Del 27 de marzo al 15 de septiembre de 2023 Vistamare de Pescara presenta Passeggiate Intergalattiche (Paseos intergalácticos), una exposición de Anna Franceschini (Pavía, 1979) y Nanda Vigo (Milán, 1936 - 2020), en colaboración con elArchivo Nanda Vigo.
Partiendo de una idea de Anna Franceschini, que con este proyecto expositivo declara una afinidad de espíritu, movimiento interior y mecanismo de pensamiento con Nanda Vigo, la exposición representa un diálogo entre dos artistas que han dado voz, en distintos momentos y contextos, a una investigación común sobre los temas del movimiento y la observación, la reflexión y la luz, a través de obras tan heterogéneas en sus materiales como eclécticas en la intuición que las ha generado.
Passeggiate Intergalattiche (Paseos intergalácticos ) se propone como unaexploración espacio-temporal, un viaje dimensional, íntimo, espiritual y aventurero de ciencia ficción, en el signo de la luz. Explícita, reflejada, oscura, emanada o retenida, es una luz que no necesariamente hace ver pero que, ciertamente, hace ver.
Para Nanda Vigo, el espacio se ofrece a través de la multiplicación luminosa de las superficies. Para Anna Franceschini, el tiempo se manifiesta en rotaciones infinitas, en oscilaciones eternas. La claridad de intenciones y la brillantez del pensamiento dejan espacio al misterio, a la configuración de un lugar esotérico donde todo puede suceder, incluso dentro de las leyes universales de la física. Si el detonante de la producción artística de Franceschini es el cine, Nanda Vigo desencadena un enjambre del espacio, una interferencia en el marco arquitectónico que se traduce en un movimiento continuo de la imagen. Los espejos, tanto el Cosmos (1981) como el Andrómeda (1974), son puertas al espacio infinito, rompen la arquitectura para penetrar en la materia. Las máquinas de Franceschini nos invitan a cruzar el umbral de lo conocido para perdernos en reflejos infinitos y universos paralelos turgentes de posibilidades.
El recorrido expositivo se desarrolla a través de las seis salas de la galería, diseñadas por Anna Franceschini como entornos habitados: interiores que se asoman a otros interiores para proyectarse al infinito. Como en el final de 2001: Odisea del espacio, de Stanley Kubrick, el universo, a través de la inteligencia de la humanidad, se transforma en lugares queridos por la memoria personal y colectiva.
En la sala principal, iluminada por los discos luminosos del Árbol de luz (1983-84) de Nanda Vigo, gira sobre sí misma la majestuosa escultura cinética La mecánica de los elementos (2022) de Anna Franceschini. La obra muestra los tres elementos que la componen, apoyados sobre una plataforma de acero y caracterizados por los colores del cielo en el momento en que el sol está a punto de salir o ponerse, sin parar y desde todos los ángulos posibles. También podrían cambiar de disposición, a instancias del artista que no impone un despliegue único y predeterminado, pero seguirían colocadas con la gracia que se desprende del movimiento como rasgo fundamental de la existencia.
La rotación queda plasmada en el vídeo ¿Sabes por qué me respetan? Porque creen que estoy muerto (2019), de Anna Franceschini, en el que objetos aparentemente desconocidos o privados de su significado actual vibran con un magnetismo cósmico, dispuestos en composiciones rituales. Quienes entran son invitados a situarse tras el cristal esmerilado de dos legendarios Cronotopos de Nanda Vigo y percibir las imágenes en movimiento a través de la distorsión creada por las esculturas-lente. A su vez, el cronotopo se convierte en un dispositivo cinematográfico, un medio no sólo metafórico sino físico, diafana mediática a través de la cual se puede acceder a otra dimensión de la visión.
La tranquila rotación universal de la sala es el preludio de un recogimiento aún más profundo. Una sala de oscuridad envolvente como el terciopelo revela luces azules interestelares y gestos femeninos dispersos en la abstracción del cosmos.
Otras habitaciones están habitadas por presencias suaves, objetos de piel y pelucas sintéticas que cuestionan las jerarquías cotidianas entre seres animados e inanimados y toman posesión ligera y discreta de estancias que encarnan la quintaesencia de una sala de estar, un pequeño estudio, un comedor. La mesa, la comida como momento convivial por excelencia, también se transfigura en repertorio formal, a través de un juego de vajilla escultórica Pompeya (1992), realizado por Nanda Vigo junto a su amigo Annibale Oste, cuyo extremo está habitado por miniaturas estatuarias que, amando el gesto de manos hambrientas, deambulan hacia un cortometraje de Franceschini, donde un micro-antorcha, detalle decorativo de una caja de música, se divierte en su devenir de imagen doblada y difuminada, una vez más, por un espejo y, una vez más, en rotación.
Para más información: https://vistamare.com/
Horario de apertura: Lunes de 9.30 a 13.30; martes a viernes de 9.30 a 13.30 y de 15.30 a 19.30.
Imagen: Nanda Vigo, Mirror Cosmos CB2 (1981; vidrio espejado y pintura negra, 100 x 90 cm) Cortesía de Archivio Nanda Vigo, Milán - Glas Italia, Macherio
En Pescara, los paseos intergalácticos de Anna Franceschini y Nanda Vigo en el signo de la luz |
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