La pintura de Maurizio Cannavacciuolo (Nápoles, 1954), uno de los artistas posmodernos más originales, irónicos y complejos de Italia, se expone en Visionarea ArtSpace de Roma en dos ciclos inéditos de obras que parecen retratar la coexistencia de culturas, creencias, religiones, mitos, iconos del consumo, nuestro tiempo y la historia del Hombre a través de los siglos y en los pliegues de la modernidad. Del 18 de abril al 18 de mayo, Visionarea acoge Don’t Worry Don’t Worry Be Happy Be Happy, una exposición personal de Maurizio Cannavacciuolo, comisariada por Marco Tonelli: Para la ocasión, el artista presenta un ciclo de 11 pinturas estrictamente en blanco y negro, realizadas entre 2021 y 2022, sobre temas eclécticos, exóticos, policromáticos, ricos en referencias a culturas y pueblos de la historia contemporánea y antigua, oriental y occidental, a lenguas e iconografías a la vez sagradas y profanas. La exposición está organizada con el apoyo de la Fondazione Cultura e Arte, entidad instrumental de la Fondazione Terzo Pilastro - Internazionale, presidida por el Prof. Avv. Emmanuele F. M. Emanuele.
En estas obras, el personal crisol global del pintor se convierte en un contenedor de símbolos, historias, arabescos y patrones geométricos ópticos que invitan a ser leídos, interpretados, descubiertos, como si el observador uniera mentalmente las figuras en sus ocultas tramas y múltiples relaciones, en un caleidoscopio hermenéutico sin fin. Maurizio Cannavacciuolo, de hecho, siempre ha concentrado su pintura en una investigación que indaga en símbolos e imágenes del presente, iconos pop y citas cultas ahogadas en un tejido de decoraciones y superposiciones de imágenes, hasta anular toda intención narrativa en un planteamiento esencialmente irónico.
La serie de seis grandes cuadros titulada Metempsicosis, Círculo de cantos 1-6, une así, en el estilo clásico de Cannavacciuolo, lo alto y lo bajo, lo trivial y lo culto, la historia y lo camp, la publicidad y lo sagrado, entrelazando imágenes que van desde los tatuajes de la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha hasta divinidades hindúes como Ganesh y Khali, de representaciones de murciélagos y dibujos técnicos de coches a guitarristas como Jimi Hendrix, Robert Fripp o Andrés Segovia, de símbolos de la cultura yoruba, el candomblè y la santería a pociones mágicas o terapéuticas como el polvo de iboga, de demonios benignos como Saci-Pererê a Hermes Trismegisto. Por no hablar de una variedad ilimitada de motivos decorativos extraídos de diversas culturas, desde los tejidos japoneses y soviéticos hasta los motivos islámicos de guirnaldas ornamentales y los pentagramas musicales.
En un ciclo de cinco obras más pequeñas de la exposición, todas realizadas en 2022 y etiquetadas VS (en el sentido de Versus o choque), Cannavacciuolo retoma a su vez una serie de historias y diálogos de pinturas realizadas a finales de los años noventa en Cuba, a las que ahora da ahora da títulos que parecen juegos de palabras incomprensibles o trabalenguas en varios idiomas, desde el español Hombre de negocio VS Chulito Lindo al sueco Kakelmannen VS De tre aständiga männen o el inglés Gimme Five VS The Partially Invisible Breeze.
“La investigación iconográfica de Maurizio Cannavacciuolo”, comenta Emmanuele F.M. Emmanuele, "está impregnada de ese cierto humor típico del teatro del absurdo y se caracteriza por una figuración a caballo entre el cómic, la cita de anuncios publicitarios pasados de moda y un vasto sustrato de simbolismo sagrado y profano. Es una visión irónica del arte que, sin embargo, apoyada en un estilo pictórico impregnado de la tradición mediterránea pero con influencias de Oriente Medio, llega a las raíces de nuestra cultura (y del encuentro con otras culturas), llevándonos a la reflexión. El propio Cannavacciuolo define sus obras como machine à penser, ya que su objetivo declarado es inducir al espectador a ralentizar la percepción y disfrutar de la narración, examinando cada detalle de la obra sin el condicionamiento de conceptos predeterminados. Todo ello, apoyado en un cuidado estilo pictórico y en el uso de una técnica clásica como es el óleo sobre lienzo".
Maurizio Cannavacciuolo (nacido en Nápoles en 1954, vive y trabaja en Roma) abandonó sus estudios de arquitectura a mediados de la década de 1970 e inició su actividad artística en la Galería Lucio Amelio de Nápoles. Entre sus exposiciones individuales destacan las realizadas en el Museo Puri Lukisan de Ubud-Bali en 1989; la Galleria Gian Enzo Sperone de Roma en 1993 y 1997; el Studio Guenzani de Milán en 1993 y 1998; Sperone Westwater de Nueva York en 1997 y la Fundación Ludwig de Cuba de La Habana en 1997; Asprey-Jacques de Londres en 1999; la Galleria Cardi de Milán en 2000; el Museo de Arte Contemporáneo Franco Noero de Turín y Francesca Kaufmann de Milán en 2001; el Museu da Republica de Río de Janeiro en 2002; Santiago de Chile y Sprovieri de Londres en 2003 (y luego 2006 y 2009); el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston en 2004 y 2016; el Baltic Center for Contemporary Art de Gateshead en 2005; la Galleria Pack y la Galleria Giovanni Bonelli de Milán en 2019; el Palazzo Collicola de Spoleto en 2021. En 2013 sus obras aparecen en Art Rio 2013 en la galería Progetti de Río de Janeiro, mientras que en 2016 está presente en la muestra colectiva Avanscena en la Fundación Giorgio Cini de Venecia y en 2019 es invitado a la XIII Bienal de La Habana, Matanzas. También ha expuesto en otros numerosos contextos internacionales como Osaka, Londres, Bruselas, Budapest, Sarajevo y Frankfurt. Algunas de sus obras se conservan en las colecciones de la Farnesina y de la Cámara de Diputados de Roma y en la estación de metro “Cilea - Quattro Giornate” de Nápoles.
La exposición es gratuita. Para más información: www.visionarea.org
Imagen: Maurizio Cannavacciuolo, Metempsicosis, Circle Song One (2022) - detalle
En Roma, exposición individual de Maurizio Cannavacciuolo, uno de los artistas postmodernos italianos más originales. |
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