446.218 visitantes abarrotaron las salas de la Basílica Palladiana de Vicenza: ese es el número de personas que visitaron la exposición Van Gogh tra il grano e il cielo(aquí la reseña de Finestre sull’Arte), con una media de 2.438 entradas por cada uno de los 183 días que estuvo abierta y una afluencia que pasó de 2.025 visitantes en octubre, mes de apertura de la exposición, a una media de 5.185 en abril, mes de clausura. Un resultado que confirma que la respuesta a Linea d’ombra y a las iniciativas de Marco Goldin sigue siendo muy fuerte. “El resultado es sorprendente en términos de cifras”, ha declarado el comisario-matrono de la exposición, "y para nosotros en Linea d’ombra emocionante, porque en la clausura Tra il grano e il cielo alcanzó la cifra, hay que decir extraordinaria, de 446.218 visitantes. Una cifra de nivel internacional, que casi con toda seguridad situará a Vicenza y a la exposición dedicada a Van Gogh entre las diez exposiciones más visitadas del año. Pero lo que más me ha conmovido, y este es el auténtico agradecimiento que quiero dar a todos los que han visitado esta exposición, es la verdadera, apasionada, conmovida y emotiva implicación ante las obras de Van Gogh. No era en absoluto una conclusión previsible, porque había decidido hacer una exposición diferente sobre él, en la quinta ocasión que le dedicaba desde 2002. Ya había tenido muchas de sus obras maestras en préstamo durante los últimos quince años, gracias en parte a mi relación privilegiada tanto con el Museo Van Gogh de Ámsterdam como con el Museo Kroller-Muller de Otterlo, que poseen por sí solos dos tercios de las obras de Van Gogh en el mundo. Pero yo quería hacer precisamente eso con esta exposición, sin sensacionalismo, con mi lectura de su vida y obra que no se basa en el malditismo a gritos típico de muchas exposiciones o producciones teatrales o cinematográficas. Por el contrario, se basa en la historia del alma de Van Gogh, en su formación como hombre antes que como artista. De ahí la presencia que quería, tan densa, de dibujos del periodo holandés. Era una apuesta, podría haber sido una elección perdedora, era sin duda una elección arriesgada. Pero tenía un inmenso deseo de contar su alma, las consecuencias del destino sobre él, cómo se había convertido gradualmente primero en dibujo y luego en pintura".
Goldin también tiene palabras para su fiel público: “Tantos de vosotros me habéis seguido por este camino, no sólo os habéis dejado atrapar por los colores, por maravillosos que sean. Hemos hecho este viaje juntos, al alma de un hombre desgarrado y extraordinario que también se ha convertido en nuestra alma”. El alcalde de Vicenza, Achille Variati, afirmó que las exposiciones de Goldin habían transformado la identidad de Vicenza, ya que “representaban una fuerza motriz excepcional que el territorio supo poco a poco captar y hacer suya”. El concejal de Cultura, Jacopo Bulgarini d’Elci, se mostró más o menos en la misma línea: “La afluencia a los museos municipales y el aumento de su recaudación a más del doble durante el periodo de la exposición son la mejor respuesta a quienes afirman que los grandes acontecimientos son necesariamente irreconciliables con el crecimiento de las infraestructuras culturales del territorio. Y es que junto a las grandes exposiciones hemos construido una inversión constante en los atractivos permanentes de nuestra ciudad, esos museos y monumentos que hacen de Vicenza una ciudad Patrimonio de la Humanidad y que año tras año los visitantes encuentran diferentes: más accesibles, más habitables, más modernos en la lógica del disfrute turístico. La apuesta que hicimos fue que los visitantes vendrían por las grandes exposiciones pero descubrirían una ciudad que no conocían: la descubrieron, y se enamoraron de ella”. El concejal desgranó los datos de afluencia a los museos de Vicenza durante el periodo expositivo: 142.407 visitas al Teatro Olímpico, la Pinacoteca Palazzo Chiericati, la Iglesia de Santa Corona, el Museo de Historia Natural y Arqueológico y el Museo del Resurgimiento y la Resistencia, con un incremento del 111% respecto al mismo periodo de 2017 (cuando hubo 66.914 visitantes), y una recaudación total de 861.293 euros (frente a los 408.065 del mismo periodo de 2017). Con el billete de la exposición se podía comprar una entrada única para visitar cuatro museos de Vicenza (Teatro Olímpico, Palazzo Chiericati, Iglesia de Santa Corona y Museo de la Joyería): se vendieron 16.150 entradas, superando las expectativas de 12.000 entradas.
La exposición Panettone no defrauda: más de 400.000 visitantes para el Van Gogh de Goldin |
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