El simbolismo a través de los ojos de Mario De Maria expuesto en Bolonia

Cien años después de su muerte, el Museo Ottocento Bologna de Bolonia rinde homenaje al pintor simbolista Mario De Maria (Bolonia, 1852 - 1924) con la exposición Mario De Maria, “Marius Pictor” (1852-1924). Ombra cara. Programada del 21 de marzo al 30 de junio de 2024 y comisariada por Francesca Sinigaglia, forma parte del proyecto Bologna pittrice | Il Lungo Ottocento | 1796 - 1915, una iniciativa promovida por el Settore Musei Civici Bologna que involucrará quince sedes expositivas trazando un itinerario por la pintura boloñesa desde la época napoleónica hasta el inicio de la Gran Guerra. La exposición presenta 70 cuadros procedentes de prestigiosas instituciones museísticas italianas como: Gallerie degli Uffizi de Florencia, Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea de Roma, Galleria d’Arte Moderna de Milán y de colecciones privadas nacionales e internacionales. Una exposición que se adentra en la trayectoria del artista, un hombre complejo y atormentado, uno de los pioneros fundadores de la Bienal de Venecia.

El itinerario se traza como un relato a través de las palabras del artista, en el centro de los cambios artísticos de fin de siglo, partiendo de los primeros años de su formación en Bolonia a su experiencia en Roma con Gabriele D’Annunzio, hasta el análisis de su contribución personal a la fundación de la Bienal de Venecia (se exponen varias obras maestras de este periodo, entre ellas el gran cuadro La luna che torna sulla madre terra (La luna que vuelve a la madre tierra ) de 1903, procedente de la Fundación de Venecia). Los vínculos con el norte de Europa y la pintura de Rembrandt continúan con la gran exposición individual de 1909. Una sección especial de la exposición está dedicada a la muerte de su hija Silvia, con la obra Ombra cara (1911-1914) creada en memoria de su amigo y colega Vittore Grubicy de Dragon. Mario De Maria estudió en laAccademia di Belle Arti de Bolonia y después se trasladó a Roma, donde abrió un estudio en Via Margutta. Fue uno de los animadores del grupo In Arte Libertas, entre cuyos miembros se encontraban los artistas de mayor renombre internacional de la época: Giulio Aristide Sartorio, Dante Gabriel Rossetti y Arnold Böcklin. El objetivo de In Arte Liberas era emanciparse de las convenciones del arte académico y abrazar una representación más espontánea y libre de la naturaleza. El movimiento se originó como una forma de protesta contra el arte oficial, percibido como rígido, monótono y condicionado por las influencias políticas de la época. La práctica de la pintura exigía, por tanto, la observación directa del tema a representar. En Roma también entró en contacto con el hombre de letras más importante del siglo: Gabriele D’Annunzio, a quien le unió una profunda amistad y fructíferas colaboraciones, dando lugar a su obra maestra L’alunna (1886) sobre versos de Isaotta Guttadauro.

En 1891 se trasladó a Venecia, donde pudo proseguir sus investigaciones pictóricas relacionadas con el concepto del Simbolismo. Entre ellas destaca Salomé (c. 1890), una obra de gran formato en la que el artista transpone la historia bíblica a un cuento popular, encerrando en las sombras la clave para entender toda la obra. Moviéndose entre Venecia y Bremen, en Alemania, el artista profundizó en el conocimiento de la obra de Rembrandt, de la que estaba fascinado. Durante este periodo, creó obras como Lilienthal (1901), que representa un tramo de río rodeado de un bosque otoñal rojo y amarillo, con el telón de fondo de una procesión de cardenales. La obra, considerada una de sus obras maestras, se presentó oficialmente al público en esta exposición y representa una nueva adquisición del Museo Ottocento de Bolonia.

El periodo también fue testigo de un trágico acontecimiento familiar que devastó a De Maria: la muerte de su hija Silvia. Este dolor nunca le abandonó del todo, lo que se refleja en sus obras, que comenzaron a mostrar un simbolismo cada vez más oscuro y dramático. Tras la pérdida de su hija, el artista creó cuadros significativos como la serie de La casa de Satán, en la que ambientes reales como el patio de una casa se transfiguran para expresar un sentido del Mal inherente a la realidad. Otro cuadro de este periodo es La monja y el diablo (1922), que narra la leyenda medieval del Arco dello Spavento en Florencia, donde una comunidad de monjas se encargó de aplacar a una serpiente diabólica alimentándola con conejos inocentes para aplacar su hambre insaciable. Sin embargo, el Simbolismo de Mario De Maria debe leerse a la luz del entorno cultural italiano de la época que va de las dos últimas décadas del siglo XIX a los años veinte, que vio el contacto directo con lo divino en evocaciones históricas y mitológicas.

La exposición va acompañada de un catálogo monográfico en italiano e inglés con ilustraciones en color y una lista completa de los cuadros conocidos, con textos críticos de estudiosos del pintor y de los contextos de finales del siglo XX: Elena Di Raddo, Anna Mazzanti, Francesca Sinigaglia.

Horario: Todos los días de 10.00 a 19.00 horas. Entrada: Tarifa completa 12,00 euros - Reducida 10,00 euros

El simbolismo a través de los ojos de Mario De Maria expuesto en Bolonia

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