En el amplio contexto de un panorama expositivo nacional que a menudo deja que desear, atrapado en seguir las razones del marketing más a menudo que las del rigor científico, y cada vez más acostumbrado a apartar de los grandes circuitos cualquier propuesta que se desvíe de los esquemas establecidos, una exposición como Domenico Piola 1628-1703. Percorsi di pittura barocca, actualmente en curso en Génova, parece casi un acto de valentía que debería ser recompensado a pesar de todo.
Apretada como estamos entre las mallas de un sistema en gran medida plano y homologado, esta exposición monográfica sobre un pintor de alcance local como Domenico Piola (Génova, 1628 - 1703), cuya producción se conserva casi íntegramente en Liguria, es digna de interés no sólo por razones intrínsecas, como la extrema coherencia del itinerario concebido por el comisario Daniele Sanguineti para la sede del Palazzo Nicolosio Lomellino, las comparaciones puntuales con los pintores que sugirieron a Piola el “camino” a seguir, y la pertinencia de las interpretaciones inteligentes (y, si se desea, también envolventes) aportadas a una vasta producción difícil de resumir en unos cincuenta cuadros (en este sentido, Daniele Sanguineti ha realizado un excelente trabajo), sino también porque la exposición sobre Piola es una exposición total, que implica a toda la ciudad.
En efecto, los “caminos” a los que alude el título se despliegan por toda Génova, por lo que lugares como el Palazzo Rosso (donde, además de las salas pintadas al fresco por Piola, el visitante encontrará una exposición de un grupo de unos cincuenta de sus dibujos: se mencionará brevemente en la conclusión), el Palazzo Bianco, o las iglesias de Santissima Annunziata del Vastato, Santa Maria di Castello y Santa Maria delle Vigne, y todos los lugares que el material informativo enumera y describe con precisión, deben considerarse parte integrante del itinerario principal, el del Palazzo Nicolosio Lomellino: El histórico palacio de Strada Nuova, con sus acogedoras salas pintadas al fresco poco antes del nacimiento de Piola, es más que ningún otro lugar adecuado no sólo para acoger una exposición de pintura genovesa del siglo XVII, sino también y sobre todo para permitir el desarrollo de las interesantes reflexiones del comisario, que pretenden ofrecer al visitante una especie de excelente itinerario guiado por la trayectoria, la producción y los temas pictóricos de Domenico Piola.
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La exposición de Domenico Piola en Génova, a examen |
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