Acque chete(Aguas tranquilas), la exposición individual de Corrado Bonomi concebida específicamente para los espacios expositivos del Acuario Cívicode Milán, estará abierta hasta el 26 de febrero. La exposición, promovida por el Ayuntamiento de Milano Culturay el Acuario y Civica Stazione Idrobiologica, comisariada por Alberto Fiz, presenta 20 obras, entre pinturas, esculturas e instalaciones que tienen como elemento unificador el mundo marino y sus habitantes, y ofrece una reflexión sobre los temas de la diversidad y la sostenibilidad a través de la lente de la ironía, rasgo característico de la investigación artística de Bonomi desde los años ochenta, que le ha valido un amplio reconocimiento nacional e internacional. Como afirma Alberto Fiz “en el espacio Aquarium se propone una amplia selección de obras que recorren la investigación expresiva del artista desde 1987 hasta hoy en un poético y desacralizador rodeo que desafía nuestras certezas haciendo un guiño al mito, a la literatura y al arte. Las aguas tranquilas de Bonomi esconden muchas trampas y sorpresas”.
Para entrar en la exposición, el espectador debe atravesar el vientre de la ballena caminando por la insólita instalación site-specific creada por el artista para la ocasión con las vértebras y costillas del cetáceo hechas de poliestireno. En la parte inferior hay una vela, colocada sobre una mesita, que recuerda las numerosas figuras engullidas por el cetáceo, como Pinocho o Jonás. Pero también al Barón Münchhausen o al Soldado de Plomo.
En la misma sala aparece New Arrivals, una gran obra de casi tres metros, realizada en 2021 con un modelo de cachalote que transporta sobre su lomo a una multitud de emigrantes. A través de la transfiguración del mito del rescate, el artista se inspira en antiguas fábulas polinesias y hawaianas en las que los vivos viajan a lomos de un cetáceo. También aquí las referencias son numerosas, y la cita más explícita es a La navegación de San Brandán y a la isla-ballena en la que, según la leyenda, desembarcó el monje irlandés.
Tras abordar el tema del viaje, Bonomi propone Mare nostrum, una obra muy problemática en la que, dentro de un pequeño decorado de madera, similar a un teatro infantil con base de arena y rodeado de ganchos de caña de bambú se pueden pescar con un imán los numerosos objetos que acabaron en el fondo del Mediterráneo, como miniaturas de los restos de Ustica, el anillo del dux (el día de la Ascensión se arrojaba al mar en señal de acción de gracias) o el Lockheed P-38 Lightning, el avión a bordo del cual viajó el famoso escritor francés Antoine de Saint-Exupery, autor de El Principito.
Las redes de pesca se convierten en el espacio metafórico donde acaban enredadas las cajas de Mare, el ciclo iniciado en 1987. El artista pone en escena su archivo personal de peces que son pintados en recipientes circulares para su conservación en aceite. El resultado es una instalación ecológica en continua evolución donde un animal acuático diferente aparece en cada lata de atún, creando un viaje entre criaturas marinas en una eficaz representación del mundo submarino.
Los componentes ecológicos y las distorsiones medioambientales también se ponen de manifiesto en Tiburón Martillo, de la serie Ars Topiaria, donde las formas naturales se asocian con materiales sintéticos (se utilizan trozos de plástico triturados y reciclados) dando lugar a sarcásticas hibridaciones. En esta ocasión, sobre un jarrón de barro relleno de arcilla expandida, aparece un tiburón que parece nacer de un arbusto artificial.
Otra obra de actualidad propuesta en el Acuario es Arca Virus, una maqueta delArca de Noé inspirada en tipos medievales. En su interior hay doce tubos de ensayo que contienen líquidos coloreados que simulan los doce agentes patógenos más peligrosos del planeta. Bajo ellos se oculta el circuito eléctrico que permite iluminarlos. En la popa hay una bandera amarilla con el símbolo de peligro para la salud. La obra, creada en 2009, es una premonición bastante sorprendente de la pandemia.
El artista creó entonces otra instalación para el Acuario, La Flota del Arte. De la imaginaria Cantiere Navale Bonomi salen portaaviones y submarinos hechos apilando libros, catálogos, enciclopedias (I maestri del colore) y revistas como Flash Art o Il Giornale dell’Arte. Es evidente la polémica hacia el sistema del arte en el que las pilas de papel se convierten en material de construcción haciendo que el contenido sea completamente irrelevante.
El universo imaginativo de Bonomi también incluye referencias a Richard Wagner con Vascello fantasma, un barco de fibra sintética y algodón que navega poéticamente hacia arriba, y a Fiódor Dostoievski con tres obras dedicadas a su famoso cuento El cocodrilo: un caso extraordinario en el que, a través de un juego de espejos, el observador experimenta la sensación de ser engullido por el cocodrilo. La literatura también es fuente de inspiración para algunos preciosos testimonios de principios de los años 90 que pertenecen al ciclo La isla del tesoro, en los que el artista evoca a Julio Verne, Joseph Conrad y Daniel Defoe. Bonomi pinta antiguos veleros y barcos sobre cartas náuticas, proponiendo sus clásicas tautologías que permiten una relación sincrética entre el objeto pictórico y la materia.
También hay muchas obras que desafían las reglas de la historia del arte con homenajes irreverentes y paradójicos, como en el caso de Marcel Duchamp y el barquito artístico que navega en el urinario (el título Navigar nel periglioso mar delle avanguardie es bastante explicativo) alArcimboldo marino donde hay una imagen multiforme realizada a partir de un ensamblaje de criaturas marinas de plástico, pasando por El sueño de Claude con un cuadro de Monet en miniatura sobre una hoja de nenúfar flotante reflejada en una lámina de agua.
La exposición va acompañada de un catálogo publicado por Allemandi con textos de Alberto Fiz, Elisabetta Polezzo, Marianna Cappia y una entrevista con el artista realizada por Barbara Cottavoz.
Para más información, visite la web oficial del Acuario Cívico de Milán.
Milán, el irónico conceptualismo de Corrado Bonomi se expone en el Acquario Civico |
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