Madre, el museo de arte contemporáneo de la región de Campania, presenta la exposición Armando De Stefano Nulla dies sine linea, un homenaje al maestro napolitano Armando De Stefano (Nápoles, 1926 - 2021) un año después de su muerte, comisariada por Olga Scotto di Vettimo. Más de ochenta obras expuestas -principalmente papeles- representan una selección de un corpus más amplio de obras fechadas entre 2012 y 2020 y dan testimonio de una creatividad siempre actual, que reinventa y repiensa el dibujo y la figuración, confirmando laurgencia vital, extrema e incondicional para De Stefano de apoyarse en el ejercicio ininterrumpido de la mano, el signo y el color, así como la centralidad indiscutible del dibujo en toda su obra pictórica.
“Nos parecía importante dedicar una exposición a un artista indisolublemente ligado a nuestra ciudad”, afirma Angela Tecce, Presidenta de la Fondazione Donnaregina per le arti contemporanee: "Pintor sensible y poderoso, profesor de laAcademia de Bellas Artes de Nápoles, donde se formó en la escuela de Emilio Notte, Armando De Stefano fue un punto de referencia para el arte en Nápoles. Por eso hemos elegido recordarle así, en el museo donde ya se habían expuesto sus obras en el pasado, pero esta vez a través de sus trabajos más recientes, prueba de su inagotable búsqueda".
Durante el mismo periodo en que se expondrán sus obras recientes en Madre, se organizarán una serie de citas para reconstruir los numerosos testimonios públicos que De Stefano dejó en la ciudad: del Museo del Novecento de Castel Sant’Elmo al Museo e Real Bosco de Capodimonte, delIstituto Italiano per gli Studi Filosofici al Rectorado de la Universidad de Nápoles "Federico II", del Conservatorio di San Pietro a Majella a la Accademia di Belle Arti de Nápoles. Lugares a los que hay que añadir Vico Equense, del que era ciudadano de honor, con obras repartidas entre edificios cívicos e iglesias de la zona, y por último Piano di Sorrento, con las dos grandes obras instaladas detrás del hemiciclo del Ayuntamiento.
La exposición también va acompañada de un catálogo publicado por artem, que incluye introducciones de Angela Tecce y Kathryn Weir, directora artística del museo Madre, y textos de Olga Scotto di Vettimo, Giancristiano Desiderio, Mario Franco, Marco Di Capua, Giovanna Cassese y Stefano de Stefano, realizados también con la contribución de Engel&Volkers, oficina de Nápoles.
La expresión Nulla dies sine linea, atribuida a Apeles por Plinio el Viejo en la Naturalis historia, se refiere al ejercicio diario y constante del pintor griego del siglo IV a.C., cuya habilidad en el dibujo sigue siendo ejemplo de una actividad que requiere dedicación metódica y compromiso riguroso. En este sentido, decir que Armando De Stefano (Nápoles 1926-2021) no pasó un solo día sin trazar una línea no debe entenderse como una transposición forzada de un antiguo lema referido a las intenciones del artista napolitano, sino como un reconocimiento objetivo de su total y absoluta dedicación al arte, como atestigua el variado y extenso catálogo de obras realizadas a lo largo de 70 años de actividad y enriquecido hasta poco antes de su muerte. Por otra parte, el propio De Stefano solía repetir esa expresión pliniana, que encarna el inextricable entrelazamiento de arte y vida en determinadas experiencias artísticas y biográficas, reconociéndose en ella y haciéndola suya para describir el sentido de su compromiso y pasión, hasta el punto de elegirla como título para una exposición de obras recientes que pensaba presentar en el museo Madre.
Esta exposición pretende así cumplir estas intenciones, como homenaje a una figura seminal del arte en Nápoles y en Italia desde la Segunda Guerra Mundial y a un maestro inolvidable de varias generaciones de artistas, que entre 1950 y 1992 se formaron en su magisterio de pintura en la Academia de Bellas Artes de Nápoles.
Un vasto repertorio de verdades habita estas obras en grafito y temple, transmutándose en una serie de temas recurrentes en la obra del artista: el mito(Apolo, Dafne, Medusa, Jano), las alegorías(la Muerte, las Máscaras, el Espía, los Espantapájaros) y la Historia, entendida aquí no sólo como un gran relato universal, sino también como una narración más íntima y privada -laamado Massalubrense o el terremoto del 22 de agosto de 2017 en Casamicciola- se personifican en imágenes transfiguradas, encarnando las angustias, los miedos, las pasiones de los ideales traicionados, la vida en su despiadada crudeza. Los rostros retratados por De Stefano parecen pertenecer a una humanidad conocida, que siempre ha existido, terriblemente cercana, familiar. Síntesis culta de literatura, música, pintura y calle, sus obras están pobladas de figuras que huyen del intelectualismo y se entregan a la vida, relatando un tiempo siempre presente, marcado por las tensiones de la Historia, así como por la incesante -y para De Stefano irresuelta- oposición entre naturaleza y cultura(Terra infetta).
Las instancias éticas y el compromiso social, constantes ineludibles de su producción, se traducen a través de una lectura refinada, culturalmente elevada, ciertamente porosa, pero al mismo tiempo crítica con las modas o los modelos formales imperantes, como ejemplifican las orientaciones de su investigación. Con independencia de pensamiento, De Stefano cruza grafismos picassianos y expresionistas; se adentra en poéticas neorrealistas, inspirándose en el territorio y sus temas sociales; se entrega a explosiones de libertad gestual, haciendo que la materia pictórica sea atormentada y densa, la figura deformada o enrarecida, sin abandonarse nunca a un auténtico traspaso informal; crea grandes ciclos temáticos, pictóricos y gráficos, imbuidos de compromiso civil, en los que el protagonista absoluto es la humanidad, que se eleva a la categoría de “humano”. Crea grandes ciclos temáticos, pictóricos y gráficos, impregnados de compromiso civil, en los que la humanidad es la protagonista absoluta, y que actúan como advertencia de la reiterada y obtusa repetición de violencia y abuso, de rebelión y redención que la historia repropone; explora un mundo fantástico, como escapado de los lugares oscuros del inconsciente, lleno de figuras humanas, animales e insectos metálicos; logra una creciente síntesis formal todavía incuestionablemente fundada en la centralidad estructural del dibujo.
Cierra la exposición el vídeo Armando De Stefano (2022), de Mario Franco, que da testimonio de la intervención diseñada en 2011 por el artista en una pared del Museo Madre con motivo de la exposición individual L’Urlo del Sud, comisariada por el propio Franco. Las imágenes de la obra se intercalan también con una entrevista a De Stefano, un precioso testimonio de su trayectoria e investigación.
Para toda la información, visite la web oficial de la Madre.
En la foto: Armando De Stefano, ELMO N°2 2018. Fotografía: Francesco Squeglia
Exposición homenaje a Armando De Stefano en Madre, Nápoles, un año después de su muerte. |
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