La migración climática a través de las fotografías de Alessandro Grassani. Expuesta en el Museo Diocesano de Milán


Una exposición fotográfica en el Museo Diocesano Carlo Maria Martini de Milán explora el fenómeno de la migración climática, destacando cómo los cambios medioambientales están alterando radicalmente la vida de comunidades enteras, obligándolas a desplazarse.

Del 18 de febrero al 27 de abril de 2025, el Museo Diocesano Carlo Maria Martini de Milán acogerá la exposición fotográfica Alessandro Grassani. Emergencia climática. Un viaje al confín del mundo, comisariada por Denis Curti. A través de unas cuarenta instantáneas divididas en diferentes capítulos, la exposición pretende explorar el fenómeno de la migración climática, poniendo de relieve cómo los cambios medioambientales están alterando radicalmente la vida de comunidades enteras, obligándolas a desplazarse debido a condiciones insostenibles.

Desde las temperaturas glaciales de Mongolia a las sequías extremas de Kenia, pasando por las inundaciones y la subida del nivel del mar en Bangladesh y Haití, Grassani relata a través de imágenes un futuro cercano en el que la humanidad lucha por encontrar lugares donde sobrevivir al calentamiento global. Con un lenguaje visual directo y empático, el fotógrafo da testimonio de las dificultades de las personas afectadas por estas crisis.

Los protagonistas de sus instantáneas son pastores, agricultores y pescadores, agotados por las adversas condiciones medioambientales y obligados a abandonar sus tierras y trasladarse a las ciudades, a menudo sin encontrar los recursos ni las perspectivas que esperaban. Entre las historias documentadas está la de Erdene Tuya, de 29 años, originaria de Mongolia, cuya familia ha perdido la mayor parte de su ganado en los últimos años debido a inviernos extremadamente duros que han alcanzado temperaturas de hasta -50°C. Grassani inmortaliza su desesperación, mostrando los cadáveres de los animales y el contexto de penuria en el que sobreviven los pastores, en busca de medios para trasladarse cuanto antes a climas más benignos.



En Kenia, sin embargo, la situación es la contraria: la aridez empuja a comunidades enteras a emigrar. Según el Observatorio de Desplazamientos Internos, entre 2008 y 2022, unos 1,7 millones de personas abandonaron sus hogares, huyendo del 80% del territorio keniano clasificado como árido o semiárido. Entre ellas se encuentra Rose Juma, de 34 años, que abandonó el pueblo de Amagoru con su marido para escapar de los conflictos tribales desencadenados por la lucha por el control del agua y las tierras fértiles.

En Haití, la población se enfrenta a la creciente violencia de los huracanes, a lluvias devastadoras y a inundaciones agravadas por la deforestación masiva. Nadie Preval, de 28 años, vive en la extrema pobreza en una chabola de Puerto Príncipe con su hija y su marido. Antaño agricultores, han tenido que vender sus tierras, ahora improductivas debido a las cambiantes condiciones climáticas.

Un destino similar corre Bangladesh, donde cada año más de 300.000 personas huyen de los campos anegados, afectados por la subida del nivel del mar y la salinización. Su principal destino es Dhaka, una de las ciudades de más rápido crecimiento del mundo, con una población que ya alcanza los 20 millones de habitantes. A través de sus tomas, Grassani muestra la superpoblación, la pobreza y la interpenetración irreal entre la naturaleza y la ciudad.

Alessandro Grassani, Bangladesh, distrito de Dacope. Fotografía de Alessandro Grassani
Alessandro Grassani, Bangladesh, distrito de Dacope. Fotografía de Alessandro Grassani

“Miré las fotografías de Alessandro”, dijo el comisario Denis Curti, “con una fuerte inclinación ecologista.... y debo decir que inmediatamente desvié mi atención hacia otra cosa. De la expectación documental a la sorpresa ”humanista“. Alessandro se mueve como un chamán contemporáneo. Su talismán es la cámara. Y el suyo es un ejercicio inquieto dentro de un mundo que parece al revés. La emergencia climática vive dentro y fuera de cada uno de nosotros”.

“La exposición pretende ser una respuesta parcial, pero necesaria, a la llamada del Papa Francisco a comprometerse en la sensibilización sobre un delicado tema de interés común, que no solo implica a pueblos lejanos, sino que nos concierne a todos y cada uno de nosotros”, ha declarado Nadia Righi, directora del Museo Diocesano de Milán. “A través de las fotografías de Alessandro Grassani, damos voz a las personas que sufren en medio de la indiferencia general, la misma indiferencia que con demasiada frecuencia envuelve el problema del cambio climático, para estimular a través del arte la toma de conciencia sobre una de las mayores amenazas globales contemporáneas, y la participación activa para combatirla”.

La exposición es posible gracias al apoyo de la Fundación Grana Padano.

Alessandro Grassani, Mongolia, provincia de Arkhangai, 2011. Fotografía de Alessandro Grassani
Alessandro Grassani, Mongolia, provincia de Arkhangai, 2011. Fotografía de Alessandro Grassani

La migración climática a través de las fotografías de Alessandro Grassani. Expuesta en el Museo Diocesano de Milán
La migración climática a través de las fotografías de Alessandro Grassani. Expuesta en el Museo Diocesano de Milán


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