Las fotografías en color de Werner Bischof se exponen por primera vez en Lugano

El MASI - Museo d’Arte della Svizzera Italiana de Lugano inaugura la temporada de exposiciones 2023 con una muestra de obras inéditas de uno de los grandes maestros del reportaje y la fotografía del siglo XX, Werner Bischof (Zúrich, 1916 - Truijllo, 1954), del 12 de febrero al 2 de julio de 2023. A través de un centenar de impresiones digitales en color a partir de negativos originales de 1939 a los años 50, restaurados para la ocasión, se explora por primera vez en su totalidad la obra en color del fotógrafo suizo.

Más conocido por sus reportajes en blanco y negro tomados en todo el mundo, Bischof fue un artista de la fotografía, capaz de captar el testimonio de la guerra y la representación de la humanidad en instantáneas icónicas. Como indica el título Unseen Colour, la exposición en el MASI pretende destacar un aspecto nuevo y menos conocido de la obra de Bischof, ampliando y profundizando nuestro conocimiento y comprensión de este importante fotógrafo. En una época en que la fotografía en color gozaba de escasa consideración y estaba relegada a la dimensión publicitaria, se pone de manifiesto cómo Bischof había captado en cambio el potencial del color como medio de expresión, convirtiéndolo en parte fundamental de su proceso creativo. La exposición pretende ser un viaje libre en color a través de los mundos que Bischof visitó y experimentó, y abarca toda su carrera, alternando imágenes inéditas obtenidas mediante el uso de tres cámaras diferentes: una Rolleiflex, con sus característicos negativos cuadrados, una ágil Leica de bolsillo, y una Devin Tri-Colour Camera, una voluminosa cámara que utilizaba el sistema de tres colores pero garantizaba una reproducción cromática de alta calidad. El núcleo de imágenes tomadas con esta cámara se pone a disposición del público por primera vez gracias al descubrimiento y a la correspondiente investigación de las placas de vidrio originales por parte del hijo del artista, Marco Bischof, que dirige el archivo que lleva el nombre de su padre.

Los temas de las fotografías expuestas son los ya conocidos del fotógrafo suizo, capaz como pocos de combinar estética y emoción en una composición perfecta: desde los experimentos formales de sus primeros años hasta las fotografías de estudio y de moda, desde la narrativa de posguerra en Europa hasta la presentación intimista del Lejano Oriente, desde las campañas fotográficas en Estados Unidos hasta su último viaje a Sudamérica. Las obras expuestas revelan la gran habilidad técnica de Werner Bischof y su cuidadosa investigación formal, una investigación que se hace más constante en la producción de los últimos años y adquiere una nueva vitalidad gracias al color. También forma parte de la exposición una sección introductoria en la que se relata al artista y su contexto a través de negativos originales y documentos de época, entre ellos la cámara tricolor Devin adquirida para Bischof por el editor que publicaba las prestigiosas revistas “Du” y “Zürcher Illustriert” y que hoy se conserva en el Musée suisse de l’appareil photographique de Vevey.

Con motivo de la exposición, Scheidegger & Spiess y Edizioni Casagrande publicarán un catálogo en italiano, inglés y alemán, con textos de Tobia Bezzola, Clara Bouveresse, Luc Debraine y Peter Pfrunder.

El recorrido de la exposición

La presentación de las obras en la exposición sigue una progresión ordenada basada en las tres cámaras utilizadas por Werner Bischof. La sección con imágenes tomadas con la cámara Devin Tri-Colour, que ha acompañado al fotógrafo suizo desde el principio de su carrera, abre el recorrido. Bodegones, estudios de luz, composiciones abstractas e incluso instantáneas de moda de principios de los años 40 revelan al Bischof experimentador, atento y curioso, tras su formación en la Kunstgewerbeschule de Zúrich con Hans Finsler, pionero de la Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad).

El aflato experimental pronto se extinguiría en Bischof por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, cuando sintió el impulso de abandonar el estudio para fotografiar la realidad. Fueron los años en que comenzó a documentar la Europa de posguerra para la prestigiosa revista suiza Du. Se expone una de las fotografías más famosas y controvertidas del fotógrafo, la que muestra a un niño en Roermond, Holanda, con la cara sembrada de cicatrices causadas por la explosión de una mina de juguete. Publicada en color como portada del número de mayo de 1946 de la revista, la imagen provocó encendidas reacciones de indignación.

Por otra parte, las fotografías en color de Berlín, Colonia y Dresde y otras ciudades en ruinas tomadas en 1946 transmiten una atmósfera de suspensión, gracias al estudiado encuadre, en marcado contraste con los detalles y los colores vivos. Es sobre todo en el núcleo de fotografías tomadas en Europa en esos mismos años donde se aprecia especialmente la explosión de colores. A través del hábil y dirigido uso del color, Bischof se muestra capaz de romper el estatismo impuesto por las limitaciones de la voluminosa Devin Tri-Colour, que requería trípode y luz intensa. Es el caso de los retratos de género de la población rural italiana, en los que la fijeza inmóvil de las postales se evita gracias al color, que se convierte en un elemento esencial de la composición.

Es en las obras de formato medio tomadas a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta con la Rolleiflex 6x6 donde se manifiesta la esencia artística de la fotografía en color de Bischof. Era la cámara que le ofrecía las mejores posibilidades de composición. Desde las fotografías que retratan la Europa más diversa -de Cerdeña a Polonia- hasta los relatos del largo viaje que le llevaría a Asia en 1951, el color se convierte aquí en vehículo de estados de ánimo. El uso expresivo del color ayudó a Bischof a expresar el alma de la cultura oriental, especialmente en las fotografías que tomó en Japón; fascinado por la belleza espiritual de la isla, aquí viviría un momento álgido de su carrera, en busca de un enfoque más profundo. Además de varias instantáneas tomadas en Kioto, esta experiencia se transmite también en la sección introductoria de la exposición a través del precioso libro Japon, que alterna imágenes en blanco y negro y en color. Editado en todos sus detalles por el artista, el volumen obtuvo el Premio Nadar en 1955.

Por otra parte, las fotografías, tomadas con la pequeña y ágil Leica en 1953 durante un viaje a Estados Unidos, se mueven en un registro completamente diferente. La mirada de Bischof parece disfrutar captando reflejos, detalles atrevidos, juegos de luz y color en los fragmentos de arquitectura urbana. La calidez de los lugares y las gentes de Centroamérica destaca en instantáneas vivas con fuertes contrastes cromáticos. La Leica también es una compañera perfecta en el viaje a Perú: aquí Bischof queda impresionado por la cultura inca, por las manchas de luz y color en las antiguas murallas y la arquitectura en ruinas, desde las que se abren atisbos y “ventanas” con siempre nuevos puntos de vista que inmortalizar. Durante lo que el fotógrafo llamó “el gran viaje”, su vida se vio bruscamente interrumpida en un trágico accidente en los Andes en mayo de 1954. Entre los muchos interrogantes sobre su obra, queda abierto el del color y el papel que aún podía desempeñar para tan talentoso artista de la fotografía. Para más información, visite la página web del MASI de Lugano.

En la imagen, a la izquierda: Werner Bischof, Modelo con rosa (Zúrich, Suiza; 1939; impresión de inyección de tinta a partir de reconstrucción digital, 2022) © Werner Bischof Estate / Magnum Photos. Derecha: Werner Bischof, Orquídeas (estudio) (Zúrich, Suiza; 1943; impresión de inyección de tinta a partir de reconstrucción digital, 2022) © Werner Bischof Estate / Magnum Photos

Las fotografías en color de Werner Bischof se exponen por primera vez en Lugano

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