El universo imaginativo de Roberto Innocenti se expone en el Palazzo Medici Riccardi

El ilustrador florentino Roberto Innocenti es el protagonista de la exposición Roberto Innocenti. Ilustrar el tiempo: la exposición se organiza en el Palazzo Medici Riccardi de Florencia del 22 de febrero al 26 de mayo de 2024. Está promovida por Città Metropolitana, con el comisariado de Paola Vassalli y Valentina Zucchi y organizada por MUS.E. La exposición ofrece al público la oportunidad de explorar la obra de Innocenti en el cambio de los siglos XX y XXI. Las láminas del ilustrador son precisas en los detalles y ofrecen al lector un universo imaginativo lleno de sugerencias. La atención a los personajes, la arquitectura y el paisaje lleva a Roberto Innocenti a trazados de gran encanto. El visitante podrá apreciar más de ochenta obras, recorriendo las etapas más destacadas de su obra y retomando el hilo conductor tanto de su trabajo como de las historias que ilustró.

Profundamente marcado por la Segunda Guerra Mundial durante su infancia, Roberto Innocenti se interesó muy pronto por el dibujo, inicialmente gráfico y de animación, para pasar más tarde a la ilustración, convirtiéndose en una figura destacada a nivel internacional. A lo largo de los años, ha recibido numerosos galardones, entre ellos el Premio Hans Christian Andersen en 2008, convirtiéndose en el único ilustrador italiano en recibirlo. En 2020, recibió el premio Maestro d’Arte e Mestiere en la categoría de ilustración y cómic. Sus primeras obras famosas se remontan a la década de 1980 con Cenicienta en 1983 y Rosa Bianca en 1985, a las que siguieron una serie de obras maestras que le dieron fama mundial, como sus reinterpretaciones de clásicos como Las aventuras de Pinocho, Cuento de Navidad, Cascanueces y otros. Su narrativa visual ofrece una visión cristalina de la verdad, explorando los efectos del tiempo y las profundidades de nuestro vivir.

En el catálogo, publicado por Sillabe, se presentan los ensayos de los comisarios para una lectura contemporánea de la obra del artista florentino, junto con un texto de Martino Negri, académico de la Universidad de Milán-Bicocca, y una conversación con los comisarios.

“Plasmar en una imagen el rasgo profundo de la fábula, aunque sea cruel, requiere una sensibilidad y un arte fuera de lo común. Roberto Innocenti es también en este sentido un gran artista”, comentó Letizia Perini, Concejala de la Ciudad Metropolitana de Florencia delegada de Cultura, “Su artesanía ilustrativa nos ha regalado una rara síntesis de refinamiento y poesía, incluso cuando la fábula reclama la sonrisa y la ironía. Sus Pinocho y Cenicienta expresan muy bien esta interpretación de la fábula que, en su particularidad, pulcramente resaltada por la atención a cada detalle, es también una forma de respeto al lector, no sólo del niño, primer destinatario, sino del niño y del adolescente que permanece en la necesidad adulta de esa mirada encantada, participante, curiosa y conmovida que lee el texto y admira sus ilustraciones.”

“Las obras de Roberto Innocenti son gran literatura, y lo son para todos, lectores jóvenes y mayores”, explica la comisaria de la exposición, Paola Vassalli. “Reconocido en todo el mundo como uno de los más grandes autores contemporáneos, Innocenti, también gracias a esta exposición, por la que rendimos homenaje a la ciudad de Florencia, ya no es un extraño en su propia tierra; hoy por fin puede sentirse en casa. Queda por dar un pequeño gran paso, un paso de civilización además de sabiduría: encontrar un hogar digno para su obra. Este es el reto para su ciudad; este es el compromiso que pedimos a su país y al nuestro”.

“Las láminas de Roberto Innocenti son obras de arte”, comenta Valentina Zucchi, conservadora del Museo di Palazzo Medici Riccardi y cocomisaria de la exposición. “Investigan el espacio y el tiempo, nos ofrecen atisbos del mundo -real o imaginario- y nos invitan a leer. Sí, sus imágenes son una invitación a la lectura visual, a ese ejercicio cognitivo y estético al que, paradójicamente, estamos cada vez menos acostumbrados: explorando sus lugares, observando a sus personajes, respirando las atmósferas que tan poéticamente plasma, captamos sin necesidad de palabras las verdades de la historia, las profundidades de la realidad, los vértigos de la imaginación. Roberto Innocenti nos enseña a mirar, y nos lo enseña a cada uno de nosotros, porque sus obras son obras para todos, nacidas para multiplicarse infinitamente entre las páginas de sus libros, listas para ser replicadas sin fin y destinadas a las manos de cualquiera; una multiplicación que en lugar de dividir expande su poder mucho más allá de los lugares del saber, de los muros de las casas, de las fronteras de los países. Esta exposición es una importante oportunidad cultural para admirar en directo los prototipos de sus obras maestras y experimentar toda la magia de sus ilustraciones”.

Sobre el artista

Nacido en 1940 en Bagno a Ripoli, Roberto Innocenti es el único ilustrador italiano que ha recibido en 2008 el Premio Hans Christian Andersen, el prestigioso Premio Nobel de literatura infantil, sólo superado en la historia por Gianni Rodari (1970). Entre sus numerosos galardones internacionales figuran la Manzana de Oro de la Bienal de Ilustradores de Bratislava por Rosa Bianca en 1985 y por Canto di Natale en 1991, así como el Premio Gustav Heinemann de la Paz en 1985. Autodidacta, sus obras se publicaron por primera vez a principios de los ochenta en Graphis Annual. El éxito de Innocenti es fruto de su infinita paciencia y perseverancia. Hoy, su talento es apreciado en todo el mundo. Figuras como John Alcorn, Rita Marshall y, más recientemente, The Creative Company, han contribuido a consolidar su reputación internacional. Un reconocimiento muy merecido, tanto por su persona como por su talento. En Italia, sus libros se publican principalmente en La Margherita edizioni, gracias a la iniciativa del pequeño editor Alfredo Stoppa, que lo dio a conocer en el país a través de la editorial C’era una volta de Pordenone.

El universo imaginativo de Roberto Innocenti se expone en el Palazzo Medici Riccardi

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