Del 2 de junio al 31 de julio de 2022, el Ayuntamiento de Seravezza y la Fondazione Terre Medicee dedican una amplia exposición antológica al maestro versiliano Lorenzo D’Angiolo en las salas del Palacio Mediceo de Seravezza. La exposición, titulada Epifanías de luz. Obras 1976 |2022 y comisariada por Nicola Micieli, con la coordinación y organización de Costantino Paolicchi, pretende recorrer la larga trayectoria del artista, proponiendo con rigor los más de cuarenta años de actividad de Lorenzo D’Angiolo. Desde sus inicios hasta su madurez, pasando por sus obras más recientes que abordan el tema de la migración, la exposición pretende contar la importante contribución del artista alarte y a la fotografía.
Originario de Seravezza pero residente en Lucca desde hace muchos años, Lorenzo D’Angiolo, nacido en 1939, pinta desde principios de los años sesenta. Fotógrafo profesional desde 1985, reconocido y respetado en el extranjero, también ha expuesto en Nueva York en el Museo de la Universidad de Hofstra en 1998 junto con el fotógrafo Enzo Cei. Viajero incansable, D’Angiolo se inspira en las culturas del mundo: ha visitado América, China, Tíbet, Nepal, Yemen, India y África.
La exposición presenta sesenta pinturas y siete fotografías a gran escala que documentan las progresivas transformaciones de la obra de D’Angiolo y, sobre todo, su meditación sobre la luz. Es la luz, como reza el propio título de la exposición, la que atrae a los sujetos de las obras del artista. Los lienzos y las fotografías de D’Angiolo están impregnados de luz y aparecen sometidos a una síntesis icónica cada vez más abreviada y simbólicamente intensa, como ocurre en obras como Il monte rosso (El monte rojo), La luna nel pozzo (La luna en el pozo) y Le luci del mattino (La luz del amanecer), que también se caracterizan por un inmenso silencio.
La seducción continua de la luz es para Lorenzo D’Angiolo un pasaje ininterrumpido a lo largo de toda su obra. Es la propia luz la que actúa sobre él, con su caricia, con su fuerza, con su presencia, pero es la capacidad del artista para registrar la evidencia tangible de la luz lo que asombra al espectador en obras extraordinarias como Luci contrapposte, La grande nube o L’albero bianco.
Hacia 1985, tras unos veinte años de pintura, D’Angiolo descubrió la fotografía. El impacto con el nuevo medio, el reconocimiento de su potencial lingüístico en relación con sus propias necesidades expresivas, hicieron que la cámara conquistara pronto una posición dominante, pero ni mucho menos exclusiva, sobre las pinceladas. El carácter documental del medio, unido a la vocación del artista por fijar en la imagen algunos de los arquetipos más fácilmente reconocibles y recurrentes en la producción imaginativa de pueblos y civilizaciones, permite al autor crear una nueva narrativa: a lo largo de los años, los caminos pictórico y fotográfico se han entrecruzado y solapado en varias ocasiones. Cada una con la aportación de intuiciones poéticas y soluciones visuales específicas, la pintura y la fotografía han contribuido por igual a delinear el mundo de un artista con múltiples aperturas y una coherencia extrema.
Desde las figuras arquitectónicas que aparecen en las obras hasta el 85 hasta las pinturas del renacimiento creativo, se pueden rastrear esas formas que recuerdan la línea biomórfica y sintetista de la escultura moderna, desde Brancusi y Arp hasta Alberto Viani. Los detalles ampliados se extienden más allá de la superficie pintada para producir un efecto de extrañamiento, no muy distinto del de las pinturas de Domenico Gnoli, que se puede encontrar en obras como Figura in trono o Sciopero.
En el último periodo de su carrera, D’Angiolo trabajó el tema dela inmigración: es en estas obras donde se condensa especialmente el D’Angiolo pintor y fotógrafo; se revelan las reverberaciones de luces y sombras y la fascinación de las civilizaciones, aquí retratadas en el dolor de la espera o en la ausencia de un destino.
La exposición cuenta con el patrocinio de la Región de Toscana, la Provincia de Lucca y el Ayuntamiento de Seravezza, y se realiza gracias a la contribución financiera de Henraux, Canniccia, 3M, VNE y tiene como patrocinadores a la Fondazione Cassa di Risparmio di Lucca y Giuseppe Nutarelli.
En la imagen: Lorenzo D’Angiolo, The Morning Light
El Palazzo Mediceo de Seravezza dedica una amplia exposición antológica a Lorenzo D'Angiolo |
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