Del 25 de julio al 23 de septiembre de 2024, la Reggia di Caserta presenta una exposición dedicada al artista Marco Bagnoli, titulada Marco Bagnoli. La pietra il sol rivegga comisariada por Marina Guida. La exposición, instalada en el patio y en la Gran Galería, se contempla dentro de la Convocatoria de Valorización Participativa del Palacio Real de Caserta.
Bagnoli ha elegido como título para su exposición en la Reggia di Caserta parte de las palabras escritas por Luigi Vanvitelli en la primera piedra del Palacio Real “La pietra il sol rivegga”. En el patio se encuentra el proyecto site-specific del artista, Locus Solis, una instalación de casi cinco metros de altura consistente en un jarrón que gira sobre sí mismo. El título de la obra está en asonancia con el de Locus Solus, la obra más conocida de Raymond Roussel. En las salas de exposición de la Gran Galería, el ala del Palacio Real, hay otras once obras, como Nel Paesaggio di Xvarnah, de 2019, Aleph, de 1997, y Origine, de 1992, compuestas de materiales como hilos de oro, cerámica, alabastro y vidrio. Las obras de Bagnoli llevan a los visitantes en un viaje hacia una mayor comprensión del funcionamiento del universo. El proyecto está organizado por la galería turinesa Giorgio Persano y Studio Trisorio, con la colaboración de Soprarno.
“Se trata pues de una especie de viaje, de ideas, de visiones, en el tiempo y en el espacio, hacia una mayor comprensión de los mecanismos de la naturaleza y del universo. El enfoque adoptado por el artista, y que denota el conjunto de su obra, es ciertamente filosófico, además de científico, caracterizado por un simbolismo muy fuerte basado en la reflexión en torno a los conceptos de luz, piedra y contaminación recíproca”, afirma la comisaria Marina Guida.
Marco Bagnoli, nacido en 1949, de formación científica y licenciado en química, es una presencia significativa en la escena artística internacional. Basta pensar en su participación en la Bienal de Venecia (1982, 1986, 1997), documenta de Kassel (1982, 1992) y Sonsbeek de Arnhem (1986); sus exposiciones individuales en prestigiosas instituciones de arte como De Appel, Amsterdam (1980 y 1984), Centre d’Art Contemporain Genève (1985), Musée Saint-Pierre Art contemporain, Lyon (1987), Magasin, Centre National d’ Art Contemporain, Grenoble (1991), Castello di Rivoli (1992), Centro per l’Contemporary Art Luigi Pecci, Prato (1995), IVAM, Centre del Carme, Valencia (2000), České Muzeum Výtvarných Umění, Praha (2009), Civico Planetario Ulrico Hoepli, Milán (2011), Madre, Museo d’Arte Contemporáneo Donnaregina, Nápoles (2015), Museo del Novecento, Milán (2022); hasta sus pasajes por los principales museos, desde la Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma hasta el Centre Georges Pompidou de París. La generación de artistas, a la que pertenece Marco Bagnoli, que se manifestó, de forma más o menos compacta, entre finales de los años setenta y la década siguiente, de Remo Salvadori a Jan Vercruysse, pasando por Ettore Spalletti, Franz West, Reinhard Mucha, Thomas Schütte, Shirazeh Houshiary, Anish Kapoor, por nombrar sólo a aquellos a los que Bagnoli se acercó más, practicaron el lugar de la exposición como aquel en el que se realiza la teoría como praxis. Bagnoli en particular comenzó en 1981, y continúa hasta el presente, a ocupar lugares de tradición histórica y religiosa en el territorio de origen y pertenencia que reconoce y en el que se reconoce, la Toscana, en aquel 1981 inicial fue la Villa Medicea La Ferdinanda en Artimino.
Después le tocó el turno a la Capilla Pazzi de Filippo Brunelleschi en 1984, a la Sala Octogonal de la Fortezza da Basso en 1989, al Forte di Belvedere en 2003 y 2017, a los Jardines de Boboli en 2013 y a la Stazione Leopolda en 2014. La Basílica de San Miniato al Monte desde 1992 hasta 2018 con la celebración del Milenio. Habiendo tenido una formación científica inicial, su arte trasciende de la química a la alquimia y a la física, del mismo modo que trasciende del esoterismo al misticismo, reconociendo lo que Ananda K. Coomaraswamy definió como la tradición metafísica. “Espacio X Tiempo” llama a la banda roja en proporción áurea que constituye su cifra. Ahonda en los Upanishads y sintoniza con Rumi. Al mismo tiempo, se asoma a las últimas declinaciones del arte occidental tal y como se manifestaron allí antes de su declive, de Cézanne a Malevič, de Joseph Beuys a Mario Merz. En junio de 2020 se reinstala, tras su restauración, la fuente Cinquantasei nomi (Cincuenta y seis nombres), 1999-2000, cerca de la entrada del Castello di Rivoli. También a partir de junio de 2020 Como figura de arquero, 1993-2019, se encuentra en el muelle E del aeropuerto Leonardo da Vinci de Fiumicino. El 5 de mayo de 2017 se inauguró en Montelupo Fiorentino el Atelier Marco Bagnoli, un espacio multifuncional que el artista concibe como una obra de arte total (Gesamtkunstwerk), y que en algunos de sus espacios acoge la exposición temporal siempre cambiante de sus obras desde 1972 hasta la actualidad, comisariada por Pier Luigi Tazzi. En 2018 se publicó Germano Celant, Marco Bagnoli, Skira, Milán, monografía editada por Celant, responsable también del ensayo introductorio, que contiene una cronología, firmada por el propio Celant junto a Antonella Soldaini, que incluye textos y memorias del artista.
En la Reggia di Caserta, los trabajos de Marco Bagnoli permiten descubrir los mecanismos del universo |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.