Gran exposición retrospectiva de Giacomo Manzù en Vercelli


Del 10 de marzo al 21 de mayo de 2023, el espacio Arca de Vercelli acoge una gran exposición retrospectiva dedicada a Giacomo Manzù con varias obras monumentales.

Una gran retrospectiva dedicada a Giacomo Manzù: esto es lo que ofrece Vercelli del 10 de marzo al 21 de mayo de 2023. La exposición, comisariada por Marta Concina, Daniele De Luca y Alberto Fiz, se celebra en el espacio Arca y en la antigua iglesia de San Vittore, y está organizada por el Ayuntamiento de Vercelli, la Archidiócesis de Vercelli, Studio Copernico en colaboración con la Fundación Manzù. El título elegido (en particular por Alberto Fiz) es Giacomo Manzù. La escultura es un rayo de luna que retoma una cita de Cesare Brandi.

Brandi, gran intérprete del lenguaje de Manzù, escribió en 1983: “la escultura gira con muchos puntos de vista autónomos, todos convergentes en una forma que es abierta y cerrada, y en su estática es dinámica por la forma en que fluye dentro de sí misma con una fluidez heracliteana en la que uno no puede bañarse dos veces”. La referencia es a la serie de obras dedicadas a la joven modelo Tebas, pero puede hacerse extensiva a todo el corpus de Manzù, que ha sabido combinar la dimensión clásica con la naturalista y fenomenológica, encontrando desde los años treinta una fuerza expresiva propia y autónoma.

La exposición propuesta en Vercelli reúne más de treinta esculturas, algunas de ellas monumentales, puestas a disposición por la Fundación Manzù, el Estudio Copernico e importantes coleccionistas privados. El recorrido abarca desde los años cuarenta hasta 1990, un año antes de su muerte, donde aparece un testimonio emblemático como la gran escultura de Ulises, símbolo eterno del conocimiento.

La exposición, instalada en las dos sedes, pretende poner de relieve la actualidad de un gran maestro de la plástica siguiendo los diferentes temas que caracterizan su poética. Así, la elección de las obras permite apreciar retratos femeninos, naturalezas muertas (basta pensar en Silla con langosta de 1966), así como los famosos Cardenales, su serie más célebre iniciada en los años treinta. “La primera vez que vi a los Cardenales”, dijo Manzù, “fue en San Pedro en 1934; me impresionaron por sus masas rígidas pero vibrantes de compleja espiritualidad. Los vi como otras tantas estatuas, una serie de cubos alineados, y el impulso de crear mi propia versión de esa realidad inefable en esculturas fue irresistible”. En la exposición, junto a varios Cardenales históricos de bronce de los años 40, aparece Gran Cardenal Sentado, una obra monumental de más de dos metros de altura modelada en 1983 de la que emerge el componente hierático de la figura dentro de formas piramidales rígidas y sintéticas.

Su esposa Inge, a la que conoció en 1954 cuando Manzù enseñaba en la Academia de Salzburgo y que ha sido su musa desde entonces, es una constante en sus retratos, y Vercelli expone el Busto de Inge, una rara obra en mármol realizada en 1979 de la que emerge un extraordinario vitalismo en una composición que adopta una forma circular en la que los brazos se disponen alrededor del rostro de la mujer. De la unión con Inge nacieron sus dos hijos Giulia y Mileto, que se convirtieron en la ocasión para crear una serie de esculturas sobre el tema del juego: Giulia y Mileto en un carruaje aparece en la exposición con el boceto en bronce de 1967. Estas obras forman parte del ciclo Spielerei donde Manzù propone libremente una serie de invenciones plásticas que en este caso le dan la oportunidad de crear un carruaje arcaico dominado por una gran rueda.

La experimentación pasa también por Donna che guarda (Mujer que mira), otra obra monumental fechada en 1983, de 252 centímetros de altura, esculpida en ébano, un material que, como dice Manzù, “es hermoso, muy duro, tiene como sangre en las venas, se puede trabajar como el hielo pero es eterno”, una obra que ya estaba presente en ARCA cuando se presentó la exposición.

En un recorrido tan polifacético, cabe mencionar también Fauno modelado en 1968 donde la actitud del hombre con los miembros plegados expresa la potencia y la energía del cuerpo, así como El Milagro de San Blas, un altorrelieve fuertemente intimista en el que hace su aparición un Cardenal compasivo. “De la exposición de Vercelli surgen por tanto”, comenta Alberto Fiz, “las diferentes almas de un escultor que, sin retórica, se convirtió en intérprete de la humanidad, sabiendo captar la sacralidad profunda incluso en lo cotidiano”: ’Manzù’, escribe Brandi, ’está en su tiempo, fuera de su tiempo, firmemente anclado a esos valores eternos que nunca ha olvidado’".

Imagen: Giacomo Manzù, Mujer mirando (1976; ébano, 252 x 88,5 x 87 cm)

Gran exposición retrospectiva de Giacomo Manzù en Vercelli
Gran exposición retrospectiva de Giacomo Manzù en Vercelli


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