Florencia, exposición individual de Namsal Siedlecki con su investigación sobre materiales en el Museo Novecento

El joven artista italoamericano Namsal Siedlecki (Greenfield, 1986) es el protagonista de una exposición individual en el Museo Novecento de Florencia, donde Siedlecki estará presente del 5 de octubre de 2023 al 3 de abril de 2024, en los espacios del claustro, con cuatro grupos escultóricos creados para el patio renacentista de la antigua Leopoldina. La exposición se titula Endo, está comisariada por Sergio Risaliti y Stefania Rispoli, y pretende poner de relieve la investigación que el artista dedica desde hace años a la naturaleza procesual y transformadora de los materiales.

La exposición, que forma parte del calendario de iniciativas de la Florence Art Week 2023, parte de referencias que van de la alquimia a la química, de la robótica a la anatomía, de la fascinación por las “máquinas célibes” a la plástica de los maestros del siglo XX, y toma su título de la palabra griega ἔνδονque en términos científicos y médicos define lo que está “dentro” o “situado en el interior”; no es casualidad que el artista haya elegido exponer en el interior de lo que puede considerarse el vientre del museo, el claustro, el ámbito central antaño dedicado a la reflexión, la lectura y la meditación. En este vientre, metafóricamente interpretado como un estómago, el artista expone esculturas en estrecho diálogo entre sí, concebidas como una única gran instalación en la que la materia se descompone y se transforma, creando energía: cuatro estómagos que, puestos en funcionamiento, actúan como un único cuerpo, destilando idealmente segmentos de la imaginación.

El primer grupo escultórico, Still, es un alambique de cobre forjado de dimensiones monumentales: una obra diseñada por el artista y realizada por uno de los últimos artesanos italianos especializados en la producción de estos objetos. Tradicionalmente, el alambique consta de una panza que contiene el elemento a destilar, un cabezal hacia el que fluyen los vapores y un serpentín de refrigeración que recoge el producto destilado. La escultura reúne así, en un solo cuerpo, todos los estados pasajeros de la materia: sólido, líquido y gaseoso.

“Los alquimistas solían asociar el alambique con las funciones del cuerpo humano”, explica Namsal Siedlecki. “Esta asociación se refería más propiamente al acto de la digestión, que es cuando, al asimilar la energía mediante la introducción y transformación de la materia sólida dentro de nuestro cuerpo, destilamos realmente la realidad. Utilizamos lo que la naturaleza nos ofrece purificándolo, del mismo modo que el alambique extrae la esencia de la materia y, en cierto sentido, la perfecciona y concentra”. Durante el transcurso de la exposición, Still entrará periódicamente en funcionamiento produciendo un destilado a partir de la participación activa del público. En su “estómago” se introducirán y destilarán los dibujos realizados por quienes deseen participar en sesiones de dibujo en directo, retratando las obras expuestas porque, como afirma el artista, “el dibujo es, de hecho, el destilado de una mirada”. El líquido producido llenará las esculturas de terracota que forman parte de la instalación.

La segunda escultura que acoge el patio es Fago (Ugolino), realizada en azufre, un material que se funde a baja temperatura en un líquido rojo similar a la sangre, y elemento fundador de la alquimia, cargado de historia, significado y simbolismo que a menudo lo asocia con el mundo del Inframundo. La escultura, inspirada en una obra de Auguste Rodin de 1904 que representa al noble pisano, asesino y caníbal de sus propios hijos, cuyas desventuras narra Dante, se creó mediante una impresora 3D que recreó una copia de la obra dividida en ocho porciones. De cada una se realizó una copia en azufre, con la idea de devolver al futuro a cada hijo sacrificado, a través de un elemento vinculado a la idea de digestión, transformación y putrefacción.

El tercer grupo escultórico, Vaso (Jarrón) (Moore), realizado en terracota, es fruto de la colaboración con el Opificio delle Pietre Dure y se inspira en la restauración de Guerriero, escultura de Henry Moore donada a la ciudad de Florencia en los años setenta y expuesta durante mucho tiempo en el claustro del complejo de la basílica de la Santa Croce. Durante la restauración, se encontraron varios pequeños objetos de hierro y metal que llevaban años ocultos en su interior en un estado de lenta pero continua transformación, formas en ciernes a la espera de ser liberadas. Estas pequeñas esculturas abstractas moldeadas en el vientre de otra obra fueron escaneadas en 3D, ampliadas y realizadas en terracota, convirtiéndose en contenedores listos para recibir un destilado: de formas contenidas en otro cuerpo a contenedores de otra forma, un líquido que, más que ningún otro elemento, experimenta una transformación constante adaptándose al espacio que lo contiene.

El cuarto elemento es un dispositivo para la producción de biogás, un gran contenedor que, mediante el cultivo de microorganismos en un proceso químico comparable al de un alambique o la digestión animal, es capaz de transformar los residuos en gas. La start-up israelí que produce este depósito suele llamarlo “estómago”. En un movimiento circular, el gas producido en el transcurso de la exposición servirá para alimentar la llama del alambique, poniéndolo en funcionamiento.

Endo quiere así relatar la digestión en su interpretación alquímica como un proceso alimentado por un calor interno de origen espiritual que lleva los alimentos a la perfección, separa los componentes puros de los impuros, genera alimento, y al mismo tiempo relata la experimentación, la imitación alquímica de la naturaleza en un intento de actuar sobre la materia.

En la foto, las cuatro obras expuestas en la muestra Endo. Foto: Michele Alberto Sereni

Florencia, exposición individual de Namsal Siedlecki con su investigación sobre materiales en el Museo Novecento

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