La Fondazione Sandretto Re Rebaudengo presenta en Turín Silent Studio, la primera exposición antológica italiana del artista holandés Mark Manders (Volkel, 1968), comisariada por Bernardo Follini. Inaugurada el 31 de octubre y abierta hasta el 15 de marzo de 2025, la exposición es una oportunidad para explorar la trayectoria artística de Manders, famoso por sus enigmáticas esculturas y su reflexión conceptual sobre la propia naturaleza del arte. La instalación incluye una selección de obras, algunas de ellas inéditas, que abarcan más de treinta años de producción artística, ofreciendo al público una inmersión en un entorno especialmente concebido para la Fundación, donde el espacio físico y mental se funden en una representación de la poética del autor.
Mark Manders se ha labrado una carrera internacional como escultor innovador, cuyo lenguaje se mueve entre el arte figurativo y la abstracción conceptual. Su investigación artística está impulsada por la experimentación continua con materiales y formas, que desafían la percepción temporal y material del observador. En el corazón de Silent Studio se encuentra Autorretrato como edificio, un proyecto a largo plazo iniciado en 1986 que constituye el núcleo de su producción. En esta obra, Manders desarrolla un concepto de autorretrato que va más allá de la representación biográfica o literal, configurándose más bien como una construcción imaginaria de identidad y significado. Las obras no sólo representan objetos en un espacio, sino “palabras visuales” que componen las “habitaciones” de un edificio ficticio, metáfora de la compleja relación entre identidad y narrativa.
Dentro de la exposición, se invita al visitante a explorar el estudio de Manders, un espacio que es a la vez real y mental, donde se disuelven las fronteras entre subjetividad y objetividad. Más de veinte obras se distribuyen por el espacio expositivo, realizadas con materiales como bronce, acero, hierro, pero también papel y pigmentos pictóricos. En esta combinación de elementos, Manders juega con el efecto de aparente fugacidad y vulnerabilidad. Sus esculturas, de hecho, tienen la apariencia de creaciones frágiles, como moldeadas a partir de arcilla fresca, pero ocultan una estructura resistente, a menudo de bronce y otros materiales sólidos, que desafían la idea de estabilidad y durabilidad.
El tiempo es un elemento esencial en la producción artística de Manders. Algunas de las obras de la exposición tardaron años, si no décadas, en completarse, y el resultado es una compresión temporal que diluye su percepción, como si pertenecieran a un pasado indefinido o a un presente suspendido. Manders subvierte el lenguaje lineal, creando obras que escapan a la cronología precisa y abren un complejo diálogo semántico, donde la interpretación se deja a la sensibilidad del observador. En este contexto, la escultura se convierte en una narrativa mutable y estratificada, capaz de ofrecer nuevos significados a quienes se enfrentan a ella cada vez.
La exposición Silent Studio celebra también la larga y fructífera relación entre el artista y la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo. La colaboración se remonta a 1997, cuando Manders participó en la exposición Guarene Arte 97 con la obra Fox/Mouse/Belt (1992), una de las obras que ahora forman parte de Silent Studio. Fue en esa ocasión cuando Manders recibió el Premio Regione Piemonte por el proyecto Autoritratto come edificio, galardón que marcó el inicio de un importante diálogo entre el artista y la fundación turinesa.
Nacido en 1968 en Volkel (Países Bajos), Manders vive y trabaja actualmente en Ronse (Bélgica), y su fama ha traspasado las fronteras europeas. Entre sus numerosos galardones figuran el prestigioso Philip Morris Art Prize (2002) y el Dr. A.H. Heineken Prize for Art (2010), un importante tributo a su carrera como experimentador e innovador. A lo largo de los años, sus obras han protagonizado exposiciones en importantes museos e instituciones, como el Kunstverein de Hannover, el S.M.A.K. de Gante, el Kunsthaus de Zúrich y el Bergen Kunsthall de Noruega, así como elHammer Museum de Los Ángeles, el Walker Art Center de Minneapolis y el Museo de Arte de Dallas.
Uno de los hitos más significativos de su carrera fue su participación en la Bienal de Venecia en 2013, representando a los Países Bajos. Su presencia en grandes eventos artísticos internacionales se extiende también a la Bienal de Atenas (2007), Manifesta (2004) y su primera participación en la Bienal de Venecia en 2001. Sus obras se exponen en las colecciones permanentes de museos de renombre como el MoMA y el Museo Guggenheim de Nueva York, el Carnegie Museum of Art de Pittsburgh y la Pinakothek der Moderne de Múnich, así como en otros muchos museos y galerías de todo el mundo.
Mark Manders en la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo: Silent Studio, una inmersión escultórica |
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