenes antiguos de Umberto Eco por parte de la Braidense, que ahora se realiza integrando las colecciones existentes en la biblioteca, empezando por las relativas a obras de los siglos XV y XVI. De acuerdo con los deseos de Umberto Eco y su familia, su vasta colección de más de 35.000 libros modernos y el archivo serán cedidos en préstamo a la Universidad de Bolonia.
La exposición La idea de la biblioteca. La colección de libros antiguos de Umberto Eco en la Biblioteca Nacional Braidense cuenta con el comisariado científico de James Bradburne y los especialistas del Centro Internacional de Estudios Humanísticos “Umberto Eco” de Bolonia, Riccardo Fedriga, Anna Maria Lorusso y Costantino Marmo, de la Universidad de Bolonia, y Valentina Pisanty, de la Universidad de Bérgamo. La exposición muestra 82 volúmenes, de los cuales 62 proceden del Fondo del Libro Umberto Eco, 19 de la colección de la Biblioteca Braidense y 1 del Instituto Warburg. Cada vitrina investiga un aspecto de la intensa relación de Umberto Eco con los libros antiguos y raros. Como muestra de la importancia mundial de Eco y de la deuda intelectual que tenía con la comunidad internacional, la exposición incluye excepcionalmente importantes préstamos del Instituto Warburg de Londres, comisariada por su director, Bill Sherman.
La exposición se abre con dos vitrinas dedicadas precisamente al Instituto Warburg: Umberto Eco compartía con Aby Warburg, historiador del arte y del Renacimiento italiano (1866 - 1929), la pasión por las bibliotecas y el principio de la ley del buen vecino, según el cual el libro que necesitamos suele estar al lado del que buscamos. Al igual que Warburg, Eco organizó sus estanterías de modo que cada libro tuviera al lado a sus vecinos más fructíferos y se creara un espacio de pensamiento, imaginación e interminables referencias cruzadas. El afán coleccionista de Eco, así como su interés por la cultura material de finales del Renacimiento, están representados en la vitrina Cambiar el paisaje del pensamiento moderno. Siguiendo el recorrido, cada vitrina lleva el nombre de una gran obra maestra de Umberto Eco: desde El nombre de la rosa hasta La historia de las tierras y lugares legendarios, pasando por El péndulo de Foucault, La búsqueda de la lengua perfecta en la cultura europea, La isla del día anterior, Baudolino, La misteriosa llama de la reina Loana, El cementerio de Praga, La historia de la belleza y La historia de la fealdad.
Empezando por El nombre de la rosa, una novela nacida casi como una broma para unos amigos que resulta ser un gran rompecabezas de referencias a obras y objetos medievales, cada libro es un tesoro de citas del pasado y conexiones con textos antiguos. Entre los de la exposición LaAtalanta Fugiens, de Michael Maier, uno de los muchos textos simbólicos impresos por las prensas De Bry de Oppenheim que definieron en gran medida el mundo ocultista de la corte del Renacimiento tardío, combinando neoplatonismo, cábala las Etimologías de Isidoro de Sevilla, junto con la serie del célebre alquimista y esoterista Athanasius Kircher, el libro de Ketham, el Chymische Hochzeit de Andreae, De Umbris Idearum de Giordano Bruno, La Ciudad del Sol de Campanella, La Ciudad del Sol de Oppenheim, La Ciudad del Sol de Oppenheim, La Ciudad del Sol de Oppenheim, La Ciudad del Sol de Oppenheim, La Ciudad del Sol de Campanella, La Ciudad del Sol de Oppenheim. del Sol de Campanella, Monas Hieroglyphica de John Dee. Los temas y las referencias cruzadas de la exposición se refieren, pues, a los intereses constantes de la aventura intelectual de Umberto Eco. Por último, en la sección dedicada al volumen Storia delle Terre e dei Luoghi Leggendari (Historia de las tierras y lugares legendarios ), comprendemos cómo la imaginación es una operación fundamental para entender la historia de la cultura. En relación con esto, Eco introduce una de las formas de catalogación más interesantes para él, la de la lista: las listas de cosas y lugares dan una sensación de asombro, de infinitud y no ordenabilidad del mundo.
“Desde el principio quisimos que la colección de ’antiguos’ se albergara en la Biblioteca Nacional Braidense, un lugar abierto al público en la ciudad donde Umberto Eco vivió y trabajó hasta los años cincuenta”, dicen Renate, Carlotta y Stefano Eco.
“Me reuní con Umberto Eco en noviembre de 2015 para discutir la posibilidad de escribir los primeros pies de autor en Brera”, dice James M. Bradburne, director de la Pinacoteca di Brera y de la Biblioteca Braidense. Se echó atrás, porque estaba muy cansado, pero con la promesa de hacerlo en cuanto se sintiera con fuerzas“. Umberto Eco murió solo unas semanas después, el 19 de febrero de 2016. Ese mismo año hablé con Renate sobre la posibilidad de colocar los libros antiguos de Umberto en la Biblioteca Braidense. Hoy esto es posible y estamos encantados de haber realizado esta exposición, que coincide con la realización del Studiolo que diseñamos deliberadamente junto a la Sala Manzoniana”.
La colección de antigüedades incluye algunos incunables relevantes como De Civitate Dei (1470) y laHypnerotomachia Poliphili (1499), así como obras de gran sugestión y contenido siniestro, como el Malleus maleficarum (1492), y de nuevo el Corpus Hermeticum de Hermes Trismegisto, del que Eco posee la tercera edición de la versión latina impresa en Venecia en 1481 y una serie de ediciones del siglo XVI; las Polygraphiae libri sex de Trithemius (1518); De umbris idearum de Giordano Bruno (1582); obras impresas por los primeros rosacruces, como Allgemeine und General Reformation (1681) y Chymische Hochzeit (1616); escritos del alquimista Michael Maier y del filósofo naturalista Robert Fludd(Utriusque Cosmi Historia, 1617); Amphiteatrum Sapientiae Aeternae (2ª ed., 1609) de Heinrich Khunrath y casi todas las obras impresas por los primeros rosacruces, como Allemeine und General Reform (1681) y Chymische Hochzeit (1616). 1609) y casi todas las obras del erudito Athanasius Kircher.
Hace más de treinta años, Umberto Eco decidió cambiar su casa familiar de Milán por una lo bastante grande para albergar todos sus libros. Con su mujer Renate encontró un gran piso en forma de anillo, en cuyos pasillos con suelos especialmente reforzados se montarían las estanterías de libros sin peligro de derrumbe. Al principio del largo pasillo que conducía a su estudio, se creó una habitación con un pequeño balcón y una hermosa vista del Castello Sforzesco, para dedicarla a su creciente colección de valiosos libros. A partir de ese momento, aquella se convirtió en la “Sala de los Antiguos”, cuyo contenido, a partir del 5 de mayo de 2022, se albergará en el “Studiolo Umberto Eco” de la Biblioteca Nacional Braidense de Milán, que recuerda al espacio original en cuanto a tamaño y ambiente.
“La sala de los antiguos fue el refugio de Umberto desde el principio, sin teléfono, sin ordenador, con sus partituras y sus flautas, que tocaba casi todos los días”, relatan Renate, Carlotta y Stefano Eco. “Umberto estaba orgulloso de la rareza de muchas de sus adquisiciones, y las mostraba a los miembros de su familia y a los pocos amigos a los que permitía entrar en la habitación con el orgullo y la sonrisa del coleccionista apasionado. A sus nietos les mostraba divertido los animales, monstruos y criaturas de los libros de Aldrovandi y Kircher, a otros incluso la Atalanta fugiens coloreada de Meyer, o la espléndida composición de las páginas de la Hypnerotomachia Poliphili, impresa por Aldo Manuzio en 1499”.
“El Studiolo recreado hoy en las salas de la Biblioteca Nacional Braidense es mucho más que un homenaje a un extraordinario icono cultural del siglo XX”, afirma Marzia Pontone, directora de la Biblioteca Braidense. “Es el lugar donde la evocadora y preciosa ”Bibliotheca semiologica curiosa, lunatica, magica et pneumatica“, reunida por Umberto Eco con pasión bibliófila durante muchos años, encontrará un hogar para las generaciones futuras. Será, sobre todo, un espacio de la ciudad abierto al estudio y a la investigación, en estrecha sinergia con los contextos académicos en los que el propio Eco enseñó durante décadas. Un espacio generador de cultura, que no olvida el pasado, sino que mira al futuro”.
Para “acceder” y conocer el Studiolo (por lo demás abierto sólo para fines de estudio e investigación), a finales de mayo estarán disponibles contenidos de vídeo adicionales en BreraPlus, el canal digital de Brera. Una narración plural en la que se alternarán imágenes del Studiolo y de la exposición con las voces de las personas más cercanas a la figura de Umberto Eco, creando un relato que a través de la dimensión digital enriquecerá la percepción de la importantísima adquisición del braidense.
A lo largo de los siglos, la Biblioteca Nacional Braidense ha adquirido numerosas colecciones privadas, siendo la más importante la colección completa de manuscritos autógrafos de Alessandro Manzoni, donada por su familia en 1886, 100 años después de la apertura de la biblioteca al público. La colección de libros antiguos de Umberto Eco llegó a Braidense en agosto de 2021, gracias a la adquisición del Ministerio de Cultura a la familia Eco en 2018 y al interés del Director General James M. Bradburne. El traslado de los volúmenes desde la casa de la familia Eco en Milán se realizó con una meticulosa atención a la disposición de los libros en las cajas, con el objetivo de mantener el mismo orden en el que estaban colocados en las estanterías de la biblioteca y en el Studiolo Eco. La primera operación realizada consistió en extraer los 1.328 volúmenes de las 73 cajas que llegaron a Braidense y colocarlos en las estanterías preparadas, teniendo en cuenta el orden predeterminado. A continuación, se marcó cada libro con una ubicación que respetaba el orden en que los volúmenes estaban dispuestos en casa del autor.
El nombre dado era ECO y el número correlativo identificaba su posición en la estantería. Se crearon diferentes secciones. La sección ECO.01. identifica los libros colocados en las estanterías de su biblioteca; ECO.02. identifica los libros colocados en el Studiolo, por ejemplo, sobre el escritorio; ECO.03. identifica los libros más valiosos de la colección. También estaba previsto crear el lugar ECO.04. donde se colocarían las publicaciones del autor, con el fin de disponer de herramientas de trabajo e investigación en un solo lugar. Posteriormente, se inició la catalogación informatizada, que permite a los estudiosos conocer el material almacenado a través del OPAC de la biblioteca, disponer de indicaciones sobre cómo solicitarlo para su lectura y dónde consultarlo. Cada obra presente se describe individualmente, indicando autor, título, lugar, editor, fecha de publicación, descripción física de la obra y localización asignada por la biblioteca.
Se decidió que todos los mecanuscritos y manuscritos que estuvieran en el interior de los volúmenes, como notas de compra o avisos editoriales, permanecieran en su interior, a fin de preservar en la colección el testimonio del pensamiento y los intereses de quienes la crearon y poseyeron. Los volúmenes que componen las bibliotecas personales suelen ser ricos en elementos paratextuales que expresan el pensamiento del propietario de la colección, en este caso el coleccionista, y de hecho la colección de Eco contiene también las notas de compra del volumen individual. El estudioso que se acerque a estos textos también podrá encontrar sellos, notas manuscritas y/o ex libris de poseedores o propietarios anteriores a Eco en la portada y en los papeles de guarda de algunas obras. Los volúmenes que pasan a formar parte de estas bibliotecas se transforman así en ejemplares únicos, entendiendo por singularidad la presencia de información escrita y no escrita dentro de las páginas de los libros. Tras su ordenación, también se pondrán a disposición de los estudiosos las fichas de catalogación editadas por Umberto Eco, que permitirán un análisis más preciso de la propia colección. Las distintas fases de ordenación y catalogación de la colección de libros antiguos de Umberto Eco fueron coordinadas por las bibliotecarias braidenses Cecilia Angeletti y Marina Zetti, con la colaboración de Sergio Gatti y Vito Cannillo (traslado de las obras desde la casa de Eco), Flora Bonalumi y Matteo Vacchini (colocación de los volúmenes y catalogación del material).
En la foto: el Studiolo
Milán, los libros antiguos de Umberto Eco expuestos en la Braidense. Su Studiolo también recreó |
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