Del 13 de febrero al 11 de mayo de 2025, Roma rinde homenaje a Constantin Brancusi (Peștișani, 1876 - París, 1957) con la exposición Brancusi: esculpir el vuelo, que acoge la Uccelliere Farnesiane. Comisariada por Alfonsina Russo, Philippe-Alain Michaud, Maria Laura Cavaliere y Daniele Fortuna y organizada por el Parque Arqueológico del Coliseo en colaboración con el Centro Pompidou de París, presenta una selección de obras del artista rumano, nacionalizado francés, considerado el padre de la escultura moderna, expuestas por primera vez en Roma. La exposición se estructura en dos secciones: la primera reúne una selección de las esculturas más conocidas de Brancusi, mientras que la segunda explora su obra fotográfica y cinematográfica, herramientas a través de las cuales el artista investigó el potencial expresivo de la escultura. El tema central es elbestiario de los pájaros, motivo recurrente en la obra del artista, que desarrolló en diferentes versiones a lo largo de su vida y que simboliza el vuelo, el sueño del hombre de escapar de su condición terrenal, en una ascensión hacia el infinito.
Entre las obras expuestas se encuentran El gallo(Le Coq, 1935), El pájaro(L’Oiselet, 1928) y Leda (c. 1920-1926), todas ellas procedentes del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París. Estas esculturas expresan la búsqueda de Brancusi por inventar una figuración simbólica que exprese la esencia del animal, mediante la simplificación de las formas y la eliminación de cualquier tipo de detalle. El artista no pretende representar al animal en sí, sino su movimiento, su vuelo. “No es el pájaro lo que quiero representar, sino el don, el vuelo, el impulso”, decía el escultor, y esta tensión ascendente se refleja en sus obras. Con una revolución en el gesto, Brancusi abandonó la técnica tradicional del modelado, favoreciendo la talla directa del mármol, la piedra, la madera, para resaltar el espíritu de la materia.
Junto a las esculturas de Brancusi, la exposición presenta una selección de esculturas antiguas procedentes del Museo Nazionale Romano, del Museo Archeologico Nazionale di Venezia y del Museo Nazionale Etrusco di Villa Giulia. Estatuas, balsamari, áreas y sonajeros de época romana atestiguan la profunda conexión entre el arte antiguo y la poética del escultor, que a menudo se inspiraba en formas arcaicas y simbolismos ancestrales.
La segunda sección de la exposición está dedicada a la experimentación fotográfica y cinematográfica de Brancusi. En los años veinte y treinta, recurrió a la fotografía y al cine para realzar las cualidades plásticas de sus esculturas, así como para documentarlas. Para él, eran medios para captar el carácter efímero y fragmentario de la escultura, que eludía una percepción total de la forma.
Un ejemplo emblemático es la película Leda en movimiento (1936), en la que la escultura se coloca sobre un disco giratorio de acero pulido que refleja su imagen, creando un juego de metamorfosis continua.
La arquitecta Dolores Lettieri diseñó el montaje de la exposición, jugando con el contraste entre el blanco y el negro: el blanco recuerda el taller de Brancusi, concebido como un auténtico espacio de creación, mientras que el negro evoca el cuarto oscuro y el proceso alquímico de la fotografía. La exposición va acompañada del libro Brancusi, publicado por Electa, que recoge ensayos sobre el escultor que inventó la modernidad y al que el Centro Pompidou dedicó una gran exposición antológica el año pasado.
Paralelamente a la exposición, el Parque Arqueológico del Coliseo y Electa, en colaboración con la Fondazione Fondamenta, promueven un ciclo de encuentros y profundizaciones que tendrán lugar entre marzo y octubre en la Curia Iulia y otros lugares del Foro Romano. El programa toma su título de una célebre cita de Carlo Levi, Il futuro ha un cuore antico (El futuro tiene un corazón antiguo), en homenaje al escritor del que se cumple el 50 aniversario de su muerte.
Nacido en 1876 en Rumanía y trasladado a París, Brancusi revolucionó la escultura del siglo XX. Su investigación se basó en la simplificación de las formas y la valorización de los materiales a través del mármol, el bronce, la madera y la piedra. Influido por las tradiciones populares de su tierra natal y el arte primitivo, desarrolló un lenguaje esencial y universal. Su interés por el tema del vuelo acompañó toda su carrera. El Oiselet II (1928), una de sus obras más representativas, forma parte de un corpus de esculturas que declina el motivo del pájaro en diversas formas y materiales. Le Coq (1935) es un homenaje al simbolismo solar y al despertar del alma, mientras que Leda es el símbolo de la metamorfosis, del cambio continuo de las formas: Brancusi decidió subvertir el antiguo mito, transformando a Leda en un cisne.
“Los pájaros de Farnesio, con su historia y su vínculo simbólico con el vuelo, son el marco ideal para las obras de Brancusi, en un diálogo entre lo antiguo y lo moderno que exalta la capacidad del arte para trascender el tiempo y el espacio. A través de esta exposición, el público podrá sumergirse en la visión de un artista que supo reinterpretar la tradición con la mirada puesta en el futuro. Con esta exposición, el Parque Arqueológico del Coliseo confirma su vocación de ser un lugar donde las culturas se encuentran, experimentan y reinterpretan el pasado a la luz de las sensibilidades contemporáneas”, comenta Alfonsina Russo, Directora del Parque Arqueológico del Coliseo.
“La figura del pájaro se repite en la obra de Brancusi con especial insistencia: para el escultor, sin embargo, no se trata de representar el vuelo en sí, sino su elevación en el aire, de ahí la emancipación de la forma de la materia. Qué mejor lugar que los Pájaros de Farnesio para exponer un conjunto de obras de Brancusi relacionadas con este tema -esculturas, fotografías y películas- procedentes de la colección del Centre Pompidou - Musée national d’art moderne”, afirma Philippe-Alain Michaud, Director de las colecciones de cine experimental del Centre Pompidou-Musée national d’art moderne, París.
Horarios: Del 13 al 28 de febrero: de 9.00 a 15.45 h (última entrada a las 15.30 h); del 1 al 29 de marzo: de 9.00 a 16.45 h (última entrada a las 16.30 h); del 30 de marzo al 11 de mayo: de 9.00 a 18.30 h (última entrada a las 18.15 h). Cerrado los días 2 de marzo, 6 y 25 de abril y 4 de mayo.
Fotos de Simona Murrone
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En el Uccelliere Farnesiane de Roma, una exposición rinde homenaje a Brancusi y al bestiario de aves |
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