La velocidad se exhibe en Mantua, desde los caballos de los Gonzaga hasta las naves espaciales


Del 1 de junio al 28 de julio de 2019, el Palacio Ducal de Mantua acoge la exposición 'Velocidad: de los caballos de los Gonzaga a las naves espaciales'.

Del 1 de junio al 28 de julio, abierta todas las tardes de martes a domingo de 14.30 a 18.30 horas, tendrá lugar una nueva exposición en la Rustica del Palacio Ducal.

Velocidad: de los caballos de los Gonzaga a las naves espaciales, este es el título de la exposición concebida por Giampaolo Benedini y comisariada por Adalberto Scemma, fruto de un proyecto de Mantova Creativa con la Scuderia Tazio Nuvolari y el Complejo Museístico del Palazzo Ducale de Mantua, que se divide en varias secciones para contar la historia de la velocidad como mito de nuestro tiempo. Durante siglos, el desarrollo técnico ha hecho posible la velocidad humana en todos los campos. Pero tecnología no significa sólo el uso de instrumentos técnicos; incluso el cuerpo humano tiene su propia tecnología de la velocidad, desplegada en el deporte, por ejemplo, donde los reflejos y la fuerza muscular determinan gran parte del éxito de un atleta. Aquí, pues, la velocidad afecta a la imaginación hasta el punto de percibirse realmente incluso en ausencia de movimiento. Siempre que, por supuesto, el artista, el científico, el ingeniero, el cineasta o el creativo quieran mostrar su esencia y sus consecuencias emocionales y visuales. Es en esta dimensión en la que se concreta el enfoque de la exposición, que involucra diversos aspectos relacionados con la velocidad entendida como deseo, necesidad, sensibilidad y no sólo como desarrollo tecnológico o motriz. Todo ello con la ayuda de películas, tarjetas, material fotográfico y piezas históricas. Desde la velocidad del hombre, con el mito de Usain Bolt y Eliud Kipchoge a la de los animales, con los récords del jaguar y el halcón peregrino, la exposición analiza un escenario histórico que es fuente inagotable de curiosidades y sorpresas. A continuación, los focos se vuelven hacia los instrumentos técnicos que inspiraron una carrera conducida en constante aceleración, como si el destino del hombre, y su sed de conquista, estuvieran fatalmente ligados a la capacidad de percibir, de sublimarla, la esencia de la relación espacio-tiempo. De ahí la historia de la bicicleta y la de la moto, con ejemplares de época expuestos, la del automóvil y la motonáutica, hasta los detalles de los récords logrados por la aviación o las hazañas del hombre en el espacio. Por último, se profundiza en la velocidad de la comunicación óptica (véase el extraordinario récord del University College de Londres: 1125 terabits por segundo) y en la misteriosa aptitud del cerebro para organizar los datos de la experiencia en su parte plástica.

Pero el relato histórico comienza en la Mantua renacentista: baste recordar que la familia Gonzaga era famosa por criar caballos de carreras imbatibles en velocidad y resistencia, disputados por todas las cortes deEuropa y por los que se pagaban sumas récord, quemando la competencia de las grandes familias de la época, los Médicis, los Estensi y los Farnesio. Es precisamente Mantua, además, la que siempre ha presumido de una tradición específica en el campo de la velocidad. Así, en ciclismo, con el velocista Francesco Verri, tres medallas de oro olímpicas en Atenas 1906, y con el legendario Learco Guerra. Por no hablar de Tazio Nuvolari, el “mito de los mitos” en una época que vio cómo el automovilismo se convertía en emblema de energía vital, inspirando incluso las intuiciones futuristas de Tommaso Marinetti.

Naturalmente, se dedican varias secciones a los acontecimientos deportivos con el relato de los récords más llamativos, entre ellos los relativos a la velocidad de balones de fútbol y voleibol o pelotas de tenis y golf, estas últimas capaces de rozar los 328 km/h. Se reserva un amplio espacio a las hazañas históricas de los deportistas mantuanos. Así Es el caso del atletismo, donde Mario Colarossi, Gianni Ronconi, Diego Marani, Fausto Desalu, Simona Parmiggiani, Luigi Rossini, Gianni Truschi y Najibe Salami ocupan la portada, o del ciclismo, donde junto a Francesco Verri y Learco Guerra, brillan Gaioni y Tasselli, Bergamaschi y Campana, Roncaglia y Mantovani, Baronchelli y Bosisio, Gialdini y Meneghelli hasta Buttarelli, Moreni, Bianchini y, más recientemente, Edoardo Affini. La historia del automovilismo mantuano no puede prescindir del mito de Tazio Nuvolari, pero el relato de las hazañas pioneras de Cesare Pastore y Vincenzo Coffani, Giuseppe Morandi, Marino Marini, Paolo Petrobelli y Franco Marenghi hasta la irrupción en escena del extemporáneo Luigi Malanca es apasionante. La epopeya del motociclismo, que vio a Guido Leoni abrir el camino a Ivan Goi y Lucio Pedercini, o la de la motonáutica, que entregó el iris a Carlo Petrobelli y Gino Zavanella, es similar.

Y de nuevo, para los deportes acuáticos, Sonia Truzzi, Viviana Vecchi y Adolfo Bollini para el esquí acuático, Francesco Bonezzi, Giacomo Bottoli, Francesca Pavesi, Vittoria, Giulia y Francesca Masotto para la vela, hasta los piragüistas olímpicos Renato Ongari y Alberta Zanardi, Matteo Florio y Serena Pontara, y los remeros Marco Penna y Marco Gola, Alberto Mondini y Franco Grandis. En natación, la ola de Gino Baraldi e Iris Corniani, Cristina Sossi y Francesca Ferrarini hasta Alessandra Cappa y las hazañas de Nicoletta Ruberti. Los deportes de pelota exaltaron la velocidad de ejecución de Roberto Boninsegna en fútbol, Marco Negri y Andrea Anastasi en voleibol y el legendario Marino “Mara” Marzocchi en tamburello. Y para terminar, dos personajes igualmente míticos: el ecléctico Onorio Marocchi, campeón del mundo de bobsleigh, y el ’látigo de oro’ Mario Manfredi, que sobre el sulky dejó una huella indeleble en la historia del trote.

Junto con el creador Giampaolo Benedini y el comisario Adalberto Scemma, un equipo de expertos colaboró en la exposición: Fabrizio Bovi, Alberto Capilupi, Giancarlo Malacarne, Giancarlo Pascal, Giovanni Pasetti, Cesare Ponchiroli, Tiziano Prati, Claudio Rossi y Marco Tonelli. El proyecto de instalación ha sido comisariado por Matteo Corsini.

La exposición cuenta con el apoyo de la Fundación Bam y Lubiam.

Para más información, visite el sitio web oficial del Palacio Ducal de Mantua.

Fuente: comunicado de prensa

La velocidad se exhibe en Mantua, desde los caballos de los Gonzaga hasta las naves espaciales
La velocidad se exhibe en Mantua, desde los caballos de los Gonzaga hasta las naves espaciales


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