La galería Giovanni Bonelli de Pietrasanta presenta por primera vez en sus espacios la exposición personal de Daniele Galliano (Pinerolo, 1961). Comisariada por Alessandro Romanini, la exposición tiene su propia clave de interpretación en su título: Right Now, que es también el título de uno de los grandes cuadros expuestos. El presente congelado en un instante absoluto recuerda al momento perdido de Cartier-Bresson, sin pretensiones estetizantes, pero es también una declaración de intenciones sobre el tipo de observación que Galliano persigue en su obra desde hace décadas. Con su ojo de antropólogo autodidacta, el artista se sitúa al margen del flujo de acontecimientos y registra, cámara en mano, actitudes, expresiones, poses de una humanidad que es a la vez individuo y multitud (entendida como conjunto de singularidades que comparten un ritual colectivo y no como masa indistinta). El resultado, visible en sus diferentes declinaciones en los lienzos expuestos, se compone de instantes reelaborados a través de una pintura engañosamente rápida, de pinceladas decisivas, que tiende a desvanecerse en lo abstracto a medida que se acerca a la obra, mientras que recupera toda la plenitud de una mirada real e increíblemente penetrante cuando se aleja de ella. En las obras más grandes, las figuras parecen casi recortadas, como en un collage, y luego yuxtapuestas en el lienzo, tan fuerte es el deseo de Galliano de caracterizar las actitudes individuales tan personales y, sin embargo, por esta misma razón, universales.
En la obra Right Now, por ejemplo, la montaña que se eleva al fondo, con algunos restos de nieve blanca, parece llevar en sí el eco de los acontecimientos de los últimos meses, pero el cielo tan azul (un azul que caracteriza todas las obras de Galliano) apacigua la visión, invitando al observador a detenerse en los detalles: en el hombre en camiseta y zapatillas de tenis que da la espalda a la montaña y mira absorto su teléfono móvil (una metáfora visual de nuestra actitud hacia la naturaleza), en los personajes que caminan hacia el lado izquierdo del cuadro, como si pasearan hacia un yo sólo parcialmente reveladosólo parcialmente revelado (la figura más pequeña parece sostener una guitarra entre sus brazos, como si formara parte de un concierto, invisible pero evocado, mientras que otros personajes, detrás del primer hombre de la derecha, son captados en traje de baño en un momento de juego como si de instantáneas en la playa se tratara). Todo ello en una especie de copresencia espacio-temporal que resume a la perfección nuestro presente.
Del mismo modo que estas narraciones “corales”, que consiguen la misma fuerza representativa incluso en los formatos más pequeños, como en los atisbos de playas, caracterizados por ese mismo cielo inconfundiblemente azul, habría que considerar otros temas más íntimos, como algunas escenas en un formato más pequeño donde los sujetos están como captados por el formato más pequeño donde los sujetos están como cogidos por sorpresa (cuando no espiados) en momentos de soledad en los que revelan gestos sencillos pero universales como descansar después de un paseo por la montaña (en la obra Bliss) o la obra Waiting for the man en la que un niño vestido de hombre (camisa y pantalón oscuros) es sorprendido jugando (como si tuviera un aro de hola) en el exterior de un edificio anónimo, superado por el cielo azul. El título, en este caso, puede darnos la clave para interpretar la sorpresa del propio artista al descubrir cuánta alegría y cuánto juego quedan aún en un joven cuando se le deja solo. La misma alegría íntima y no pornográfica que se encuentra en las poses y miradas de las pequeñas obras “eróticas”, que cierran la exposición. También aquí el interés del artista es antropológico, emocional y desprovisto de juicio: su tarea no consiste en sentar las bases de un juicio, sino en construir una imagen que ilustre todas las declinaciones de la maravilla del ser humano en todas sus actitudes.
La capacidad del artista-antropólogo para ilustrar todos los matices del alma y los aspectos del comportamiento embotados por la corriente comunicativa dominante se debe también a un lenguaje expresivo perfeccionado a lo largo de décadas, fruto de una hábil reelaboración de fuentes heterogéneas como el cine, la literatura, la música, el cómic, el clubbing y la cultura underground y de su armoniosa integración.
Daniele Galliano vive y trabaja en Turín. Debutó en la escena artística turinesa a principios de la década de 1990 y ya en 1996 celebró su primera exposición individual en la galería Annina Nosei de Nueva York. Ese mismo año también expuso en solitario en la Galleria Nazionale de Roma. Figura siempre en la frontera entre varios mundos culturales, sigue con pasión el cine, la literatura, el cómic y la música. Entre sus numerosas colaboraciones con realidades “paralelas” al mundo del arte destacan: la colaboración para dos portadas de Marlene Kunz a finales de los noventa; en 2003 el vídeo Dentro ai miei vuoti de Subsonica se realizó íntegramente con sus pinturas; junto con Davide Borsa creó una película de animación que se exhibió en 2013 en la GAM de Turín y en el Festival de Liubliana. En 2017 colaborará con Saturnino Celani para una actuación musical en directo que también se presentará en la Triennale de Milán.
Entre sus principales exposiciones individuales en galerías e instituciones públicas se incluyen: Livingstone Gallery, Países Bajos (2021; 2013; 2006); Istituito Italiano di Cultura, Ciudad de México, México (2018); Galleria In Arco, Turín (2017); Bad Trips, Kochi-Muziris Biennale, India (2017); GAM, Turín (2013); Esso Gallery, Nueva York (2008). Sus obras han sido expuestas en numerosas exposiciones colectivas en prestigiosos espacios nacionales e internacionales, entre las principales se encuentran: Disturbing Narrative, The Parkview Museum, Singapur (2020); Contemporary Chaos, comisariada por Demetrio Paparoni, Vestfossen Kunstlaboratorium, Øvre Eiker, Oslo (2018); Bad Trips, Kochi-Muziris Biennale, India (2016); Rimini Drawing Biennale, Rimini (2016); MART, Rovereto (2013); Galleria Nazionale di Arte Moderna (2011); 53ª Bienal de Venecia, Pabellón de Italia, Venecia (2009); Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, Turín (2005); Centro per l’Arte Contemporanea Luigi Pecci, Prato (2005).
Para más información, visite el sitio web oficial de la Galería Giovanni Bonelli.
El presente según Daniele Galliano expuesto en Pietrasanta |
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