Forlì, la gran exposición de los Museos San Domenico en 2022 está dedicada a María Magdalena


Se ha anunciado la gran exposición de los Museos San Domenico de Forlì en 2022: está dedicada a María Magdalena, contada a través de 200 obras de grandes artistas, desde el siglo III hasta el siglo XX, del 4 de marzo al 26 de junio de 2022.

La Fondazione Cassa dei Risparmi di Forlì ha desvelado hoy el tema de la gran exposición 2022 de los Museos San Domenico de Forlì: se trata de una muestra dedicada a un gran mito femenino de nuestra historia, una figura misteriosa y mal representada, la de María Magdalena. El arte, la literatura y el cine le han dedicado cientos de obras y eventos. El arte, sobre todo, situándola en el centro de su producción y dando vida a obras maestras que marcan, a lo largo del tejido de los tiempos, la propia historia del arte y sus evoluciones. Del 4 de marzo al 26 de junio, 200 obras, desde el siglo III d.C. hasta el siglo XX, reunidas en la exposición Magdalene. Il mistero e l’immagine (comisariada por Cristina Acidini, Paola Refice y Fernando Mazzocca), contará la historia de quién fue María Magdalena, por qué se generó y desarrolló esa confusa y fascinante secuencia de representaciones que llevaron a la construcción de su polifacética identidad y, en definitiva, cuál es el misterio de una mujer llamada María que sigue inquietando y fascinando.

Dividido en once secciones, el itinerario incluye pintura, escultura, miniaturas, tapices, orfebrería y obra gráfica, y serpentea por los grandes nombres de cada época. Incluye artistas como Antonio Canova, Bartolomeo Vivarini, Garofalo, Alessandro Allori, Guido Cagnacci, Guido Reni, Alonso Cano, Francesco Hayez, Johann Friedrich Overbeck, Jules Lefebvre, Jean Beraud, Gaetano Previati, Renato Guttuso, Gerardo Dottori y muchos otros. Concebida y realizada por la Fondazione Cassa dei Risparmi di Forlì en colaboración con el Ayuntamiento de Forlì y los Museos de San Domenico, la exposición cuenta con un prestigioso comité científico presidido por Antonio Paolucci y la dirección general de Gianfranco Brunelli. El proyecto expositivo trae a Italia obras maestras de las más importantes instituciones nacionales e internacionales. El itinerario expositivo, comisariado en su trazado por los estudios Wilmotte et Associés de París y Lucchi & Biserni de Forlì, se articulará en el interior de la Iglesia de San Giacomo y de las amplias salas que componían la biblioteca del Convento de San Domenico e irá acompañado de un catálogo publicado por Silvana Editoriale.



“Podríamos definir la exposición 2022 de los Musei San Domenico de Forlì como el cuento de los cuentos”, subraya Gianfranco Brunelli, director de la muestra. “En esta única mujer se han aglutinado y mezclado a lo largo de los siglos innumerables figuras femeninas, y se ha convertido en símbolo del pecado y el arrepentimiento, la fidelidad y el sufrimiento, la obsesión y el amor, la fertilidad y la sabiduría, la carnalidad y sabiduría, carnalidad y santidad, humanidad y protesta, creando una trama narrativa que, especialmente a través del arte, la ha convertido en el ”oscuro objeto de deseo“ de nuestra historia. Y como en un juego de superposiciones, de figuras intercambiables (juego de palabras a través de rostros; superposición de rostros que dan vida a nuevas palabras) la multiplicación de significados a lo largo de los siglos hace compleja tanto la reconstrucción de la formidable galería de imágenes que la han representado y hecho legendaria, como, más aún, el redescubrimiento (si cabe) de su auténtica identidad. El arte se ha enfrentado a ella, encontrando ocasiones interpretativas para redefinirse y representar el sentimiento de su tiempo, hasta transformarla en mito. La exposición de Forlì de 2022 pretende investigar, a través de algunas de las obras de arte más preciosas y fascinantes (obras maestras de todas las épocas, desde el siglo III d.C. hasta el siglo XX) que la han imaginado y representado, el misterio no resuelto, que aún nos inquieta y fascina, de una mujer llamada María”.

“En torno a la figura evangélica de María de Magdala, la Magdalena, con su identidad múltiple y a veces esquiva, los artistas han creado a lo largo de los siglos iconografías complejas y cambiantes, destinadas a un gran éxito y a una amplia difusión”, explica la comisaria Cristina Acidini. “Esta exposición las presenta, arrojando luz sobre las capas de origen escriturario, devocional y legendario, al tiempo que admite e ilustra la extraordinaria riqueza de imágenes generadas por el personaje de Magdalena en la pintura y la escultura. Partiendo de la época de Giotto y continuando con Masaccio y el primer Renacimiento florentino, Magdalena es la más bella y desconsolada plañidera al pie de la cruz: su larga cabellera rubia, su túnica o manto rojo brillante son sus rasgos distintivos como pecadora redimida. Pero también es la mujer orante y demacrada que pasa sus últimos años en penitencia eremítica, en el desierto de Egipto. Y a esta María Magdalena, la egipcia, pintores y escultores le atribuyen, según su leyenda, rasgos ahuecados, una actitud piadosa y, sobre todo, un largo manto de cabellos crecidos en mechones salvajes y oscuros, que la cubren por completo en lugar de sus ropas. Si la de Donatello es la María egipcia más dramática y famosa, muchos otros artistas de su época probaron suerte en esta conmovedora iconografía, representando también (como hizo magistralmente Antonio del Pollaiolo) su asunción desde la ermita al Cielo. La Magdalena, sin embargo, tiene muchas otras caras. Es la portadora de la mirra, con el jarrón de bálsamo (el de Bachiacca es elegante y misterioso entre los florentinos); es, con Marta, la señora de la casa que acoge a Jesús a su mesa, como en la espléndida evocación de Alessandro Allori; es la piadosa mujer de pie, sola, bajo el Crucifijo, como en Signorelli, o nocturna cerca del sepulcro, como en Savoldo. A medida que avanzaba el siglo XVI, las Magdalenas penitentes ya no estaban demacradas, sino floridas y discretas bajo el velo parcial de una espesa cabellera. Aunque se muestren en el acto de leer o meditar, transmiten una sensualidad desbordante, que se sublimará en éxtasis en la época barroca”.

“María de Magdala, la Magdalena, es una de las figuras más representadas de la historia del arte”, señala Paola Refice. “Sin embargo, las múltiples iconografías que personifican su nombre reflejan una tradición compleja y contradictoria. Los Evangelios la mencionan en Galilea, entre las mujeres que seguían a Jesús y de nuevo en el Calvario y luego en la tumba vacía del Resucitado, junto con María, madre de Santiago y María Salomé. Con las Piadosas aparece en las primeras representaciones del arte cristiano, empezando por las preciosas pinturas murales de la Domus Ecclesiae de Dura Europos, en Siria, que datan de la quinta década del siglo III, hasta los admirables relieves y refinadas miniaturas que impregnaron la Edad Media, declinándose en los siglos siguientes en formas teatrales en las Sagradas Representaciones, ilustradas en la exposición por las Pasiones más famosas. María Magdalena buscó y obtuvo la consideración del Salvador presentándose, invitada inesperada, en la Casa del Fariseo, donde ungió sus pies con preciosos ungüentos, secándolos con sus largos cabellos que hacían inmediatamente reconocible su imagen. La alcuza con los aceites perfumados se convertirá en su atributo iconográfico. Angustiada, aislada al pie de la Cruz, alternará en las obras del siglo XIV con San Francisco, representado en el acto de recoger la sangre que brota de las heridas del Crucifijo, en una apoteosis del dolor perpetuada hasta los grandes maestros de nuestro tiempo. Ella, mujer, tendrá la suerte de encontrarse con el Resucitado: y la historia de su encuentro -el Noli me tangere- figura entre los temas más queridos del arte occidental, incluso más allá del Romanticismo. Pero el malentendido del que, paradójicamente, surge el más fecundo de los acontecimientos iconográficos de Magdalena es el que la convierte en pecadora. Liberada (testigos Marcos y Lucas) de los siete demonios por los que estaba poseída, se convierte en prostituta en los comentarios de la Escritura. Es Gregorio Magno, a finales del siglo VI, quien ratifica la unificación de varias figuras femeninas bajo un mismo nombre. Demacrada como María de Egipto, sigue su destino en un arrepentimiento que soporta el peso de toda la humanidad y que, habiendo logrado la catarsis y la expiación, la elevará a los honores celestiales. Su penitencia se convertirá en un pretexto, incluso en plena Contrarreforma, para representar su carne desnuda. A las del cuerpo marcado por la expiación se alternarán, multiplicándose en número y caracterizando diferentes culturas y escuelas, las famosas representaciones cargadas de sensualidad y pura belleza. La exposición quiere componer el relato de esta paradoja, de esta riqueza de temas, mostrando obras maestras dedicadas a ella y componiendo para la figura una unidad sustancial del personaje, una encarnación de lo femenino que trasciende los límites del tiempo”.

Imagen: Antonio Canova, Magdalena penitente (1809; mármol, 95 x 70 x 77 cm; San Petersburgo, Ermitage)

Forlì, la gran exposición de los Museos San Domenico en 2022 está dedicada a María Magdalena
Forlì, la gran exposición de los Museos San Domenico en 2022 está dedicada a María Magdalena


Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.