En el Castillo Estense de Ferrara, del 17 de febrero al 3 de junio de 2024, tendrá lugar la gran exposición antológica Nino Migliori. Una ricerca senza fine, comisariada por Denis Curti, organizada por la Fundación Ferrara Arte y el Servicio de Museos de Arte del Ayuntamiento de Ferrara en colaboración con la Fundación Nino Migliori. Dedicada a Nino Migliori (Bolonia, 1926), uno de los fotógrafos italianos de mayor renombre internacional, la exposición recorre la “investigación sin fin” llevada a cabo por el fotógrafo desde 1948 hasta nuestros días, desde las instantáneas neorrealistas que retratan la Italia de los años 50 y la serie de Muros y carteles rasgados, donde muestra afinidades con la pintura informal europea, hasta los experimentos conceptuales con los que investiga aspectos olvidados o imprevistos del lenguaje fotográfico (la reacción de los materiales, el papel consciente del azar, el papel del tiempo, la presencia física y gestual del artista), pasando por las obras que ponen de manifiesto un interés particular por la comunicación visual en su conjunto.
Se expondrán más de cien obras que pretenden poner de relieve el poder de la imagen, tema que ha caracterizado toda su vasta y variada producción.
“Cuando empecé a hacer fotografías, en 1948, en casa, en una pequeña habitación”, recuerda Migliori, “monté un cuarto oscuro improvisado. Y fue allí donde conocí la casualidad. Un goteo de revelado mal fijado sobre una hoja de papel sensible me abrió un mundo nuevo: no sólo la fotografía como representación de lo ”real“, sino la posibilidad de concebir una imagen con la imaginación, con el gesto, utilizando las herramientas de la fotografía: luz, papel sensible, revelado, fijado, calor. De ahí el deseo de experimentar. Nunca me ha satisfecho la homologación, el consenso unánime, la reiteración de un cliché que complace al mercado. Me satisface ponerme en juego, divertirme realizando obras que yo mismo encargo. La utilización de técnicas históricas como el cliché-verre, los fotogramas o la invención de otras nuevas, como las oxidaciones, los pirogramas, los hidrogramas, los polarigramas y otras, siempre han sido un medio para realizar una idea, un proyecto. Soy curioso y me gusta dejar el camino viejo por el nuevo. Y puede que en el camino un encuentro fortuito me proporcione nuevos estímulos para explorar. Las sirenas de la novedad son muy seductoras”.
“Siempre he pensado en la fotografía de Nino Migliori como algo en perpetuo movimiento”, afirma Denis Curti, comisario de la exposición. “Un flujo continuo de ideas, proyectos, experimentaciones, pero también posturas éticas y políticas precisas acompañadas de un ideal estético dispuesto a cambiar de dirección, porque siempre sigue al contenido. He seguido el desarrollo de su obra con inmensa curiosidad. Varias veces he intentado situarlo en contextos convencionales, pero los atajos no funcionan. El intento de clasificarle en géneros ha resultado cada vez inestable, fragmentario e incompleto, porque Migliori siempre ha actuado con un único e inquebrantable objetivo: desplazar cada vez más los límites de la fotografía, reescribiendo continuamente la gramática de las imágenes, abriendo y legitimando vías de investigación hasta entonces desconocidas para él. Su búsqueda incesante es una condición mental, un estado físico. Una necesidad de conocimiento. Una necesidad de confrontación continua. En sus manos, la fotografía ha sido amada y maltratada. Desnudada y vestida. Quemada, olvidada y reciclada. Repudiada y acogida de nuevo. Sus invenciones tienen que ver con el desvelamiento, con una visión que nunca es unívoca. La visión intencionada es tan válida como la maravilla del azar. Por eso el asombro ocupa un lugar privilegiado en su alfabeto visual. Su léxico carece de superlativos y es traducible a todas las lenguas del mundo”.
“Migliori no se limita a registrar, altera deliberadamente los términos ordinarios de la percepción, complaciendo al máximo la sensibilidad óptica de su aparato para injertar no sólo una interpretación lírica, sino también una reflexión filosófica sobre lo que se hace visible, una vez más, más allá del límite de nuestras capacidades naturales. Es la negación de la dimensión museística, donde cada objeto está claramente iluminado, esterilizado, congelado, bajo la ilusión de proporcionarnos un relato preciso de la historia”, subrayó Vittorio Sgarbi, presidente de la Fundación Ferrara Arte. “Metafóricamente, la fotografía de Migliori nos invita a ser escépticos ante perspectivas tan optimistas: la historia, como la realidad, es una ilusión, es sólo lo que conseguimos considerar como tal a partir de las pruebas que sobreviven. La gran oscuridad de lo perdido, de lo olvidado, prevalece siempre sobre la pequeña luz de lo conocido”.
“Nino Migliori es uno de los más grandes fotógrafos del siglo XX y es un honor para Ferrara rendirle homenaje con esta exposición en el Castillo Estense”, concluyó Marco Gulinelli, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ferrara. “Es cierto que Migliori siempre buscó ir más allá de la simple reproducción de la realidad, explorando las diferentes posibilidades expresivas del medio fotográfico. Ha sabido captar, y sigue haciéndolo, los aspectos sociales y culturales de nuestro país, con una sensibilidad y una originalidad únicas. Experimentador de técnicas innovadoras y creativas, ha logrado crear imágenes evocadoras e icónicas en las que la materia y el gesto se convierten en protagonistas y se transforman en arte. Su colaboración con importantes artistas como Vedova, Tancredi y Morandi le convierte en protagonista no sólo de la fotografía, sino también del arte informal y conceptual, tan afín a él”.
La exposición va acompañada de un catálogo, publicado por Marsilio y editado por Denis Curti, que representa toda la obra del maestro a través de nueve mapas conceptuales, tantos como secciones, y una selección de sus obras más significativas.
Horario: de 10.00 a 18.00 h. Cerrado los martes.
Imagen: Nino Migliori, de Gente dell’Emilia, años 50
Ferrara dedica una gran exposición antológica a Nino Migliori, con más de cien instantáneas |
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